Por: MARGARITA SOLANO. 11/11/2023
El 15 de noviembre del año 2018, a 15 días de terminar el sexenio del ex presidente Enrique Peña Nieto, la Secretaría de Gobernación recibió un proyecto de Norma Oficial Mexicana (PROY-NOM-010-SEGOB-2016) que establecía los requisitos básicos para la implementación del Sistema de Comando de Incidentes (SCI), metodología internacional que se habría podido aplicar con el paso del huracán Otis en Acapulco. Sin embargo, el gobierno de Andrés López Obrador la rechazó.
El proyecto publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF), fue elaborado desde el año 2016 entre la Secretaría de Gobernación, la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina, la Universidad Nacional Autónoma de México, la Cruz Roja Mexicana, la Cámara Nacional de Comercio, la Secretaría de Turismo de la Ciudad de México; además de otras instituciones y organizaciones públicas y privadas.
México lleva siete años con este proyecto de Norma Oficial Mexicana para prevenir y operar crisis por desastres naturales con eficacia y oportunidad en la congeladora.
El documento de 35 páginas consultado por Cuestione, tenía por objetivo establecer los requisitos básicos que se deben implementar para la gestión de respuesta coordinada en la atención de incidentes “mediante la correcta aplicación del Sistema de Comando de Incidentes que deberán cumplir todas las dependencias e instituciones del sector público, así como los prestadores de servicios del sector privado y social que requieren implementar este sistema para la atención de un incidente y aquellos que por su naturaleza colaboren en acciones de mitigación, auxilio y recuperación ante la ocurrencia de una emergencia o desastre”, se lee en el proyecto.
Sin embargo; el 27 de diciembre del año 2019 ya con Andrés Manuel López Obrador como presidente, la entonces Secretaría de Gobernación a cargo de Olga Sánchez Cordero, admitió que el proyecto era “de relevancia nacional, sin embargo, el mismo escapa a la realidad de nuestro país dadas las condiciones de infraestructura, culturales y de educación para el desempeño de las actividades propuestas”.
En entrevista para Cuestione, Mauricio Suárez, académico de la Universidad Anáhuac y especialista en manejo de crisis, subraya la importancia de un proyecto de norma “que tiene alcance internacional para el manejo emergencias” pero éste esfuerzo quedó en el tintero. Implementar de manera eficaz el Sistema de Comando de Incidentes “habría sido fundamental” para enfrentar el paso del huracán Otis por las costas de Guerrero.
En contraparte, la Segob argumentó en su momento que si bien el proyecto era necesario, no podían hacer solamente “una copia” de lo ya establecido en Estados Unidos porque es importante considerar “nuestra propia idiosincrasia, la capacidad de respuesta, la infraestructura y los esquemas de organización que en México prevalecen”, se lee en la respuesta y comentarios a este proyecto.
A la Secretaría de Gobernación le pareció que el documento escapaba a todo principio de congruencia con la realidad nacional y consideró las brechas, recursos, organización, idioma, terminología, equipamiento, entrenamiento, homologación, infraestructura, legislación, metodologías, estrategias, tácticas, técnicas, para desecharlo.
El principal problema, resalta el maestro Suárez, es que en América Latina “es común dejar pasar por alto situaciones de riesgo y al subestimarse, la capacidad de una reacción inmediata y coordinada se ve comprometida”. Para el especialista en manejo de crisis, lo más importante es prevenir y mitigar el riesgo.
¿En qué consistía la Norma Oficial Mexicana que establece los requisitos básicos para la implementación del Sistema de Comando de Incidentes?
En la introducción del proyecto, se dice que el Sistema de Comando de Incidentes (SCI), fue desarrollado en la década de los setenta en respuesta a una serie de grandes incendios forestales en el sur de California, Estados Unidos de América. En este periodo se reunieron las autoridades, organismos estatales y federales involucradas en la lucha contra incendios, para formar el Firefighting Resources of California Organized for Potential Emergencies-recursos (Firescope) contra incendios de California.
La Firescope identificó problemas que pueden suscitarse cuando participan en una misma misión de emergencia distintos grupos, como la falta de estandarización de la terminología utilizada, la incapacidad de ampliar y restringir la estructura de gestión del incidente, la ausencia de estandarización e integración en los medios de comunicación y la falta de instalaciones apropiadas.
Lo que ocurrió después de tantos incendios forestales en Estados Unidos, es que se identificó la ausencia de planes de acción consolidados y esfuerzos unificados para resolver estas dificultades “como lo vemos hoy con el paso de Otis”, afirma Mauricio Suárez.
“El sistema de comando de incidentes es un engranaje en donde todos los órdenes de gobierno y hasta organismos internacionales se coordinan para interactuar de una manera eficiente y expedita y no tener que esperar a que sea sólo una sola persona la que decida o determine qué hacer”, agrega el académico.
En el punto 3.19 del proyecto de Norma Oficial Mexicana, se detalla la gestión integral de riesgos como un conjunto de acciones encaminadas a la identificación, análisis, evaluación, control y reducción de los riesgos, que involucra a los tres niveles de gobierno, así como a los sectores de la sociedad, lo que facilita la realización de acciones dirigidas a la creación e implementación de políticas públicas, estrategias y procedimientos que combatan las causas estructurales de los desastres y fortalezcan las capacidades de resiliencia o resistencia de la sociedad.
El SCI involucra en su proyecto las etapas de identificación de los riesgos y/o su proceso de formación, previsión, prevención, mitigación, preparación, auxilio, recuperación y reconstrucción y un total de 63 grupos organizados para distintas tareas como por ejemplo identificación radial. También define lugares temporales para aterrizaje de aviones y helicópteros, responsables de finanzas y su administración y establece el rol de un Oficial de Información Pública responsable del flujo de información entre el incidente y la comunidad, cerrando así las brechas abiertas por la desinformación.
La comunicación salva vidas
La comunicación adecuada es un componente esencial para la preparación, respuesta y recuperación en casos de desastres naturales. Según el Centro de Investigación de Epidemiología de Desastres (CRED) en los Estados Unidos, una respuesta eficaz a desastres naturales requiere una comunicación efectiva tanto antes como durante una emergencia.
Diana vive en San Luis Potosí pero su mamá, hermanas y sobrinos están en Ajuchitlán del Progreso, Guerrero, donde el paso del huracán Otis destruyó sus hogares el 24 de octubre pasado.
Durante 48 horas, Diana no volvió a saber de su familia en Guerrero. Las autoridades locales no salían a los medios de comunicación y recurrió a las redes sociales donde supo que no había energía y el huracán había sido devastador.
Mientras el presidente López Obrador era socorrido por elementos del Ejército en la carretera México-Acapulco que permanecía cerrada, Diana estaba desesperada por desconocer el paradero de su familia y empezó a escribir mensajes en Facebook donde un vecino le avisó que la casa de sus hermanas estaban destruídas, no alcanzaron a desalojar y dos de sus sobrinas no aparecían.
Si bien un huracán como Otis fue excepcional porque se desconocía las dimensiones de cómo iba a afectar en Guerrero, “sí hubo un rango de tiempo que hubiera permitido el que las personas tomaran decisiones informadas en una forma mucho más colectiva, efectiva y a tiempo para resguardarse, desalojar, para guardar víveres, dotarse de agua, medicamentos y eso no pasó porque no se dieron las alertas activas, preventivas e informativas a tiempo entre los tres órdenes de gobierno”, asegura Rosa Cristina Parra Lozano, especialista en comunicación pública en acción humanitaria.
Comunicar en tiempos de crisis “no es tan simple como mandar un tuit a las 8 de la noche como sucedió en el caso del Presidente”, agrega Parra Lozano. Para la comunicadora social, el paso de Otis era una situación que ameritaba haber hecho una cadena nacional a través de televisión, haber activado en forma oportuna las alertas de sonido, de voceo, de megáfonos “para que el riesgo y la incertidumbre de lo que estaba pasando se hubiera mitigado”.
¿Qué deben comunicar los gobiernos durante una emergencia? Lo primero, precisa Rosa Cristina Parra, es tomar una decisión política de parte del gobierno federal y haber hecho un llamado a tiempo de monitoreo del ciclón tropical durante el mismo día de la emergencia, haber alertado al gobierno estatal y a los gobiernos municipales y haber tomado decisiones oportunas sobre avisos preventivos para la población.
El ABC para comunicar bien durante una emergencia
Mauricio Suárez y Rosa Cristina Parra coinciden en que en tiempos de crisis tiene que existir un ejercicio de preparación previa antes de que suceda una emergencia para saber cómo operar cuando llega.
“La comunicación gubernamental debe ser precisa, oportuna y tranquilizadora”, detallan los especialistas en crisis y comunicación. A continuación, se presentan nueve puntos que los especialistas recomiendan para que los gobiernos se comuniquen con eficacia en situaciones de emergencia como el paso del huracán Otis.
1. Coordinación entre todos los niveles de gobierno. Es importante que los gobiernos de diferentes niveles trabajen de manera coordinada y eviten duplicación de esfuerzos. Esto debe comunicarse a la población para mostrar una respuesta efectiva y coherente.
2. Alertas tempranas y pronósticos. Los gobiernos deben proporcionar información actualizada sobre la ubicación, intensidad, trayectoria y pronóstico del huracán. Esto incluye detalles sobre la velocidad del viento, la lluvia esperada y cualquier otro impacto potencial, como inundaciones, deslizamientos de tierra, etc.
3. Comunicación Continua. Durante la emergencia, es fundamental mantener una comunicación constante y actualizada a través de canales de comunicación confiables, como radios, televisión, redes sociales y sitios web gubernamentales. También es importante proporcionar números de emergencia y líneas telefónicas de ayuda.
4. Evacuaciones y refugios. Deben informar a la población sobre las áreas que se encuentran en riesgo y dar instrucciones claras sobre las evacuaciones necesarias. También deben indicar la ubicación de refugios seguros, cómo llegar a ellos y qué servicios estarán disponibles en ellos.
5. Medidas de seguridad. Los gobiernos deben comunicar las medidas de seguridad que la población debe tomar, como asegurar sus propiedades, tener un kit de emergencia, desconectar suministros de gas y electricidad si es necesario y estar preparados para situaciones de aislamiento.
6. Actualizaciones sobre el progreso. Los gobiernos deben proporcionar actualizaciones periódicas sobre la evolución de la emergencia, cambios en la trayectoria del huracán, las condiciones climáticas y el estado de las carreteras y los servicios públicos.
7. Recomendaciones para después de la emergencia. Una vez que pase la emergencia, se deben proporcionar recomendaciones sobre cómo actuar para la recuperación, incluyendo la evaluación de daños, la solicitud de asistencia, la limpieza de escombros y la restauración de servicios esenciales.
8. Procedimientos de respuesta. Deben proporcionar instrucciones sobre cómo responder a situaciones específicas, como inundaciones, cortes de energía, comunicaciones y problemas médicos. Esto incluye consejos sobre cómo pedir ayuda en caso de emergencia.
9.Mensajes de calma y apoyo. Además de la información técnica, es importante que los gobiernos transmitan mensajes de calma y solidaridad a la población. Deben mostrar empatía hacia las personas afectadas y brindar apoyo emocional.
La comunicación desempeña un papel importante en la gestión de desastres naturales, proporciona información precisa y oportuna, facilita la coordinación y colaboración entre las partes involucradas y garantiza que las comunidades más vulnerables reciban la atención que necesitan.
En un mundo cada vez más interconectado, la comunicación efectiva es la clave para salvar vidas y minimizar el sufrimiento en momentos de crisis. ¿Cuántos desastres tenemos que enfrentar antes de que se construya un sistema eficaz de emergencias?
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Fotografía: Cuestione