Por: Egbert Méndez Serrano. Perspectivas comunistas. 07/10/2024.
El día 5 de octubre, le realizamos la siguiente entrevista a Guillermo Kane, diputado por el Frente de Izquierda y militante del Partido Obrero, debido a la extensión, decidimos dividirla en cuatro entregas. A continuación, transcribimos la segunda parte.
Egbert Méndez (EM). Yo tengo una sospecha, te voy a poner un parangón o algo que me llama la atención, porque de repente los compañeros argentinos me pueden dar este tipo de contextos, pero vengo acá a México y nosotros hemos tenido también una ofensiva brutal de este periodo que se le llama neoliberal, que muchos decimos que ahí sigue, pero antes venía de una manera muy agresiva. En México tenemos el caso de 43 estudiantes desaparecidos, que fue de conocimiento mundial en 2014, pero, sin embargo, esa y otras ofensivas, bueno, en particular esa, no detonaron esta unidad. Entonces, yo de repente, como latinoamericano, noto diferencias en las regiones.
Y trato de ver —en Argentina tuvo que haber algo más— un contexto, a lo mejor una cultura de lucha, una necesidad que ante la diferencia los empujó a organizarse e ir en unidad, porque aquí en 2014, ni a pesar de ese gran evento que va a hacer confluir a toda la izquierda y a grandes sectores populares, pero no se da una organización común. No sé si tú tengas esa lectura o hayas notado esas diferencias, que a lo mejor luego uno estando inmerso en el país y en el movimiento, no se da cuenta, hasta que no sé, quizás hasta ahorita que te pongo este ejemplo. Y aquí fue impresionante el movimiento en 2014, cuando ocurre la desaparición. Y nunca se da un fenómeno como este que se da en Argentina, con este frente de izquierda.
Guillermo Kane (GK).Yo creo que tiene que ver con la orientación de las organizaciones. O sea, yo no digo que no pueda haber explicaciones más histórico-culturales generales, pueda haberlas y podemos comparar distintas situaciones, pero sobre todo creo que hay que analizar cuáles son las principales organizaciones actuando en cada país en esos movimientos de lucha y si se están proponiendo darle una expresión política independiente a esas luchas sociales, a esas luchas de los trabajadores.
Plantearse una expresión política quiere decir tener que ir al conflicto directo contra esas expresiones políticas nacionalistas, progresistas, que muchas veces recurriendo al mal menor y al contraste con otras opciones burguesas, quieren hacer una especie de extorsión a los movimientos populares, de que en algún grado hagan un apoyo indirecto, crítico.
Y eso pasa muchísimo, con Lula en Brasil, con el kirchnerismo en Argentina. Entonces hay un hecho rupturista, una decisión política rupturista en poder sostener un bloque de izquierdas contra el kirchnerismo. Yo creo que el gran valor es ese.
Entonces, no quiero negar otro tipo de factores que puedan estudiarse, pero sobre todo lo que hay que preguntarse es si las principales organizaciones de izquierda en cada uno de los países que querramos analizar se han propuesto eso, porque incluso hay organizaciones que en Argentina son parte del Frente de Izquierda, pero que en Brasil, por ejemplo, promueven el PSOL, que es una estructura de otro tipo, un partido de tendencias, que se ha ido y vuelto de las relaciones con Lula, que no ha tenido el tipo de carácter, digamos, de independencia de clase tajante que se ha buscado el frente de izquierda en Argentina.
Así que bueno, para el Partido Obrero tiene que ver con mucha política que nosotros nos hemos planteado, y tiene que ver con que esa lucha política tiene una implantación en los frentes de masa, y al mismo tiempo nosotros venimos de una experiencia de una rebelión popular muy importante en el 2001, que para nuestra organización fue de mucho crecimiento, también lo fue con otro grupo de izquierda, y en general de una proliferación de movimientos de masa. Y después de eso tenemos una cooptación política de todo eso que había crecido en la rebelión, de parte del kirchnerismo.
Entonces cuando teníamos una conclusión política muy hecha carne, digamos, de que la posibilidad de un ascenso de luchas frente al kirchnerismo, frente a otros gobiernos burgueses, necesitaba tener esa pata de contraste político para que tuviera solidez y no fuera capturada por otras variantes de recambio burguesa.
EM. Bien, otra pregunta, también un poco en este sentido, sobre este interés por aglutinar a la izquierda anticapitalista y que no haga concesiones, justo que no se vaya sesgando hacia la socialdemocracia. Me interesa ahora saber un poco, una vez que ya constituyen en el Frente de Izquierda Unidad, cómo logran mantenerlo a través de los años, a pesar de las diferencias.
Porque, bueno, nosotros que venimos de la izquierda sabemos que muchas veces cada organización hace su propia lectura política, evidentemente, y traza una línea a seguir, traza un plan a seguir, que muchas veces no empata con la otra organización. Y eso a veces lleva a fracturas, y ya no hay más unidad. Pero, sin embargo, ustedes han mantenido la unidad desde 2011, ahora estamos en 2024, ya es una unidad de un largo periodo, y es interesante saber de qué manera han logrado sobrellevar, porque sé que a veces enfrentan pugnas entre ustedes fuertes, pero, sin embargo, no se rompen. ¿Qué es lo que ha pasado ahí? ¿Cómo han logrado esto?
GK. Mirá, nosotros somos críticos muchas veces de la propia realidad del Frente de Izquierda, porque si bien se ha sostenido como un bloque electoral, y hasta cierto punto parlamentario, porque son muy contadas las veces que los diputados en los parlamentos no tienen la misma posición, más allá de un matiz, básicamente. Y en gran medida participamos en las mismas acciones de lucha en las calles, como te decía, con algunas salvedades, por ejemplo, que acá el movimiento de desocupados es muy importante, pero el PTS o Izquierdo Socialista no participa en el movimiento de desocupados, tiene una actitud sectaria con él. Pero, en general, estamos en un campo de lucha común, digamos, las organizaciones del Frente de Izquierda, pero no funciona como un verdadero frente único, como un cuerpo común.
Se entiende que nosotros muchas veces hemos hecho propuestas de este tipo, de que no se puede limitar al Frente, a las elecciones o al parlamento, y que tendría que tener congresos, plenarios, actos públicos comunes, o sea, una vida política como frente que incluso permitiría que agrupaciones, activistas sueltos, o gente que por ahí no es parte de uno de los cuatro partidos que componen el Frente, pudieran de manera más sistemática tener una participación, y nos parece que eso le daría un carácter de un canal mucho más importante. Esta es una diferencia importante que hemos tenido. Sin embargo, a la hora de valorar esa y otras diferencias, en cuanto a cómo construir una fuerza de la clase obrera, nosotros hemos elegido lo siguiente.
Las diferencias las discutimos públicamente cuando ameritan, no las disimulamos, incluso, por ejemplo, el último año hicimos una interna, una primaria, para destacar un debate público sobre esas diferencias. Pero al mismo tiempo, porque nos parecían importantes, esta que te digo del movimiento desocupado será una, porque ha sido un momento que el Estado burgués ha centrado todo su ataque contra este movimiento. Para nosotros tenía que jugar un rol central y defenderlo.
El problema es cómo sale ese movimiento de la pulseada con el Estado burgués de fin en la relación de fuerzas de la lucha de clases en la Argentina. Y es así, porque lo están atacando muy duramente ahora el gobierno de Milei, y eso genera cierta retracción de los sectores más de vanguardia, porque hay menos masa crítica para pelear contra el Estado, aunque estamos todos trabajando para reabrir eso, tanto en el frente de los desocupados en los barrios, como en las universidades, como en los sindicatos, como en cada uno de los sectores, pero es uno de los puntos críticos de la situación de la lucha de clases en la Argentina.
También en cuanto a cómo pararse frente al kirchnerismo en su retroceso político, donde para nosotros desde el PTS se le hicieron concesiones, considerando que era persecución política las causas de corrupción de Cristina Kirchner, que para nosotros, si bien son parte de una guerra entre sectores burgueses, no vamos a salir a defender a Cristina Kirchner, cuya corrupción es un hecho absolutamente público, y claro, nos parece un error de parte de Myriam Bregman decir eso públicamente, necesitábamos poder discutir temas como esos de manera pública.
Ahora, eso no hace que tengamos una postura liquidacionista, de pensar que el Frente de Izquierda deja de tener un valor como referencia de independencia de clase. Su ruptura unilateral, aduciendo estas diferencias parciales, por más importantes que puedan ser, sería un retroceso para los trabajadores de conjunto. No sería entendido positivamente ni serviría para una clarificación.
Sería renunciar a una posición conquistada que es que haya una izquierda que sea una referencia pública, que ha hecho elecciones importantes, que sirve para enfrentar en el terreno electoral a los partidos de la burguesía. Y a nosotros nos parece que eso sería liquidacionista. Incluso tuvimos discusiones internas, se retiró un sector del Partido Obrero que tenía posiciones ultimatistas y liquidacionistas, entre otras cosas con respecto al Frente de Izquierda.
Constituyó una pequeña organización, pero la inmensa mayoría de la organización valoró que incluso con estos límites hay que defender un polo de independencia de clase que nosotros opinamos —no queremos ser el ombligo del mundo como a veces nos acusan a los argentinos—, pero que el Frente de Izquierda —como vos también lo decías—, es una experiencia importante, no frecuente a nivel internacional y que hay que defenderla, incluso difundirla, digamos, todo lo que tiene positivo.
Fotografía: tomada de Facebook.
Primera parte: El Frente de Izquierda en Argentina, a contramano del progresismo.