Por: Eduardo Durán. CEMEES. 23/04/2020
El lunes 6 de abril, el presidente de México, anunció que, para contrarrestar los efectos en la economía que está ocasionando el COVID-19, va a utilizar el Fondo para la Estabilización de los ingresos Presupuestarios. Según los datos de la SHCP, este fondo, anteriormente llamado Fondo de Estabilización de Fondos Petroleros, era de 279, 770.7 millones de pesos para el cierre de 2018.
Para 2019, el fondo fue utilizado para cubrir el gasto que se realizó durante el año para subsanar el alto costo de los programas sociales prioritarios del gobierno federal, obteniendo un saldo final al cierre de 2019 de 158,543.1 millones de pesos.
El apalancamiento de una economía que requiere de políticas contracíclicas en medio de una crisis, tiene que ser respaldado con suficientes recursos para lograr que la crisis no se agrave más. Además, ese recurso tiene que estar bien orientado para que se pueda dar empleo a los miles de desempleados que son generados en cualquier crisis.
La apuesta por estimular el mercado interno a través del consumo del sector que de por sí son considerados en sus programas prioritarios es un mensaje claro de que el presidente tiene la misma receta para los momentos de calma que para los momentos de crisis, tal vez sea una propuesta más política que económica y por eso no ve la necesidad de cambiarla.
El optimismo en los ingresos es una de las razones por las que, en primer lugar, se tuvo que tomar de los fondos de emergencia el año anterior. Una economía que no crece y en la que no se aumentan impuestos al sector que puede pagar más, tendría que ser más realista con sus proyecciones. El gobierno debe aprender a gastar, pero más importante, a recaudar mejor, pues si no lo hace así, seguiremos siendo espectadores de cómo se acaba los ahorros de los mexicanos.
Eduardo Durán es economista por la UNAM e investigador del Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales.
LEER EL ARTÍCULO ORIGINAL PULSANDO AQUÍ
Fotografía: CEMEES.