Por: Eduardo Galeano. 15/01/2023
El 25 de diciembre de 1996, el escritor uruguayo Eduardo Galeano publicó, El derecho de soñar, un artículo literario y de opinión cuyas palabras siguen vivas hoy 26 años después. Esperanza viene de esperar, y estamos, desesperanzados, cansados de esperar. Recordar, del latín re-cordis, volver a pasar por el corazón, nos colectiviza, decía Galeano.
Vaya uno a saber cómo será el mundo más allá del año 2000. Tenemos una única certeza: si todavía estamos ahí, para entonces ya seremos gente del siglo pasado, y, peor todavía, seremos gente del pasado milenio.Sin embargo, aunque no podemos adivinar el mundo que será, bien podemos imaginar el que queremos que sea.
El derecho de soñar no figura entre los treinta derechos humanos que las Naciones Unidas proclamaron a fines de 1948. Pero si no fuera por él, y por las aguas que da de beber, los demás derechos se morirían de sed.
Deliremos, pues, por un ratito. El mundo, que está patas arriba, se pondrá sobre sus pies:
-En las calles, los automóviles serán pisados por los perros.
-El aire estará limpio de los venenos de las máquinas y no tendrá más contaminación que la que emana de los miedos humanos y de las humanas pasiones.
-La gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por la computadora, ni será comprada por el supermercado, ni será mirada por el televisor.
-El televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia y será tratado como la plancha o el lavarropas.
-La gente trabajará para vivir, en lugar de vivir para trabajar.
-En ningún país irán presos los muchachos que se nieguen a hacer el servicio militar, sino los que quieran hacerlo.
-Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas.
-Los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas.
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Fotografía: Question digital