“La rebeldía empieza en la cabeza que grita ¡no sirvo! ¡no me da la gana!*
Jorge Salazar García. 24/06724
En el articulo anterior “La deuda impagable…”** se explicó brevemente cómo los bancos generan deudas y las hacen impagables. Esta colaboración lo complementará con información derivada del Instituto Louis Even para la Justicia Social. De su publicación (2015) “Los dueños del Mundo” se toma, modificado, el relato ficticio del desarrollo de una comunidad en una isla perdida en el océano, ubicado temporalmente en 1930, época de la Gran Depresión durante la cual el valor de la moneda se respaldaba con oro.
Las llegadas
Un carpintero (Francisco), un campesino, un geólogo (Tomás), un granjero y un agricultor (Enrique) naufragan y llegan a una isla deshabitada. Después de explorarla hacen lo que saben y les gusta hacer para sobrevivir. Pasado algún tiempo y después de mucho trabajo colaborativo lograron progresar, sin acumular dinero. Pues ni había ni lo necesitaban. Tenían sus necesidades vitales satisfechas. Pero, debido a que provenían del mundo “civilizado”, había algunos problemas con el trueque. Todos conocían al dinero como facilitador del comercio no cómo se hacía y funcionaba. Providencialmente llega a la isla otro náufrago cuyo oficio es ¡banquero! Se llama Oliver.
El trato
Felices le piden se ocupe del asunto a cambio de sustento y casa. –Encantado-les respondió Oliver- Me encargaré de forjar la prosperidad en este lugar. Los anfitriones, al revisar sus pertenencias (prensa, papel, accesorios) vieron un barril sellado, el cual, aseguró Oliver, contenía oro. De inmediato aclaró que no sería la moneda circulante, sino billetes, y les preguntó cuánto necesitaban.
–No lo sabemos; calcúlalo tú– Le respondieron.
El banquero determinó darles 200 dólares a cada uno. Por la noche escondió su barril, armó su prensa e imprimió 1000 billetes de a dólar reflexionado: ¡Es fácil hacer billetes! Sacarán su valor de los productos que comprarán. Sin productos los billetes no valdrían nada. Mis cinco clientes tontos no piensan en esto. Creen que el oro garantiza el dinero. ¡Los tengo amarrados por su ignorancia!
Llegado el momento de la entrega les recuerda que su oro respalda el valor de los 1000 dólares; por lo tanto, es justo prestárselos con un interés del 8% anual. Todos aceptan el trato firmando un documento comprometiéndose a reembolsar el capital mas intereses (1080). Haciendo circular el dinero, los intercambios y la productividad aumentan, al inicio. Sin embargo la anterior armonía social empieza a tambalearse.
La realidad se impone
Un día Tomás, el geólogo, haciendo cuentas descubre que, aunque todos pudieran regresar los 200 dólares al final del año, sería IMPOSIBLE pagar los intereses (80) porque no existen. Nadie, aparte del banquero, imprime dinero. De ese modo, algunos perderán su patrimonio y, tarde o temprano, todos correrán igual suerte. Alarmado, Tomás comunica a sus compañeros que Oliver los ha engañado. Van a verlo y le preguntan: ¿Cómo podemos devolverte 1080 dólares sí sólo hay mil? –No se preocupen– les pide el banquero, agregando: –Les daré otro préstamo– Señalando que con el anterior aumentaron la producción.
–Sí, pero el dinero no aumenta, sólo tú puedes hacerlo. Y es precisamente lo que reclamas, no productos-Le replicaron.
Simulando benevolencia Oliver los calma recordándoles que gracias al oro puede imprimir y prestarles más dólares al mismo interés, a cambio de hipotecar sus propiedades. Uno de los presentes le reclama que se pasarán la vida pagando la deuda. Entonces el banquero les pide pagar sólo los intereses mientras consolidan la deuda (refinanciándola).
– Así funcionan los países civilizados. La deuda pública con los banqueros es señal de progreso– les dice arrogante.
Institucionalización de la deuda
Les aconseja organizar un sistema de pagos que permita liquidar los intereses puntualmente, creando impuestos. Aprobada la propuesta, todos regresan a trabajar. Al principio algunos progresan. Pero el dinero circulante disminuye paulatinamente pues se ahorra para poder pagar los intereses. Surge la desigualdad, aumentan los precios y los impuestos. La gente compra menos. Consecuentemente los ánimos bajan y no hay ganas de trabajar. ¿Para qué? Los productos no se venden bien y hay que pagar impuestos. La isla cae en crisis. Van con el banquero y se quejan:
–Se le paga y se le paga y seguimos debiéndole tanto como al principio. Nos encontramos peor que antes de su llegada. ¡Deudas!, ¡Deudas!, ¡Deudas hasta el cuello!”
Le manifiestan que eso no es justo y se niegan a continuar con el trato. Mientras los escucha, previendo rebeliones futuras, Oliver diseña un plan para dividirlos. Su estrategia es promover la conformación de partidos, dado que en la isla hay 3 liberales (guinda) y 2 conservadores (rosa). Valiéndose de su prensa edita dos folletines: El Sol y el Heraldo. En el primero publica: “Si ya no eres dueños de tu isla es culpa de esos conservadores (neoliberales) que lo han vendido todo”. En el Heraldo, previo chayote, ordena atizar el encono, publicando: “La ruina de los negocios y la deuda son obra de esos malditos liberales (comunistas). Ya polarizados, ambos bandos se olvidan de la deuda.
Deuda impagable
Regresando al préstamo de 1000 dólares con 8% de interés anual puede demostrarse la imposibilidad matemática de su pago en la siguiente tabla.
AÑO | PRÉSTAMO | DEUDA | INTERÉS | CIRCULANTE | CIRCULANTE |
1 | 1000 | 1080.0 | 80.0 | 1000 | 920.0 |
2 | 1000 | 1166.4 | 86.4 | 1000 | 833.6 |
3 | 1000 | 1259.7 | 93.3 | 1000 | 740.3 |
4 | 1000 | 1360.5 | 100.8 | 1000 | 639.5 |
5 | 1000 | 1469.3 | 108.8 | 1000 | 530.7 |
6 | 1000 | 1586.9 | 117.5 | 1000 | 413.1 |
7 | 1000 | 1713.8 | 126.9 | 1000 | 286.2 |
8 | 1000 | 1850.9 | 137.1 | 1000 | 149.1 |
9 | 1000 | 1999.0 | 148.1 | 1000 | 1 |
10 | 1000 | 2158.9 | 159.9 | 1000 | 0 |
Retirando intereses | |||||
35 | 1000 | 13690 | 1014 |
En la columna 6, se muestra que si Oliver retirara de circulación los intereses, para el décimo año habría 0 billetes en circulación. Todo el dinero retornaría al banquero y la deuda se duplicaría (amarillo).
En la columna 4 se ve la cantidad de 1014. Son los intereses sin retirar, acumulados después de 35 años. Los mil dólares circulantes no alcanzarían para pagarlos y la deuda sería 13.4 veces mayor (Columna 3).
Claro, a cada vencimiento de pagarés corresponde una renegociación del crédito. Esto permite al agiotista imponer leyes, tratados y megaproyectos, recibir concesiones y privatizar bienes. De ningún modo le conviene le paguen la deuda. El negocio está en prestar más dinero sin respaldo productivo, subir intereses y apropiarse de las garantías crediticias generando inflación, devaluación y empobrecimiento de los trabajadores. La deuda es impagable. Es dinero virtual, registrado en papel. Es un fraude legalizado por los gobiernos que se endeudan. No importa qué tan rica sea una Nación o trabajadora su gente, la deuda la esclavizará.
La liberación
Enrique descubre al otro lado de la isla un baúl. Contiene un libro titulado “De un régimen de deuda a la prosperidad”. Allí descubre que el dinero NO obtiene su valor del oro, sino de los productos que puede comprar. Entendió que el total del circulante depende de la producción total (Producto Interno Bruto, PIB). A cada aumento de este, corresponde un aumento de dinero circulante. Por lo tanto, “El Progreso viene del reparto proporcional de dividendos entre quienes trabajan”. Al dividendo el trabajador le llama salario; el empresario, ganancia. Pronto Enrique le dice al resto que es posible pasar de un deuda castrante a un régimen de prosperidad estableciendo el crédito social. Así que despiden a Oliver advirtiéndole:
–Te devolveremos el capital, pero ni un centavo de intereses. No puedes reclamar dinero inexistente.
El banquero, presionado, aceptó todo, incluso que revisaran su inventario. Y ¡oh sorpresa! Su barril no tenía oro sino piedras. -¿Hipotecamos todas nuestras posesiones por pedazos de papel respaldados por piedras? ¡Es un robo agravado con mentiras! ¡Pensar que casi nos destruimos uno al otro por culpa del fraude de este diablo!”- Cuestionó indignado Francisco.
Crédito social y banco central
Hacer posible cierta prosperidad en el capitalismo exige que el crédito registrado digitalmente (financiero) represente exactamente un crédito real, no exceder su valor. Que la capacidad de producción debe determinar el movimiento de las finanzas, no al revés. El Crédito Social prioriza lo objetivo sobre los simbólico diferenciando producción de registros contables. Concibe al salario como un dividendo no una recompensa o pago por un trabajo. A cada aumento de productividad o precios corresponde un aumento de dividendos. Sólo teniendo una banca central soberana puede crearse el crédito social. Así, cuando alguien necesitara un crédito, le darían dinero sano, respaldado por el PIB. Una vez vendidos los productos, la suma prestada regresará al fondo del banco, beneficiándose todos. El dinero se convierte en un instrumento de servicio. Ese es el dividendo nacional.
Conclusiones
Las deudas son impagables, despojan a personas y naciones. Convierten en lacayos a los gobiernos que aceptan dócilmente endeudarse y privatizar los bancos centrales. Ponen en manos de agiotistas la política económica, tasas de interés, inflación, emisión de moneda, control de cambios, privilegiando criterios empresariales externos.
México ya no tiene banca central. Salinas la entregó en 1992 a Balckrock, específicamente a Citigroup. Este banco ha tenido 3 gobernadores neoliberales. La actual, Victoria Rodríguez Ceja no cambiará esa orientación. Seguirá obedeciendo a los banqueros a quienes les ha ido de maravilla (ganaron 182 mil millones de pesos en 2021), gracias a que AMLO no les incrementó impuestos, protegió las concesiones, respetó el TLCAN, cumple la agenda 2030 y, más que nada, no nacionalizó el banco central. Aquí los megaricos viven un socialismo (el Estado los protege) y los pobres un capitalismo salvaje que los obliga a pagar los saqueos de los poderosos. Ah, ahora gobierna (es un decir), el partido guinda y el jueves próximo el Club de Banqueros entregará a Claudia sus peticiones, que les serán cumplidas con fervor. Mientras aquí en Veracruz masacran al pueblo para proteger sus trasnacionales. ¡Faltaba más, carajos!
*Julio Anguita
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