Por: La Jornada de Oriente. Víctor Hugo Varela Loyola. 07/08/2017
México requiere de una reforma educativa que combata el rezago escolar en el que se encuentra casi la mitad de la población mayor de 15 años de edad del país y no una que acose a los docentes de educación básica, cuya labor es la base de la enseñanza que se imparte en los niveles subsecuentes, sostuvo el investigador de El Colegio de México (Colmex), Manuel Gil Antón.
Observó que la reforma educativa implementada por el gobierno de Enrique Peña Nieto no está llegando a las aulas y solamente existe en la propaganda que a diario –a razón de 91 mil pesos por hora tan solo en 2016– realiza la Secretaría de Educación Pública (SEP) federal, a efecto de posicionar este tema como bandera electoral en 2018.
“La reforma educativa ha sido y va a ocurrir en la propaganda, que cada vez tenemos más anuncios, que no está pasando nada en las aulas. La reforma sí se necesita, pero no así, la evaluación es muy importante pero de cualquier modo, sí necesitamos que el magisterio recupere la voz. No se vale que en México valga más tener conocidos que conocimientos, ese es el reto de la reforma educativa”, afirmó el también autor de diversos libros.
Manuel Gil Antón expuso estas reflexiones en la conferencia titulada “La reforma educativa: un balance crítico”, con la cual cerró el Foro Reforma Educativa que organizó la Facultad de Ciencias para el Desarrollo Humano de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT).
Anotó que la reforma educativa de Enrique Peña Nieto pasó de la prisa al letargo y, en estos momentos, a la premura, tras analizar la forma como fue diseñada y aprobada dentro del Pacto por México entre el PRI, PAN y PRD y el gobierno federal, y como es aplicada en la actualidad por la SEP.
Sin embargo, cuestionó que el gobierno federal, apoyado por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), haya colocado al docente de enseñanza básica como el origen de toda la problemática que aqueja al sistema educativo nacional y comparó esta actitud de la SEP con la que asume el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contra los migrantes.
“Todos estamos enojados con Trump porque eligió a los migrantes como la causa de todos los males, (pero) es lo que hizo la reforma: acusó a los maestros como los causantes de todos los problemas en educación, y el muro es la evaluación con la que deportan del trabajo al desempleo al profesor, o si no lo clasifica en niveles uno, dos o tres”.
Para Gil Antón, el verdadero reto de una reforma educativa es abatir el rezago en que se encuentra casi la mitad de la población mayor de 15 años de edad del país, provocada por la inequidad y desigualdad que persiste en México y porque el gobierno federal ha sido incapaz de garantizar las condiciones para cumplir el derecho a la educación que tienen los mexicanos.
Refirió que de una población de 74 millones de mexicanos de entre 15 y 64 años, 5.4 millones son analfabetas, 10.1 sin primaria, 16.4 sin secundaria; en total, 31.9 millones a los cuales el Estado no les dio condiciones para concluir el ciclo académico obligatorio en su momento.
Estos 31.9 millones de mexicanos en rezago representan el 43 por ciento del grupo de edad de 15 a 64 años, y significa una buena proporción de la población económicamente activa y de los ciudadanos que no tuvieron la oportunidad de ir a la escuela a aprender
A este rezago escolar, abundó, cada ciclo lectivo se suma un millón de estudiantes de entre 6 y 17 años que dejan la escuela. Gil Antón pidió eliminar del vocabulario pedagógico la palabra desertar, pues esta indica que es responsabilidad del alumno ya no continuar sus estudios y no que el Estado fue incapaz de dar las condiciones para ello.
Expuso que de los pocos mexicanos que consiguen completar 12 años de educación, 60 por ciento tiene deficiencias en lectura, escritura y razonamiento lógico, es decir, un deficiente aprendizaje. “Aprender en este país es cuestión de un volado y este volado está cargado de desigualdad”.
“Los cinco integrantes del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), cada uno por separado, ha escrito el equivalente a que un 60 y hasta el 70 por ciento de la varianza en los aprendizajes deriva de factores extraescolares, es decir, el impacto de la desigualdad en el aprendizaje es muchísimo mayor que el impacto de los factores escolares.
Y de los factores escolares, el asociado en una regresión seriamente hecha al profesor andará por el 8 por ciento, porque la educación es un vínculo”.
Apuntó que el problema del rezago educativo es gravísimo, “pero fuera del contexto del análisis de la desigualdad, resulta que la culpa es de los profesores. Ahora dicen que con una evaluación al desempeño es suficiente para decir que una profesora con una trayectoria de 25 años, que está haciendo un trámite para jubilarse porque está aprobada por la vida, pero reprobada por el INEE, aprobada por sus discípulos, pero reprobada por la “confusión múltiple”.
Por ello, advirtió que la escuela no está funcionando, pues si se suma al rezago escolar las deficiencias en aprendizaje, “el rezago educativo en México muy probablemente alcance al 50 por ciento de la población mayor de 15 años. Ese es el problema en el país en materia educativa y es indisociable del problema de la desigualdad, es indisociable de un proyecto de país, en el cual no se ha querido desde hace 30 años tocar la distribución del ingreso. Acusar a la escuela y sobre todo al magisterio de ser el causante del problema educativo, solo tiene un término: es una canallada”.
Gil Antón señaló que para evitar mayor análisis, el gobierno optó por simplificación acusar a los maestros de ser los causantes de la problemática educativa, “a algo que la televisión ya había construido. Existe un clasismo y racismo en la acusación al magisterio, que tarde o temprano nos tiene que dar vergüenza y hay que denunciarlo. Esta reforma está fincada en una acusación que acosa al magisterio con base en el desprecio, clasista y racista por un grupo profesional. Todos son ignorantes salvo que la evaluación demuestre lo contrario”.
Aseveró que el trabajo que realizan los docentes de educación básica es la columna de donde se sostiene la educación superior. “Los intelectuales más importantes del país no son los investigadores del Sistema Nacional de Investigadores (SIN), son los profesores de la escuela básica porque son los que construyen las estructuras cognitivas. Con qué altivez, con que soberbia, con qué cinismo se puede pedir que un profesor tenga que hacer examen fuera del contexto de donde trabaja”.
Anotó que la probabilidad de que un mexicano llegue a la educación superior depende de la escolaridad de sus padres, si no tuvo educación la probabilidad es de 0.02, si tuvo secundaria incompleta es de 0.17, si es hijo de un papá con posgrado es de 93 por ciento. De cada 100 mexicanos siete ingresan a la educación superior.
“Por eso la transformación educativa es urgentísima y, sin embargo, no es ésta a la que está orientada la reforma, es decir, nuestro sistema educativo, en vez de paliar la desigualdad la recrudece, están sesgados los accesos y las permanencias, no hay coordinación entre ingreso y egreso. Estamos criticando, no la reforma educativa porque no haga falta, sino porque esta no es una reforma educativa, aunque tenga consecuencias en la educación muy graves, sí a la reforma educativa, pero no así”.
Expuso que la reforma educativa está en la modificación a la fracción 25 del artículo 73, donde se establecen las facultades exclusivas del Congreso de la Unión para establecer que los términos de ingreso, promoción y permanencia del magisterio son facultad de lo que estipule el Congreso, no del artículo 123.
“La Ley del Servicio Profesional Docente es una ley de excepción laboral para el magisterio. Es gravísimo y no lo vimos. Esta norma es simplemente la aplicación de la reforma laboral. La tesis es que se tiene una reforma a la administración del sistema escolar y sus plazas. Retroactivamente quitó derechos adquiridos.
“Pero se construyó la imagen del magisterio como el causante de todo el problema y que se tiene que cambiar a los docentes a través de una evaluación. No es cierto que al quitar la seguridad en el empleo y hacer precaria la condición laboral se va a tener una mejor educación, es una lógica perversa que concibe al miedo como el principal impulsor de la calidad. El miedo produce la presentación y aprobación de exámenes, no una nueva tradición pedagógica”.
Para Gil Antón, nunca fue cierto que quisieran que el Estado recuperara la rectoría de la educación, “querían recuperar la relación con el SNTE, hoy Juan Díaz y su cohorte, son los operadores de la reforma educativa, que le ha quitado la estabilidad en el empleo y el futuro de un empleo y de seguridad laboral a todo el magisterio del país, si eso no se llama abyección, no sé cómo llamarlo”.
“Cuando dicen: es que estamos terminando con viejas prácticas sindicales, ¡no!, deben meter a la cárcel a ex gobernadores de muchos estados del país que lograron gobernabilidad a través de hacer concesiones políticas con el SNTE”, como la venta y herencia de las plazas docentes.
El régimen de terror, implementado por la SEP, apuntó, está obligando a los profesores no a enseñar mejor, sino a preparar su examen de desempeño. “No se ha llegado al aula y no se va a llegar, porque se ha confundido a la evaluación como una aproximación de lo que puede ocurrir en el aula”.
La reforma educativa será tema electoral en 2018
No obstante, consideró que la reforma educativa va a ser una carta fundamental en el proceso electoral de 2018. “Me parece que están colocando a la reforma educativa como la única que les salió de las 12 que propusieron, y les salió en la tele, no en el aula, les salió en materia laboral, no en materia educativa”.
“Y sin embargo, ante la opinión pública va a ser: si no seguimos nosotros, van a abrogar esta reforma, van a volver los que vendían y heredaban las plazas, ¿quieren ustedes que se sigan vendiendo y heredando plazas?, voten contra el PRI. Por eso me parece que están poniendo a la reforma, con toda claridad, como una gran estrategia política”.
Reveló que hizo el trabajo de sumar lo que ha gastado Comunicación Social de la SEP federal en anuncios sobre la reforma, “lo dividí entre los días del sexenio y esa reforma nos ha costado 91 mil pesos por hora, solo en 2016, 800 millones de pesos”.
LEER EL ARTÍCULO ORIGINAL PULSANDO AQUÍ.
Fotografía: La Jornada de Oriente