Por: Alejandra Cortina. 22/04/2021
*Solo 75% de los países garantizan acceso a la anticoncepción.
** La salud sexual y mental de las mujeres está vulnerada.
Las desigualdades sociales que afectan a sectores poblacionales históricamente desfavorecidos y cuya característica principal es la exclusión, inciden profundamente en el ejercicio y goce de sus derechos humanos a tal grado, que muchas mujeres alrededor del mundo ven limitado su derecho a elegir, a tomar decisiones por cuenta propia y a actuar conforme a su voluntad.
En este contexto, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA por sus siglas en inglés) presentó el informe del estudio titulado “Estado de la Población Mundial 2021 del UNFPA:Mi cuerpo me pertenece”. Cabe señalar, que es la primera vez que un informe de las Naciones Unidas se ha centra en la autonomía corporal “el poder y la capacidad para tomar decisiones sobre nuestros cuerpos, sin temor a la violencia o a que alguien más decida por nosotros”.
De acuerdo con los resultados del estudio, existe una fuerte relación entre el poder que tienen las mujeres para tomar decisiones sobre sus cuerpos y los niveles educativos más altos, en consecuencia la educación en salud y sexualidad debe colocarse sobre la mesa y generar discusiones fundamentadas que permitan desarrollar medidas legislativas, políticas públicas y acciones concretas no solo respecto de los contenidos a abordar desde la escuela, sino de las formas de garantizar la posibilidad de decidir sobre la propia corporeidad a niñas, adolescentes y mujeres.
Pero ¿Por qué es importante el poder de decisión? De acuerdo con el informe de las Naciones Unidas, el poder de decisión repercute en áreas como son la salud en general y, particularmente en la sexual y reproductiva, la capacidad para adquirir bienes, contar con un empleo remunerado, tener tiempo de ocio y evitar la violencia de género.
Los avances en temas de igualdad son innegables, sin embargo, solo el 55% de las mujeres son capaces de tomar decisiones en torno a la atención médica, selección de métodos anticonceptivos o sí desea o no establecer relaciones sexuales con su pareja.
Se estima que en el mundo solo el 71% de los países garantizan el acceso a los servicios de maternidad integral, mientras que el 75% garantizan legalmente un acceso pleno y equitativo a la anticoncepción. Por otro lado, únicamente el 80% de los países tienen leyes que apoyan la salud y bienestar sexuales y, solo en 56% existe legislación y políticas públicas que apoyen la educación integral en sexualidad.
Como se puede advertir, resulta urgente continuar incidiendo esta materia si se quiere realmente erradicar las violencias que experimentan diariamente las mujeres y niñas.
Además, el informe reporta que en México, Azerbaiyán y Rwanda “algunas mujeres aceptan renunciar a su derecho a negarse a mantener relaciones sexuales”, además, en el panorama mundial se ha identificado que entre el 4% y el 29% de las mujeres que indican utilizar métodos anticonceptivos lo hacen sin que sus maridos o parejas lo sepan, situación que es descrita como negativa y desempoderadora, afectando con ello la percepción que tienen sobre sí mismas y su posibilitar para actuar conforme a sus deseos y necesidades.

¿De qué depende la libertad en la toma de decisiones importantes respecto del propio cuerpo? Sin duda, un aspecto a destacar es el acceso a la información: desde la familia, otros entornos sociales, y el ámbito jurídico.
Otro elemento importante que se ha señalado líneas arriba es el nivel educativo. Al respecto, se ha observado que, a menor nivel educativo existe mayor probabilidad de que las mujeres experimenten situaciones de violencia y discriminación. En otras palabras, impedir que una mujer tome decisiones respecto de su sexualidad influye en el acceso a la educación, empleo, servicios.
Lo anterior, impacta de forma adversa el desarrollo del país, al verse afectado el potencial de las mujeres a desarrollarse personal, laboral y económicamente. Por lo que, además de contar con legislación que proteja el cuerpo de las mujeres es importante que se implemente sin distinción.
Para finalizar, aunque los avances son alentadores en materia de género sigue siendo necesario hacer consciencia de la posibilidad de decisión que tienen las niñas y mujeres respecto de su cuerpo, de conocer cómo funciona y cuáles son sus derechos, esto no solo desde el ámbito público, sino desde el entorno familiar y social más cercano.

Fotografía: Fondo de Población de las Naciones Unidas