Por: Ricardo Guaglianone. 10/11/2021
El nuevo orden requiere que todo sea virtual y en base a esta idea, se va concretando el control de la población y de cada individuo. Dentro de esta línea de control de individuos y sociedades, la jugada audaz y controvertida, es la instalación de Bio-chips, mecanismos foráneos en el cuerpo humano que provean información, en tiempo real, no solo de los estados de ánimo, de la situación patrimonial o sanitaria del individuo, sino de sus más íntimos pensamientos y acciones.
Desde hace un año a esta parte, con el desarrollo de la pandemia, el miedo al contagio y el incremento de la inseguridad, los bancos locales han avanzado en una idea que ya está implementada en forma avanzada en varios países del mundo, junto a otras medidas que llevaran al control total de la población: la eliminación del efectivo para manejarse en los gastos corrientes, suplantando los billetes por billeteras virtuales.
El nuevo orden requiere que todo sea virtual y en base a esta idea, se va concretando el control de la población y de cada individuo, mientras que una parte importante de la población de cada país, los que no están contemplados en el actual sistema, se transforman también en actores virtuales, que requieren otras atenciones.
Para ellos, para los excluidos, los no contemplados, los que no tienen que consumir porque hay poco en el planeta y los poderosos necesitan esos recursos para sostener sus estilos de vida, para ellos, también el poder ha pensado algo: hasta ahora, está previsto darles un plato de polenta o fideos con algunos trocitos de carne y algunas monedas para que no hagan mucho barullo mientras sobrevivan. Luego se verá.
Para los otros, está contemplado que estén controlados a través de las redes sociales, de los celulares y en un futuro no muy lejano, por el bio-chip. Estos “integrados” al sistema, llevaran una vida más holgada pero de ninguna manera libre, porque todo el mucho o poco buen pasar, tiene un precio: aceptar las normas, no joder en nada que afecte al sistema de poder y obedecer, adaptarse, a los cambios que produzcan quienes dictan las reglas.
Que es el bio – chip
Con la pandemia se ha fortificado estas nuevas formas de establecer relaciones comerciales en el mundo, impulsadas por las grandes corporaciones económicas y los bancos, que tiene varias vertientes:
1) eliminar el uso de dinero efectivo y bancarizar todos los gastos
2) controlar toda la producción de alimentos produciendo frutas y verduras transgénicas y en el futuro patentar las semillas, a través de una nueva Ley de Semillas en cada país
3) explotar los recursos naturales de los países periféricos para sostener el sistema de consumo exacerbado del primer mundo, esto incluye minería a cielo abierto, pesca devastadora en los océanos y acopio de tierras fértiles para producir alimento transgénico.
4) profundizar el control de la población y la economía a través de los sistemas de teléfonos celulares, redes sociales, datos biométricos, bancarización de la vida cotidiana y destrucción de la soberanía alimentaria de cada nación.
5) provisión de una amplia oferta de entretenimientos para que la gente use el tiempo en cuestiones estúpidas, deje de pensar y obedezca al sistema convencida que es lo mejor que hay.
Dentro de esta línea de control de individuos y sociedades, la jugada audaz y controvertida, es la instalación de mecanismos foráneos en el cuerpo humano que provea información, en tiempo real, no solo de los estados de ánimo, de la situación patrimonial o sanitaria del individuo, sino de sus más íntimos pensamientos y acciones.
Esta instancia esta implementada por ley en algunos países a partir del nacimiento y consiste en la instalación de un microchip en el cuerpo humano que lleva todos los datos del portador, (por si se pierde, lo secuestran, se enferma, etc.) y cuando sea adulto tendrá toda su historia en el chip más un sinfín de claves para moverse en lo cotidiano, entre ellas, el número de cuenta bancaria, la clave para abrir el departamento, el auto o la heladera, entre otras funciones.
Hace unos años, el presidente Obama impulso en 2016, la ley HR 3590 y 4872 la cual exige que todos los ciudadanos nacidos a partir de esa ley en los EE.UU, tengan el RIFD implantado (Radio Frequency IDentification) y también la Unión Europea impulsa una ley similar.
El bio-chip mide 7mm de largo y 0.75mm de ancho, (más o menos el tamaño de un grano de arroz) y contiene un transponer y una batería de Lítio recargable.
Transponder es un sistema de almacenamiento y lectura de información que está contenido en el microchip, a la que se puede acceder por control remoto o por satélite.
En varias naciones, además de Estados Unidos, parte de la población adulta ya adoptaron el sistema que va teniendo cada vez más adeptos ; entre ellas: Reino Unido, Canadá, E.U.A., Australia, Nueva Zelanda, Israel, Hong Kong, China, Indonesia, Macau, Malasia, Filipinas, Singapur, Tailandia, Índia, Taiwan, Sri Lanka, Costa Rica, Guatemala, Nicaragua, Panamá, Honduras, El Salvador y Brasil.
Voces en contra e interpretaciones bíblicas
Europa está avanzando mucho en la instalación de los bio – chip y también es el lugar de donde están saliendo las voces más potentes que cuestionan el sistema porque convierte al ciudadano en una cosa, un objeto más, mientras que otros le dan una impronta religiosa y hablan de señales del comienzo del Apocalipsis.
Para algunos es el principio del fin, el mundo está en una senda de autodestrucción, en cambio para las corporaciones, es el nacimiento de un «nuevo orden mundial», que ellos manejaran para el bien de la humanidad.
Para esto invirtieron 1.5 millones de dólares en estudios para saber cuál era el mejor lugar para colocar el bio – chip en el cuerpo humano y encontraron dos lugares satisfactorios: la cabeza, debajo del cuero cabelludo y la mano derecha.
A partir de estos estudios comenzaron la fabricación en serie de millones de biochips por año, para trasformar al ser humano en un libro abierto que se pueda leer digitalmente.
Los más críticos, citando a la Biblia, le otorgan a esta iniciativa un carácter diabólico y hablan del cumplimiento de las profecías citando párrafos del Apocalipsis:
“Y hacía que a todos, pequeños y grandes,
ricos y pobres, libres y esclavos,
se les pusiese una marca en la mano derecha
o en la frente”. (Apocalipsis 13:16)
“Y que ninguno pudiese comprar ni vender,
sino el que tuviese la marca,
o el nombre de la bestia,
o el número de su nombre”. (Apocalipsis 13:17).
El país más avanzado en la implementación de este bio-chip es Dinamarca, donde el gobierno determinó que los minoristas no estén obligados a aceptar pagos en efectivo, tiendas de ropa, restaurantes y estaciones de servicio ya no están legalmente obligados a aceptar pagos en billetes.
Estos sistemas de control cotidiano lo impulsa también la ONU que para el año 2030, quiere que cada persona tenga una identificación biométrica y esa información sea almacenada en una base de datos universal, ubicado en Ginebra, Suiza.
¿Qué son los datos biométricos?: Huella dactilar, reconocimiento facial, del iris, de la geometría de la mano, de retina, reconocimiento vascular, de firma, de escritura, de voz, de escritura de teclado y de la forma de andar, entre otros tipos de reconocimientos biométricos.
Identificar y monitorear a cualquier persona se completa con miles de cámaras en las ciudades y un menú infalible: computadoras, Internet, smartphones, tablets, VISA, Mastercard, wasapp, Facebook, twiter y redes de todo tipo.
Bienvenidos al nuevo orden. La pandemia existe, hay que cuidarse.
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Fotografía: Conacyt