Por: Tercera Información. 08/04/2018
Faltan menos de dos meses para las elecciones presidenciales. El panorama político para el chavismo ante esa contienda es unitario: todos con la candidatura de Nicolás Maduro. El cuadro en las filas de la derecha está en cambio marcado por las recrudecidas divisiones, incapacidades estratégicas: a cinco años de la primera campaña presidencial de Maduro no han sido capaces de articularse y construir un liderazgo real, con apoyo popular. No son una alternativa para las mayorías y se han quebrado en torno al debate de si acudir o no a la cita electoral.
Las debilidades que tienen no son nuevas, se han abierto luego de la derrota del 30 de julio del año pasado y se han agravado desde entonces. Esto los ha puesto en una situación de debilidad evidente, con tres variantes: el Frente Amplio, espacio que aglutina a la MUD y nuevos aliados, que oscila entre el golpismo y la posibilidad electoral; Soy Venezuela, que públicamente descarta la posibilidad de los votos; y, en ese cuadro, la fuerza que encarna Henry Falcón, débil, oportunista.
Todos, en particular los dos primeros espacios, mendigan apoyo en el extranjero, lugar donde reside el centro de gravedad y se toman las decisiones centrales sobre qué hacer ante la revolución. Hoy fue el turno de Julio Borges, Jorge Ledezma y Carlos Vecchio, que estuvieron en Francia, y donde el presidente, Macron, dijo oficialmente que las próximas elecciones presidenciales en nuestro país no serán justas y libres. No fue un logro de los dirigentes opositores, sino una expresión de la alianza que tiene el gobierno francés, y la Unión Europea, con el gobierno norteamericano en muchas políticas exteriores.

En paralelo se dio una cesión del autodenominado Tribunal Supremo de Justicia en el exilio, en Colombia, donde la prófuga exfiscal Luisa Ortega Díaz fue a pedir un antejuicio de méritos contra Nicolás Maduro y su orden de captura en la Interpol. El ilegal e ilegítimo Tribunal volvió así a aparecer. No fue por decisión propia, fue como parte de una maniobra de los Estados Unidos. Ni ese falso Tribunal, que nadie conoce ni reconoce en Venezuela, ni Luisa Ortega Diaz tienen capacidad de decidir sobre sus acciones, son parte de un plan dirigido del imperialismo que busca las formas de encontrar un desenlace en Venezuela.
La situación interna de la derecha y los movimientos del frente exterior, indican que los golpes principales vienen y vendrán desde el extranjero, con epicentro en la economía, con el objetivo de empeorar aún más las condiciones de vida, la diplomacia, las fronteras, y, siempre puesto sobre la mesa, con la hipótesis de una acción de fuerza. Es afuera de nuestro país donde se planifican los ataques, se diseña el plan que abarca todas las áreas de la vida.
En ese contexto es necesaria la unidad en torno a la candidatura de Nicolás Maduro, lograr que se genere una alta participación en las elecciones, lo que permitirá darle mayor legitimidad a la posible victoria del chavismo, sabiendo que esta seguramente no será reconocida y algunos sectores podrán intentar ese momento para una acción de fuerza. En segundo lugar, es clave lo que hemos venido planteando en reiteradas oportunidades: poner la fuerza en la producción, la distribución, el fortalecimiento del poder de la gente en los territorios, sectores, para lograr mayor capacidad de respuesta a los impactos de la crisis, y mayores espacios para la democracia participativa y protagónica.
Debemos defender la revolución por los votos y en simultáneo avanzar en las líneas estratégicas. Esto pasa por poner en centro de la escena al sujeto histórico de la revolución, como estrategia de construcción, avance y resistencia, y frenar los retrocesos que se han venido dando en algunos sectores, expresados, por ejemplo, en desalojos campesinos, o en los “asesinatos en las barriadas populares” por parte de funcionarios policiales, como lo denunció José Vicente Rangel. El pueblo debe ser sujeto protagónico, centro de gravedad de la construcción del país democrático. Convertirlo en objeto es un peligro que late en algunas visiones del chavismo. En la gente, su poder, organización, debe estar el horizonte inmediato y estratégico.
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Fotografía: Tercera Información