Por: Roberto González Villarreal, Lucía Rivera Ferreiro, Marcelino Guerra Mendoza. Profesores investigadores de la UPN Ajusco. Columna: CORTOCIRCUITOS. 24/06/2025
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Hace unos meses decir que la IV T es la fase progre del neoliberalismo, cuya función es mantener, legitimar y profundizar la racionalidad neoliberal en el gobierno mexicano[1] era una barbaridad, una exageración, “la mala leche” de investigadorxs críticxs, un ejemplo de “pseudo-análisis sesgados”. Hoy esa formulación es casi anodina, sobre todo después del paro magisterial del 15 de mayo pasado. Pero no nada más, sino también del evidente compromiso de la IV T, desde la presidencia de la república, hasta la presidencia de MORENA, la Cámara de Senadores, los y las comunicadoras del nuevo régimen, con los dueños de las AFORES, el capital financiero, inmobiliario, minero, industrial y de servicios – para no hablar de la estabilidad estratégica del necro-capital o del capital mafioso.[2]
El asunto es muy sencillo, puede considerarse como la más grande enseñanza del 15 M: los gobiernos de la IV T encuentran sus límites en los pilares del neoliberalismo, ni siquiera del capital en general, sino apenas de la gestión neoliberal.
Quedaron atrás las promesas-compromisos de AMLO y de Claudia de revertir el régimen neoliberal de pensiones, ese de las cuentas individuales; también las consultas a las comunidades sobre los proyectos extractivistas; se fundieron en promesas vagas y en retórica cada vez más parecida a los de antes, las promesas de campaña e incluso el “testamento político de AMLO”; se acabaron los mejores momentos de la política exterior mexicana, aquella de la autonomía y soberanía de los pueblos, cuando se puede denunciar a una autócrata de cuarta, como la presidenta peruana, pero se es incapaz de nombrar el genocidio del pueblo gazatí y la guerra imperialista de los EUA y de Israel.
Más engaños a la vista
El día de hoy, 22 de junio, es el día de los engaños, otros más al magisterio movilizado, de esos engaños que no engañan a nadie: los decretos para reducir la edad de jubilación de maestros y maestras y el decreto de movilidad magisterial
Ni siquiera hubo que esperar a las lecturas a renglón seguido, esas que toman tiempo por la sorpresa y la densidad del argumento. Las críticas fueron inmediatas; de hecho, se habían hecho ya, cuando se presentó la propuesta de reducir la edad de jubilación como respuesta -sería mejor decir sucedáneo-, a la demanda de abrogación de la ley del ISSTE de 20007, la de Calderón.
El engaño es manifiesto: en el paro del 15 M, la CNTE, que ahora reúne múltiples fuerzas de todo el territorio nacional, demandaba abrogación de una ley con el propósito de cambiar el régimen neoliberal de pensiones, el de las cuentas individuales, las AFORES y las pensiones misérrimas. La IV T contestó primero con una modificación recaudadora en febrero, y ahora con un decreto que reduce la edad de jubilación para quienes se encuentren en el décimo transitorio de esa ley, es decir, para alrededor de la cuarta parte de los derechohabientes del ISSSTE. Se demanda una cosa, se contesta con otra: vieja estrategia gubernamental.
Lo mismo que el famoso aumento salarial del 9% retroactivo a febrero y 1% desde septiembre. De manera increíble, e indigna de una científica, la composición del aumento todavía sigue estando en duda; desde luego no es el 9%, porque suman aumentos al salario base y a las prestaciones, que afectan a montos distintos del ingreso total docente. Lo peor es cuando vemos que los responsables de informar todo esto no es la SEP, ni siquiera el SNTE, sino los youtubers que recogen documentos, declaraciones, trascendidos y demás. Engaño tras engaño, pero que no engaña: ¡más de lo mismo!, ¡lo mismo de antes!
Lo más interesante, desde un punto de vista político, es que ya no se trata de desmontar los engaños, eso se hace a diario ya, en cualquier conversación de los y las maestras. Lo más interesante decíamos, es lo que sigue, o sea, enfrentar y remover los obstáculos políticos, cognoscitivos, técnicos, jurídicos y de movilización para echar abajo la reforma neoliberal a las pensiones.
Pero ya se vio que la fuerza política alcanzada el 15 M no fue suficiente, también que las razones y los argumentos tampoco alcanzan para abrogar nada, a pesar de que MORENA lo propuso y cuenta con los votos para hacerlo. El asunto está más allá de la Movilización – Negociación – Movilización, implica hacer ese trabajo de deslinde político-conceptual-emotivo de muchos maestros y maestras con la IV T.
La abrogación del actual régimen individual de pensiones se encuentra más allá del magisterio, involucra a todos los y las trabajadorxs del IMSSS y del ISSSTE, va más allá del mundo de trabajo, porque las pensiones, como están ahora, implican horizontes laborales, ciudadanos y de vida, nada halagüeños, por el contrario.
En otras palabras, si el 15 M mostró que rápido se encuentran los límites del reformismo de la IV T, el asunto toma una dimensión mayor cuando de lo que se trata ya no es solo de abrogar una ley -¡¡¡ que se puede hacer !!!-, sino de contar con las fuerzas que se planteen no solo la denuncia de una situación y de un engaño, sino la demolición de las instituciones neoliberales, sean leyes, documentos, decretos, acuerdos, pero, sobre todo, formas de pensar, de imaginar, de desear. Ése sería, entonces, un verdadero horizonte pos-neoliberal.
[1] Utilizamos esa expresión en 2018-2019 para analizar las iniciativas de reforma constitucional artículo 3o y la práctica gubernamental de los primeros meses de AMLO. La explicación más detallada se encuentra en La continuidad neoliberal y en AMLO: un progresista remiso
[2] Capitalismo cognitivo y capitalismo mafioso
Fotografía base tomada de Facebook sin Autor visible