Por: Marlene Escobar Hernández. Doctorante en Política de los Procesos Socioeducativos. Universidad Pedagógica Nacional Ajusco. 15/05/2025
Año con año, justamente cuando se celebra el día del maestro, tiene lugar un ritual muy conocido por el magisterio. Quienes laboran en el servicio educativo público, esperan con cierta reserva, últimamente más bien con desilusión, el anuncio respecto al aumento salarial y otras prestaciones alcanzadas en las negociaciones entre el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y los representantes gubernamentales, incluida la SEP.
El discurso oficial versa en torno al reconocimiento de la labor magisterial, reitera cuán importantes son las y los docentes para el país y su innegable compromiso con la educación pública. Nada nuevo bajo el sol.
Las y los docentes están hartos de falsas promesas, han convocado a una magna movilización nacional para exigir sus derechos. Con el ánimo de aportar elementos para comprender los motivos de esta convocatoria, en este texto se realiza un recuento de las promesas incumplidas al magisterio de educación básica, principalmente con respecto al salario, la reiterada revalorización magisterial y sus condiciones de trabajo.
Prometer no empobrece
El 15 de mayo de 2023, el presidente López Obrador anunció desde el Centro Internacional de Convenciones y Exposiciones Campeche XXI, que ningún maestro iba a ganar menos de 16 mil pesos mensuales (Dávila, 2023). Dos años después el anuncio presidencial quedó en eso, en una promesa incumplida.
De acuerdo con información de la Autoridad Educativa Federal en la Ciudad de México, en 2023 el salario base mensual de un docente de primaria con código 07[1] fue de $10,390.15 pesos (AEFCDMX, 2023, p. 4); para el año siguiente, fue de $11,747.55 (AEFCDMX, 2024, p. 4). Si bien hubo un aumento de $1,357.34, el salario docente se encuentra lejos de los 16 mil pesos prometidos, muy por debajo del nivel de inflación que afecta significativamente su poder adquisitivo.
Así las cosas, el magisterio movilizado ha planteado como una de sus demandas, aumento salarial del 100%; su malestar se expresa en consignas como ¡salario de profesor al senador!, en clara alusión a Alfonso Cepeda, dirigente del SNTE.
Revalorización docente: ya merito
Hace tiempo, el magisterio mexicano gozaba de un prestigio social innegable. Hoy día, de esa autoridad reconocida queda poco o nada. Las constantes acusaciones, descalificaciones y señalamientos negativos han socavado la labor docente, la cual es vista con recelo, a menudo condenada.
¿Cómo puede sentirse valorada o valorado un docente que tiene que trabajar doble turno, porque un solo salario no le alcanza para cubrir sus necesidades? No es posible, impera una sensación de resignación que se justifica con “al menos tengo trabajo…en otros trabajos es igual”. A esto hay que agregar las carencias materiales en las escuelas públicas, lo cual se traduce en que todo aquello no provisto por la institución, es un gasto que cubren las y los docentes; de acuerdo con una investigación en curso sobre el proceso de trabajo docente, gastan entre el 5% y 10% de su salario mensual para adquirir materiales, papelería o tomar cursos, entre otras necesidades laborales.
Como se ha mostrado hasta aquí, las y los docentes de educación básica no solo ganan poco; también destinan un porcentaje de su escaso salario a adquirir los medios de trabajo que las autoridades o el sistema educativo deberían proporcionarles, como sucede en otros trabajos.
Diferentes gobiernos han prometido revalorar al magisterio; el de la 4T no ha sido la excepción. Hoy esas promesas parecen haber perdido sustancia y credibilidad; ya no es suficiente apelar al enaltecimiento de tan noble labor, “la vocación no paga las deudas”. El magisterio ha caído en cuenta de que se trata de una estrategia política para mantenerlo sosegado, quieto, sin quejarse o alzar la voz para exigir mejores condiciones laborales.
Las condiciones laborales, de mal en peor
En otro escrito[2] describimos cómo es una jornada diaria para una docente que trabaja en el turno matutino y vespertino. Un día cualquiera comienza alrededor de las 6:00 am y termina aproximadamente a las 11:00 pm. Diez de esas 17 horas diarias las dedican al trabajo remunerado, perciben un salario por ello. Del resto, podemos descontar entre 1 y 2 horas de traslados y comidas; las cinco restantes las dedica a cumplir con tareas y actividades que no pudo realizar en la escuela; son horas no pagadas dedicadas al trabajo.
¿A qué dedican esas horas no pagadas las y los docentes? A cumplir con exigencias diversas, quehaceres cada vez más relacionados con actividades de gestión y administración que antes no realizaban o no en la misma proporción que ahora. Consecuentemente, el tiempo dedicado a la actividad sustantiva para la que fueron contratados, que es enseñar, se ha reducido a un mero engranaje, no necesariamente el más importante, de un trabajo que se complejiza permanentemente.
Como parte del entramado de tareas, no hay que omitir la incorporación a las escuelas regulares de estudiantes con discapacidad. Sin la formación adecuada, el magisterio debe encontrar el camino para brindarles atención. Lo anterior representa una mayor carga de trabajo para el magisterio, dedicar tiempo para elaborar estrategias de intervención para los alumnos discapacitados.
Otras condiciones laborales afectadas durante los últimos años son:
- Aumento de los días laborables. Mientras el calendario escolar 2023-2024 marcaba 190 días, el magisterio asistió 21 días más a su centro de trabajo para atender las sesiones intensivas y regulares del Consejo Técnico Escolar y Taller de Formación Continua, además de la descarga administrativa
- El periodo entre la finalización de un ciclo escolar y el comienzo de otro que antes formaba parte de las vacaciones, desde hace algunos años se le conoce como receso. Lo anterior obliga al magisterio mantenerse pendiente en caso de que reciban alguna solicitud de información o deban realizar un curso de capacitación
- Prestaciones y derechos hoy son reconocimientos. Los cambios de centro de trabajo, permisos con goce de sueldo para estudiar algún posgrado ahora son concursables. Anteriormente bastaba con realizar el trámite correspondiente, en la actualidad deben realizar el trámite, pero la posibilidad de acceder al beneficio queda sujeta a un sorteo
Como es posible apreciar, las condiciones laborales de las y los trabajadores docentes son cada vez más precarias, inestables, flexibles, limitadas. En lugar de mejorar, o, por lo menos mantenerse, hay enormes retrocesos. Muestra de ello, los concursos para acceder a prestaciones ya ganadas, aumento de los días laborales; el no poder desconectarse del trabajo debido a que hay que estar pendiente del correo o cualquier otra forma de comunicación institucional. En consonancia, el magisterio ha perdido días de descanso y aun durante esos días, no deja de pensar en que puede llegar alguna solicitud o requerimiento, es decir, se mantiene pensando en el trabajo, impedido para recuperarse del desgaste intelectual, físico y emocional generado durante el ciclo escolar.
La docencia, un trabajo marcado por la incertidumbre
Difícilmente, un trabajador de un sector ajeno al educativo compra sus materiales, se lleva tareas a casa o está disponible en cualquier momento para atender solicitudes de información o cualquier otro requerimiento incluso los fines de semana y días de asueto; tampoco decora permanentemente el espacio donde trabaja; no organiza eventos y compra regalos, no brinda contención emocional ni interactúa con varias personas al mismo tiempo, tampoco realiza simultáneamente diversas actividades. Solo el magisterio hace todo lo anterior y mucho más.
Ahora imaginemos dedicar 17 horas diarias durante 30 años o más a realizar todo este trabajo, ¿para después jubilarse y no recibir una pensión digna –quienes aún tienen ese derecho-? ¿cuáles son los efectos de esa cantidad de horas trabajadas a lo largo del tiempo?, ¿qué desgaste intelectual, físico y emocional conlleva?
Estas son preguntas que invitan a analizar el trabajo docente desde una perspectiva crítica, sin romantizarlo ni envolverlo en el manto de la vocación, tampoco con ideas de sacrifico y resignación, porque el compromiso magisterial es innegable.
Las y los docentes no son víctimas, son trabajadores asalariados que requieren mejores condiciones laborales.
Referencias
AEFCDMX. (2023). Catálogo y Tabulador de Sueldos del Personal Docente de Educación Básica. Vigencia 1 de enero 2023. https://www.aefcm.gob.mx/info_dga/remuneraciones/archivos-2023/13-CATALOGO-TABULADOR-DOCENTES-BASICA-2023.pdf
AEFCDMX. (2024). Catálogo y Tabulador de Sueldos del Personal Docente de Educación Básica. Vigencia 1 de enero 2024. https://www.aefcm.gob.mx/info_dga/remuneraciones/archivos-2024/14-Catalogo-Tabulador-Personal-Docente-Educacion-Basica.pdf
Dávila, F. (2023, septiembre 1). Ningún maestro va a ganar menos de 16 mil pesos mensuales: López Obrador. Periódico Excélsior. https://www.excelsior.com.mx/nacional/amlo-quinto-informe-de-gobierno-maestros-salario-aumento/1606518
[1] El código 07 se refiere al salario base que se paga al trabajador a cambio de sus servicios, está sujeto a los siguientes descuentos: impuesto sobre la renta, fondo de pensiones y diversas
[2] Marlene Escobar Hernández (17 de marzo de 2025) Reforma a la Ley del ISSSTE. Motivos de la jubilación por años de servicio para las docentes. Disponible en https://insurgenciamagisterial.com/reforma-a-la-ley-del-issste-motivos-de-la-jubilacion-por-anos-de-servicio-para-las-docentes/
Fotografía: La Jornada Estado de México