Jorge Salazar García. 09/04/2018
Aunque se esconda en el fondo del mar o debajo de las piedras, hasta ahí le llegará la publicidad electoral sin que pueda evitarlo. En un lapso de 90 días se emitirán ¡24 millones! de mensajes pagados con nuestros impuestos, de algún modo. En cantidades aproximadas, al PRI y cómplices les corresponden 9.2; al PAN y compinches 10.3 y a Morena y sus aliados 4.5 millones. Diariamente desde las 6 am hasta las 12 pm nos bombardearán mediáticamente con los promocionales de los candidatos a presidente, gobernador, diputado y senador, principalmente. A través de 2335 radiodifusoras y cerca de 900 canales de TV abierta se reproducirán 255 556 cápsulas publicitarias de 30 segundos cada una; es decir, 355 por minuto. Pero espere, aún falta más; si usted es parte del 96.8 % de la audiencia de los dos monopolios televisivos, todavía le esperan en sus pantallas las capsulas de simulación democrática (baterías publicitarias, les llaman) que el INE lanzará directo al cerebro para anestesiarlo. A este tsunami (grado 2-3)[1] de chatarra mediática debe agregársele las inserciones en redes, prensa escrita, infocomerciales, cobertura editorial, trípticos, boletines, mantas, bardas, espectaculares, conferencias, debates, mítines, … , ¡pufh¡ hasta causar naúseas.
Pero, calma, que “ no panda el cúnico” como dijera Chespirito, el filosofo de Televisa y gran deseducador de masas; hay salida, y no al final del túnel. Una solución es apagar la televisión y la radio; además de evitarse un trastorno mixto ansioso-depresivo le servirá como desintoxicación mental y espiritual. Aproveche la gran oportunidad de crecer leyendo libros y medios informativos alternativos. “Ler” ayuda a pensar, imaginar y crear ideas; permite construir un criterio propio para tomar mejores decisiones. Y, sin duda, optimizará sus capacidades para la reflexión y el análisis. Recuerde, la esquizofrénica publicidad electoral neoliberal no esta diseñada para informar, si no para vender un producto, generalmente malo y caro. Por eso, como en un mercado salvaje, mienten, simulan, ocultan propiedades reales del producto (candidatos) para posicionarlo en la mente del cliente (votante). De cualquier modo, si quiere seguir pegado al televisor es su Derecho y lo respeto, pero hágalo con actitud crítica y serena para no arriesgar su salud. Recuerde, su interior es el único refugio seguro para no caer en el hartazgo inmovilizador o la resignación indolente.
Por otro lado, si continúa frente al televisor, pueden suceder dos cosas: a) NO irá a votar o b)Votará por la continuidad del saqueo, la destrucción y la traición. En cambio si busca y analiza información seria sobre las dos posturas políticas presentes en esta elección (Neoliberalismo o capitalismo humano) usted podrá votar inequívocamente por quién represente sus intereses. Si es empresario, o político, a quien solo le interesa explotar y robar a la gente, votará por PRI o el PAN. Pero si le duele México y le indigna la injusticia su voto será para “ya sabe quién”. En este último caso, deberá prepararse para defender la soberanía del voto. No espere que los consejeros del INE y los magistrados del TRIFE lo hagan. Ellos abdicaron de su deber al no sancionar a los operadores del PRI que compraron, indujeron y coaccionaron el voto en las elecciones del Estado de México. El mensaje del régimen es que no meterá a la cárcel (art 403 Código Penal Federal) a quién recoja credenciales o solicite el “voto por paga, dádiva, promesa de dinero u otra recompensa. El INE, la FEPADE y el TRIFE se convirtieron en verdaderos lavadores de irregularidades que sólo actuarán como plañideras. Estamos atrapados en este sistema que tiene leyes paradójicamente de “calidad mundial” pero de justicia nula para los pobres.
Aunque se conozca la parcialidad de los entes gubernamentales, se debe exigir sea respetado plenamente el sufragio en la próxima elección (Art. 362 COFIPE). Para ello deben conjuntarse esfuerzos con todos los que deseamos elecciones auténticamente libres, democráticas y pacificas. Juntos, sin siglas partidistas, debemos expulsar la inmundicia de los procesos organizados por el Estado. No caigamos en el juego aceptando derrotas con mansedumbre o impotente resignación: la imposición de la voluntad ajena es políticamente inmoral.
[1] Hombre, barcos y casas son barridos. Escala creada por Fumihiko Imamura para medir la intensidad de los tsunamis.