586
Por: Victor Ortega. 23/02/2025.
- Los traslados en las unidades del transporte público constituyen, para la clase trabajadora, unidades de tiempo expropiadas por el conjunto de la clase dominante para el común beneficio de explotadores y opresores. A estas unidades de tiempo expropiadas se agrega una disminución del salario real. Menos tiempo para la vida fuera de la producción y la circulación a mayor costo.
- Al constituir unidades de tiempo, la extensión del tiempo de traslado se desdobla en un aumento de la jornada laboral sin pago correspondiente. Esto queda oculto debido a la división del conjunto de la clase dominante en distintos propietarios. Al extenderse el tiempo de traslado sin registro en las nóminas, los explotadores de la producción parecen no tener responsabilidades directas. Lo que se oculta es que el tiempo de producción y el tiempo de circulación son parte del ciclo de reproducción de la clase trabajadora global. La expropiación del tiempo, la disminución del salario real y el aumento de la jornada laboral sin pago correspondiente sitúan el conflicto al nivel de la reproducción global de la clase trabajadora. No hay, pues, salidas ni soluciones parciales.
- La crisis en el servicio de transporte público es resultado de la derrota histórica de la clase trabajadora en anteriores ciclos de lucha. La clase del trabajo no ha intervenido en el diseño de la metrópoli; la metrópoli le es rigurosamente hostil. El servicio de transporte público muestra la desintegración de su apariencia humanista y revela una circulación vil y obsoleta de la mercancía-fuerza de trabajo; el carácter arcaico en el servicio de transporte público expresa un agotamiento en el modelo de movilización de la fuerza de trabajo, cada vez más internacional y masiva. La relación recíproca entre capital y trabajo se está reconfigurando, la dominación de clase en la circulación de la mercancía-fuerza de trabajo es su síntoma.
- De continuar la tendencia actual, toda la caótica, lenta y repulsiva modernización del servicio de transporte público recaerá sobre el cuerpo natural colectivo de la fuerza de trabajo con el consabido empeoramiento de las condiciones materiales de existencia y las manifestaciones de violencia social y doméstica entre la propia clase trabajadora.
- A la clase trabajadora le interesa la comprensión de la estructura social y el mundo material que sostiene su explotación y su opresión, y esa comprensión no pasa por leyes o gestiones que hoy en día están, o en descomposición social, o en una nueva modernización de la explotación. Esa comprensión apunta a la búsqueda de nuevas prácticas que abran nuevas posibilidades, posibilidades colectivas de producir un control político sobre la reproducción de la fuerza de trabajo misma.