Por: Anred. 19/05/2023
Sam Altman, jefe de la firma tecnológica OpenIA, creadora de los chatbots de inteligencia artificial ChatGPT y GPT-4, expuso este miércoles 16 de mayo ante la subcomisión de Privacidad, Tecnología y Derecho del Senado norteamericano sobre cómo funciona ChatGPT, y las ventajas y riesgos que plantea la inteligencia artificial (IA). Consideró como un «momento histórico» el auge de esta tecnología y propuso que el congreso norteamericano o una agencia global regule la industria creando un régimen de licencias para las empresas que realizan estos desarrollos. Y alertó: «mi peor temor es que causemos un daño significativo al mundo. Si esta tecnología se equivoca, puede equivocarse mucho». En 2021 Altman ya había escrito un artículo titulado «Ley de Moore para todo», donde visualiza un mundo futuro donde la IA produce la mayoría de los bienes y servicios básicos globales, por lo que generaría una falta masiva mundial de empleo, que propone solucionar con impuestos a las corporaciones y la tierra para pagar una renta básica en criptomonedas. Por ANRed.
La exposición del CEO de OpenAI, Sam Altman, ante la subcomisión de Privacidad, Tecnología y Derecho del Senado norteamericano, fue titulada como «Supervisión de la Inteligencia Artificial: Reglas para la Inteligencia Artificial».
Se dio luego del éxito viral que tuvo ChatGPT, la herramienta de chatbot de inteligencia artificial (IA) de su empresa, que dio un fuerte puntapié a la carrera de la IA, despertando la preocupación de más de mil personalidades que pidieron parar su desarrollo por los riesgos que plantea la tecnología, que podría afectar a millones de empleos, difundir información errónea o falsa y perpetuar los prejuicios.
Ante los senadores norteamericanos, Altman describió el actual auge de esta tecnología como un «momento histórico», y expresó: «entendemos que la gente esté ansiosa sobre cómo la IA puede cambiar nuestra forma de vida. Nosotros también lo estamos». En la misma línea, confirmó que la amenaza existe, señaló su mayor temor es que esta industria podría «causar daños significativos al mundo» y que «si esta tecnología se equivoca, puede equivocarse mucho«.
Entre sus «áreas de mayor preocupación» especificó la falsa información y la manipulación de votantes, especialmente porque «vamos a enfrentarnos a unas elecciones el año que viene y estos modelos son cada vez mejores», expresó Altman.
Ante esa incertidumbre y como salida comercial para las Big Tech, planteó que el congreso norteamericano o una agencia global la regule y controle cómo se utilizan los sistemas de IA, restringiendo o no sus usos creando un régimen de licencias: «creemos que la intervención reguladora de los gobiernos será fundamental para mitigar los riesgos de modelos cada vez más potentes».
Pero su planteo no sería altruista: dicho modelo de licencias es especialmente ventajoso para empresas como OpenAI, Google o Anthropic, que desarrollan estos modelos y luego venden el acceso a su API, complicando así el desarrollo de inteligencias artificiales Open Source, es decir, IA con código diseñado de manera que sea accesible al público, donde todas las personas pueden ver, modificar y distribuir el código de la forma que consideren conveniente.
El posible impacto de la IA: un desempleo global masivo
Si bien analistas estiman que en 45 economías, que abarcan 673 millones de trabajadores, se prevé que gracias a la inteligencia artificial se crearán 69 millones de nuevos puestos, también alertan sobre la caída masiva de tantos otros puestos laborales en todo el mundo.
En marzo de 2021 el creador de ChatGPT había escrito un ensayo titulado «Ley de Moore para todo», donde también imagina un mundo futuro donde la IA está en pleno auge, produce la mayoría de los bienes y servicios de la humanidad, por lo cual considera que los humanos desocupados masivamente deberían recibir un pago básico en criptomonedas ante la falta de empleos.
Según su visión utópica del futuro y despojada de la característica lucha de clases que caracteriza a la humanidad desde que existe en la tierra, el CEO de OpenAI considera que «a medida que la IA produzca la mayoría de los bienes y servicios básicos del mundo, las personas podrán pasar más tiempo con las personas que les importan, cuidar a otros, apreciar el arte y la naturaleza, o trabajar por el bien social». Y estima que para mantenerse, dicha sociedad debe imponer impuestos sobre las corporaciones y la tierra, que son las fuentes de riqueza, y que lo que se obtenga del impuesto se distribuya equitativamente entre la gente. «A medida que la IA acelera el crecimiento, aumenta el dividendo. Como la tecnología reducirá el costo de los bienes y servicios, u$s13.500 podría proporcionar un poder adquisitivo significativo para todos. El poder adquisitivo efectivo aumentará dramáticamente cada año», fantasea Altman.
LEER EL ARTÍCULO ORIGINAL PULSANDO AQUÍ
Fotografía: Anred