Por: Geo González. 08/04/2025
En México hay más 116 mil personas desaparecidas. Quiénes son las madres buscadoras y cuáles las violencias que enfrentan.
CIUDAD DE MÉXICO, México. Desde el 2011, en el marco del 10 de mayo, Día de la Madre, en México se realiza la Marcha de la Dignidad Nacional: Madres buscando a sus hijas, hijos, verdad y justicia. Mujeres que son madres, rascan la tierra, recorren pueblos, montañas, ríos y ciudades buscando a sus hijes y toda persona querida que fueron víctimas de desaparición y desaparición forzada. A ellas se las conoce como madres buscadoras, rastreadoras. El amor por sus hijes y la omisión del Estado para buscarlos y encontrar sus seres queridos, las llevó a organizarse en redes y colectivos por el derecho a la verdad y la justicia.
Una de las principales consignas en sus marchas es “no tenemos nada que celebrar”. Marchan para recordarle a las autoridades que tienen un pendiente en garantizarles verdad y justicia por sus hijes desaparecides.
La crisis de derechos humanos en México lleva décadas, pero comenzó a ser más visible en 2007. Fue cuando el expresidente Felipe Calderón declaró la “guerra contra el narcotráfico” bajo una fallida estrategia de seguridad en donde las fuerzas armadas salieron de sus cuarteles para vigilar las calles.
De a poco se empezó a popularizar una palabra que ayudaría a describir el horror de la desaparición: “levantón”. Le podía pasar a cualquiera, saliendo de tu casa, yendo a una fiesta, o en la carretera. Mientras, las autoridades y medios de comunicación revictimizaban a toda persona que le pasaba. “Seguro en algo andaba”, decían.
Historia de búsquedas
Las madres y familiares de las personas desaparecidas de a poco se juntaron, en colectivos y luego en redes. Hoy están a lo largo y ancho del país. Juntas aprendieron cómo llenar una ficha de localización, cómo poner una denuncia, cómo salir y buscar en el cerro. Sin protocolos y sin herramientas.
Las reuniones colectivas, los talleres para aprender y compartir conocimiento fueron la antesala de logros importantes para garantizar la verdad y la justicia. Bajo el lema “sin las familias no”, se mantuvieron firmes ante la indiferencia de las autoridades. Lograron que esta violencia fuera nombrada y tipificada en el Código Penal Federal, y además se creara la Ley General en Materia de Desaparición y el Sistema Nacional de Búsqueda.
El 10 de mayo toma distintos significados para cada madre buscadora. A nivel social sirve para recordar que son muchas las personas que aún no están en casa, Y que quedan pendientes por cumplir como la implementación de la ley, protocolos, financiamiento y personas necesarias para que funcione la búsqueda e investigación de las personas desaparecidas. También garantizar la seguridad y protección de las familias que buscan a sus seres queridos.
“Nosotras rascamos la tierra buscando a nuestros amores”
Mireya Montiel Hernández desapareció el 13 de septiembre de 2014 cuando tenía 18 años. Su mamá, Tranquilina Hernández, es buscadora y denuncia que su hija aparece como ‘localizada’ en el Registro Nacional. Pero Mireya sigue desaparecida.
En esta investigación hecha por el proyecto periodístico especializado A dónde van los desaparecidos, el reportero Efraín Tzuc explica cómo personas que no han sido encontradas figuran como ‘localizadas’ en el RNPDNO.
“Las autoridades nos obligaron a estar en este lugar, a buscar porque si no les buscamos nosotras, nadie más lo va a hacer. Nosotras rascamos la tierra buscando a nuestros amores. Las autoridades obstaculizan, no garantizan nuestra seguridad, mucho menos dan herramientas. Siguen sin hacer su trabajo y para ellos, nuestros desaparecidos son meras cifras”, denuncia Tranquilina Hernández en entrevista con Presentes.
La esperanza de encontrar
Las madres buscan en lotes baldíos, en fosas clandestinas que ellas mismas localizan, en bosques, desiertos, ríos. Pero también buscan en vida, yendo a hospitales, cárceles e indagando en las ciudades con personas en situación de calle, puntos de trabajo sexual y espacios como bares donde se pueda estar cometiendo el delito de trata de personas.
Desde 2016 bajo la Red de Enlaces se organizan brigadas nacionales de búsqueda en donde familiares de personas desaparecidas comparten sus saberes y aprenden a buscar. Poco a poco se vuelven expertas y hasta crean herramientas, como la varilla ‘T’ que sirve para escarbar en fosas sin lastimar huesos pequeños que puedan ser de sus hijes o alguna otra persona.
Tranquilina Hernández tomó uno de esos talleres hace casi diez años y de inmediato quiso poner en práctica esos conocimientos para buscar a su hija, Mireya. Recientemente, Tranquilina fue a Baja California junto con otra compañera buscadora; es la quinta vez que recorre ese estado. “Ahora regresé porque la vez anterior di con indicios de Mireya en la zona roja y de indigencia”, dice.
Durante los recorridos encontraron a un hombre en situación de calle al cual su familia le había levantado una ficha de desaparición en 2015. Esa experiencia particular y lo que implicó encontrar a una persona con vida y que estaba siendo buscada por su familia redoblaron la esperanza en Tranquilina por encontrar a su hija Mireya.
Más de 116 mil personas nos hacen falta
En México 116 mil 294 personas faltan en su casa, y le hacen falta a su familia.
Ese es el dato de personas desaparecidas en México desde 1964 de acuerdo al Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO) manejado por la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas (CNB). Pero hay que decirlo, el 97% de éstas sucedieron posterior al año 2006 y no representa la magnitud real de la tragedia.
Hoy el Estado mexicano bajo la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador se empeña en decir que las cifras de personas desaparecidas disminuyen en su gobierno porque argumenta que han localizado a personas “casa por casa”. Sin embargo, las familias de víctimas de desaparición denuncian que este gobierno desaparece a sus familiares una segunda vez, es decir, del propio Registro Nacional.
Las violencias que enfrentan las madres buscadoras
Los colectivos de madres buscadoras han denunciado en reiteradas ocasiones las amenazas y violencias que reciben por seguir buscando a sus hijes y familiares.
Desde la negligencia, omisiones y que el Estado no busque a sus desaparecidos, a la negación de su participación activa en la toma de decisiones como lo establece la Ley General en materia de Desaparición Forzada de Personas. Hasta amenazas directas, atentados, desapariciones y asesinatos.
Recientemente, en la audiencia ‘México: protección de mujeres buscadoras’ en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) el Estado mexicano no dio respuestas para esclarecer los 22 asesinatos que ha habido contra persona buscadoras, de las cuales 15 ocurrieron en la actual administración y del total 8 eran mujeres buscadoras.
Desde junio de 2023, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha rechazado reunirse con distintos colectivos y grupos de familias y madres buscadoras en México.
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Fotografía: Agencia presentes
