Por: José Martínez Cruz. 25/05/2021
No hay democracia con mujeres estudiantes normalistas presas por exigir su derecho a estudiar. No hay libertades democráticas con más de 88 mil personas desaparecidas en el país. No hay justicia cuando los gobernantes acusados de vinculación con la delincuencia criminal son protegidos por diputaciones a su servicio y se mantienen en la impunidad. No hay respeto a los derechos humanos cuando se persigue, criminaliza, hostiga, detiene arbitrariamente y se golpea a familiares y abogadas feministas defensoras de víctimas de feminicidio. No hay derechos indígenas cuando se niega la municipalización de pueblos como Alpuyeca y se nombran candidatos indígenas los que han despojado de sus tierras a comunidades enteras. No hay derechos laborales cuando se niega el derecho al trabajo a miles de electricistas y quedan en el desempleo miles de jóvenes durante la pandemia. No hay derecho a la salud cuando las patentes de las vacunas siguen estando en manos privadas de transnacionales que lucran al amparo de un sistema mercantilizado por encima de las vidas humanas.
La lista se puede extender en la medida que se tiene mayor conocimiento de una realidad de por sí tanto o más opresiva cuando mayor desinformación se propaga por todos los medios al servicio del capital y del poder.
Si quieres enterarte de expedientes sobre candidatos vinculados a la delincuencia criminal, escucha los debates entre candidatos. Guardan pruebas para sacarlas y enlodar al enemigo, no para buscar justicia, y viceversa, ocultan sus complicidades al amparo del poder.
Si crees que un Gobernador ligado a la delincuencia y la mafia de los negocios capitalistas al amparo del poder irá a la cárcel antes que estudiantes indígenas que protestan por recortes presupuestales a la educación normalista, observa lo que ocurre en Tamaulipas sin olvidar lo que pasa en Chiapas. Las normalistas de Mactumactzá presas son mujeres jóvenes de comunidades indígenas que sufren todo tipo de discriminación y ahora violencia sexual al momento de ser detenidas, mientras el gobernador de Tamaulipas es protegido abiertamente por un Congreso local a modo que le garantiza impunidad a pesar de su larga lista de acusaciones, en un estado donde las desapariciones son las más elevadas de todo el país.
Si piensas que la máxima institución de derechos humanos hará algo por las indígenas presas en el Amate, observa las gestiones para que el asesino de un candidato presidencial sea trasladado a un penal cercano a sus familiares. Mientras tanto el juez de control califica de legal la arbitraria detención de 74 mujeres y 19 varones, acusados de todo tipo de delitos y recluidos en el penal del Amate, en Cintalapa. Exigimos su libertad inmediata de todas y todos los estudiantes presos de la Normal Rural de Mactumactzá.
Si consideras que los gobiernos anteriores deberían pagar por los crímenes de lesa humanidad que cometieron, observa la lista de candidatos del partido en el poder actual y encontrarás los mismos apellidos. Llamar a votar por candidatos impresentables y que se pasan de uno a otro partido porque carecen de principios y congruencia es asumir una responsabilidad con ese tipo de gobiernos que no nos representan. El camino de la organización y la lucha es más complicado y difícil, pero es el único que permitirá avanzar en la defensa de los derechos humanos de la población.
Si fuiste solidario con las madres del Comité Eureka exigiendo la presentación con vida de los desaparecidos de los años 70s, no hay motivo alguno para dejar de acompañar a los padres y madres de los 43 de Ayotzinapa en sus acciones de búsqueda.
Si hubo motivos para soñar con un mundo nuevo en el pasado reciente, no hay razón alguna para bajar la guardia ante los desafíos del presente. Ya son casi 50 años del 10 de junio y la masacre de los Halcones que fue ordenada por Luis Echeverría y se mantiene en la impunidad.
De eso se trata, de seguir preguntando, para caminar hacia la respuesta que origina nuevas preguntas.
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Fotografía: El Heraldo de Chiapas