Por: Democracy now. 28/05/2025
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La alianza entre la extrema derecha y la oligarquía de Silicon Valley está dando lugar a un “fascismo del fin de los tiempos”, según el análisis de la periodista Naomi Klein, quien recientemente ha publicado un ensayo en coautoría con Astra Taylor que describe cómo muchas élites ricas se están preparando para el fin del mundo al tiempo que contribuyen a la creciente desigualdad social, inestabilidad política y crisis climática. Klein señala que, en tanto los multimillonarios sueñan con escapar a enclaves fortificados e incluso al espacio exterior, el presidente Donald Trump y otros líderes de derecha están convirtiendo sus países en fortalezas militarizadas para impedir la inmigración del extranjero e incrementar el control autoritario dentro de sus propias fronteras.
“El fascismo siempre tiene cierto tono apocalíptico, pero el fascismo de los años 30 y 40 tenía como horizonte” un futuro utópico, explica Klein. Hoy, por el contrario, “nos enfrentamos a personas que apuestan activamente en contra del futuro. Pero no solo apuestan activamente contra el futuro, sino que provocan los incendios que están consumiendo el mundo”.
Transcripción
Esta transcripción es un borrador que puede estar sujeto a cambios.
AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now!, democracynow.org, el informativo de guerra y paz. Soy Amy Goodman.
Terminamos el programa de hoy con la galardonada periodista y escritora Naomi Klein, quien acaba de publicar un extenso artículo, junto con Astra Taylor, para el periódico The Guardian, titulado “El auge del fascismo del fin de los tiempos”, que analiza el fervor apocalíptico de la extrema derecha. En él, ambas escriben: “Las personas más poderosas del mundo se están preparando para el fin del mundo, un fin que ellos mismos están acelerando frenéticamente. Eso no está muy alejado de la visión más publicitada de naciones fortificadas que se ha apoderado de la [extrema] derecha a nivel mundial, desde Italia hasta Israel, de Australia a Estados Unidos: en un momento de peligro incesante, movimientos abiertamente supremacistas en estos países están posicionando a sus Estados relativamente ricos como búnkeres armados”, escribe Naomi Klein.
Klein es también profesora de justicia climática en la Universidad de British Columbia y codirectora y fundadora del Centro para la Justicia Climática de esa misma universidad. Su último libro es “Doppelganger: Un viaje al mundo del espejo”.
Bienvenida de nuevo a Democracy Now! Es un placer tenerla con nosotros. ¿Puede comenzar hablando sobre su artículo y a qué se refiere exactamente cuando habla sobre el fascismo del fin de los tiempos?
NAOMI KLEIN: Bueno, estoy muy contenta de estar con usted, Amy.
Este no es el artículo más alegre que he escrito, junto con Astra Taylor, una colaboradora muy cercana, fundadora del sindicato Debt Collective. Y estábamos tratando de mapear las similitudes y las diferencias entre el tipo de política de extrema derecha que estamos viendo hoy. Y debería decir que el artículo no solo es sombrío. También analiza lo que esto puede significar para una respuesta a esta forma particular de fascismo, porque no podemos combatirlo si no lo entendemos. Entonces, creo que hay muchas investigaciones muy buenas tratando de entender el autoritarismo actual, ya sea el de Trump o el de figuras como Duterte o Modi, que han analizado las similitudes entre estas figuras de extrema derecha y, digamos, Mussolini o Hitler, y, las han comparado, como en una especie de lista, para ver lo que es similar al pasado. Y creo que hay mucho valor en eso. Pero el riesgo de eso es que no se fija en lo que es nuevo y particular de nuestro tiempo.
El fascismo siempre es un intento de la derecha de resolver una crisis de su propia era, ¿verdad? En la década de 1930, estaban tratando de resolver en Alemania las humillaciones de la Primera Guerra Mundial y los impactos de la Gran Depresión, y estaban proponiendo una unidad frente a eso para un grupo exclusivo. Pero nuestro momento es diferente, y una de las cosas que lo hace diferente es… si piensas en el fascismo de la década de 1930, eso era antes de la bomba atómica. Antes de que entendieran el cambio climático. Y estamos en un momento en el que nuestras élites, lo admitan o no, entienden que nuestro modelo económico —y he escrito libros sobre esto y he hablado al respecto con usted en el pasado— está en guerra con la vida en la Tierra. Y están avanzando a toda velocidad por este camino de más y más extracción de combustibles fósiles y todo tipo de… básicamente, cualquier cosa que puedan extraer de esta Tierra y convertirlo en energía y dinero, particularmente ahora con la IA, que es un pozo sin fondo de energía y recursos: agua, gas natural licuado, minerales críticos, todo.
Entonces, estamos tratando de entender cómo esto está conformando el tipo de fascismo que estamos viendo, y también estamos tratando de entender qué es lo que unifica este tipo de extraña coalición Frankenstein que representa Trump, en la que está juntando a las personas más ricas del mundo que jamás hayan existido con mucha gente de clase trabajadora; entonces, ¿qué une esta visión?
Y lo que abordamos en este artículo, o la idea que proponemos, es que todos ellos han renunciado a este mundo. Todos han caído en una especie de fiebre apocalíptica, ya sea Elon Musk o Jeff Bezos y sus inversiones en el espacio exterior, como dando por perdido este planeta; ya sea la IA, que está dispuesta a sacrificar este mundo viviente con el fin de construir un mundo artificial; o ya sea esta visión populista del movimiento MAGA del Estado nación como una fortaleza que viene de pensar: “Bueno, sabemos que cada vez vendrá más gente. Sabemos que el desastre está por llegar”. Escuché mucho a Steve Bannon cuando estaba escribiendo “Doppelganger”, y todo está muy enfocado hacía la supervivencia. Todos los comerciales, o casi todos, están vendiendo oro, porque la economía va a colapsar, y cosas como comidas listas para consumir durante 90 días, porque nunca se sabe lo que va a pasar. Por lo tanto, la gente con esa mentalidad ve a la nación y al grupo como un búnker, y luego expulsa al grupo externo a todos estos territorios sin ley de los que han estado hablando en el programa. Entonces, no es la misma visión, pero comparte esta fiebre apocalíptica.
Y luego, por supuesto, todo sigue una estructura similar, una estructura narrativa, al arrebatamiento bíblico. Y, por supuesto, hay personas que creen en eso dentro de la coalición de Trump, gente que son cristianos sionistas, como Mike Huckabee y Pete Hegseth, que creen que el verdadero fin de los tiempos está llegando, y piensan que todo va a suceder en Israel. Y todos los horrores sobre los que ustedes informan tan bien y de forma tan comprometida en el programa, todo eso son señales positivas si crees en el arrebatamiento, porque significa que el fin está llegando, y los fieles van a ser llevados a una ciudad dorada en el cielo. Así que, ya saben, lo que estamos viendo es algo así como la versión religiosa de esa historia, la versión religiosa y fundamentalista de esa historia, según la cual literalmente crees que vas a ser salvado y llevado al cielo, pero también la visión secular, en la que tu riqueza te protege, o tu nacionalidad te protege, y obtienes tu propia versión de esa ciudad dorada y llena de búnkeres.
AMY GOODMAN: Usted mencionó Gaza, y acaba de llegar de la conferencia de Voz Judía por la Paz en Baltimore, donde varios miles de personas de todo el país se reunieron. Nuestro último titular describe cómo el ejército israelí está llamando a decenas de miles de reservistas al tiempo que el gabinete de seguridad de Israel acaba de aprobar este fin de semana por unanimidad los planes para ampliar su asalto a Gaza, donde Israel ya ha matado a más de 52.000 palestinos, aunque esa cifra sea en realidad mucho mayor, en los últimos 18 o 19 meses. Israel ha matado a más de 2.400 palestinos desde que rompió el alto el fuego en marzo. Y, mientras tanto, el devastador bloqueo israelí a la ayuda alimentaria ha entrado en su tercer mes. Funcionarios de salud palestinos dicen que 57 palestinos ya han muerto de hambre. Según UNICEF, más de 9.000 niños han sido admitidos para recibir tratamiento por desnutrición aguda en lo que va del año. Y organizaciones de ayuda humanitaria, como el Consejo Noruego para los Refugiados, han criticado la nueva propuesta israelí para tomar el control de la distribución y poner a contratistas de seguridad de EE.UU. a cargo de esa distribución. ¿Puede hablar, como lo hace tan a menudo, sobre lo que está sucediendo en Gaza y Cisjordania y sobre cuál es la relevancia de Israel para el presidente Trump y el actual Gobierno de Estados Unidos, a pesar de que también era relevante en la visión del mundo y en el enfoque de la política exterior del expresidente Biden?
NAOMI KLEIN: No creo que haya una sola respuesta para entender cuáles son las fuerzas impulsoras. Y eso es a lo que estamos tratando de llegar, al hecho de que hay una especie de superposición de estas diferentes cosmovisiones apocalípticas. Algunas son religiosas, y algunas de ellas son seculares. Entonces, creo que las personas que forman parte de esto, como aquellos que creen en la versión literal del arrebatamiento piensan que todo esto es una buena noticia, en el sentido de que, según la historia en la que creen, los israelitas tendrán que regresar al Gran Israel. Esas son las condiciones previas para el regreso del Mesías. Tienen que reconstruir el Tercer Templo. Así que vemos esta convergencia de intereses entre los extremistas religiosos y el Gobierno de Netanyahu, que están absolutamente comprometidos con la reconstrucción del Tercer Templo. Realmente quieren hacerlo. Quieren destruir Al-Aqsa. Esta es la razón por la que hay tanta atención sobre ella.
Pero, entonces, ¿Trump cree eso? No creo que Trump crea eso. Lo que ve para el futuro de Gaza son recursos. Ve el dinero. Ve un resort privado, ya saben.
AMY GOODMAN: Un resort.
NAOMI KLEIN: Exactamente. Pero esto es algo que he estado diciendo desde el principio. Creo que los intereses han sido bastante consistentes en términos de lo que es el objetivo final, que es la despoblación de Gaza, la expulsión de los palestinos, ya sea por muerte o por exilio forzado, o ya sea a través de la limpieza étnica. Y durante el Gobierno de Biden se negó que eso era lo que estaba pasando. Y durante el Gobierno de Trump todo ha sido expuesto. Así que esto es lo que está pasando.
Y creo que hay diferentes razones que explican eso. Pero parte de lo que Astra y yo estamos abordando en el artículo es que hay una confluencia de intereses en términos de lo que Israel representa. Algunos de los partidarios del Gobierno Trump en la industria de la tecnología están hablando de que quieren ciudades de la libertad, por ejemplo, ciudades corporativas privatizadas. Y hablan de esto como sionismo tecnológico. Tienen mucha admiración por la idea de que Israel fue creado en base a un libro, los libros de Theodor Herzl. Y dijeron: “¿Por qué no podemos empezar nuestro propio país, nuestros propios países privados? ¿Por qué tenemos que acatar las reglas del Estado nación?”.
Así que creo que parte del apoyo a Israel no es solo nuestro entendimiento clásico ya sea del sionismo judío o del sionismo cristiano, aunque eso es algo que está pasando, absolutamente. Pero también está esta idea de un país muy tecnológicamente avanzado creado como un emprendimiento empresarial. E Israel se ha promocionado a sí mismo de esa manera. Y muchas de estas empresas de tecnología quieren hacer eso en San Francisco. Quieren expulsar a todos los que no estén de acuerdo con ellos, cualquiera que sea pobre, que tenga más necesidades, y crear su propia especie de utopía corporativa y privatizada. Y no estoy diciendo que esta sea una agenda coherente, sino que hay muchas historias superpuestas que siguen una estructura similar y comparten objetivos similares, si eso tiene sentido.
AMY GOODMAN: Claro, sí, obviamente no es fácil darle sentido a todo esto.
NAOMI KLEIN: Ajá, sí.
AMY GOODMAN: Y la mayoría de los partidarios de Trump no son ricos ni son cristianos sionistas. Entonces, ¿por qué están respaldando todo este enfoque?
NAOMI KLEIN: Bueno, no está claro hasta qué punto lo respaldan activamente, pero creo que ven una afinidad con el etnoestado, ¿verdad?, porque muchos partidarios de Trump están adoptando cada vez más posturas del nacionalismo cristiano en su visión de Estados Unidos. Y esto ha sido fomentado cuidadosamente por figuras como Steve Bannon. Entonces, cuando miran a Israel, ven un país que es abiertamente un etnoestado que se está protegiendo a sí mismo en un mar de enemigos y quieren hacer algo similar. Y están compartiendo tecnologías. Están compartiendo herramientas y precedentes legales. Así que existe una afinidad. Y ahora estamos viendo lo mismo en India con sus ataques contra Cachemira, siguiendo nuestro ejemplo, usando técnicas similares a las que Israel ha usado en Gaza. Hay una especie de solidaridad entre los etnoestados. Y están compartiendo… incluso están intercambiando objetos como buscapersonas dorados o motosierras. Y esto es algo que nosotros… Cuando uno está dentro del crisol que es Estados Unidos bajo Trump, es difícil ver hasta qué punto esto es un proyecto internacional de la derecha y que hay una influencia mutua.
AMY GOODMAN: Y lo que los une, en cuanto a esta mentalidad defensiva, es ese odio a los inmigrantes. Vimos…
NAOMI KLEIN: Sí.
AMY GOODMAN: … al presidente Trump decir hace poco que ni siquiera sabe… dijo que no es un abogado y por lo tanto no sabe si debe defender la Constitución.
NAOMI KLEIN: Sí. Ese es el punto al que quiero llegar cuando hablo de ser conscientes de que estamos en una era de consecuencias, de que cuando no tomamos medidas ante la crisis climática, luego de décadas de advertencias por parte de los científicos, cada vez más partes del mundo se vuelven inhabitables, y ¡oh, sorpresa!, la gente se desplaza para buscar seguridad debido a las guerras, debido a la insuficiencia económica y debido a los desastres ecológicos.
Así que esa fortificación del Estado nación, y esto es lo que creo que Israel ha llegado a representar: una nación muy pequeña que está extremadamente fortificada, ¿verdad?, ya sea con muros reforzados con alta tecnología, como la Cúpula de Hierro. Trump dice ahora: “No quiero una Cúpula de Hierro, sino una cúpula dorada”, ¿verdad?
AMY GOODMAN: Aquí [en EE.UU.]
NAOMI KLEIN: Aquí. Todo esto es, ya sea que se indique explícitamente o no…
AMY GOODMAN: Y un desfile militar que costará decenas de millones…
NAOMI KLEIN: Sí.
AMY GOODMAN: … de dólares, incluso mientras hace recortes a las agencias del Gobierno, para su cumpleaños, en junio.
NAOMI KLEIN: Sí. Entonces, el patrón es proteger el grupo interno y expulsar y eliminar los grupos externos. ¿Verdad? Creo que eso es… Si hay un apoyo hacia Israel dentro del movimiento MAGA, no es tanto por amor a Israel sino por un sentimiento de afinidad, algo así como: “Ellos están haciendo lo que queremos hacer aquí”.
AMY GOODMAN: Usted escribe muchas cosas en su artículo, y quiero hablar sobre una de ellas. Cuando usted habla sobre la visión apocalíptica de Musk, y también al describir el fascismo del fin de los tiempos, se refiere a este tema del auge de la ciudad Estado, la ciudad Estado corporativa. Creo que este es un concepto nuevo para muchas personas que no sabrán de qué está usted hablando.
NAOMI KLEIN: Sí.
AMY GOODMAN: En el sur de Texas está Starbase. Un grupo de personas, que en su mayoría son trabajadores de SpaceX, acaban de votar para establecer una ciudad allí mismo.
NAOMI KLEIN: Sí. Y hemos tenido una especie de… Bueno, la idea de una ciudad empresarial no es del todo nueva, ¿verdad? Disney tuvo Celebration, en Florida, y hay antecedentes para esto, antecedentes coloniales. Como sabe, yo vivo en Canadá, que comenzó como la Compañía de la Bahía de Hudson. Así que era una empresa antes de ser un país. Entonces hay un precedente para esto.
Pero creo que esto es… He estado siguiendo esto de manera discreta, Amy, porque esto es lo que los libertarios han estado buscando por mucho tiempo. Peter Thiel ha estado obsesionado con esta idea. Y es algo que cada vez se conoce más como una salida, salir de la nación y comenzar tu propio país, donde puedes establecer tu propio nivel de impuestos, puedes establecer tus propias regulaciones.
AMY GOODMAN: O no.
NAOMI KLEIN: O no. Y estos pequeños países corporativos competirán entre sí para tratar de atraer capital, ¿verdad? Entonces, en cierto modo, es una extensión de la zona franca, en cuanto a que, de alguna manera, es un país desnacionalizado dentro de un país. Trump comenzó a plantear esto en 2023, la idea de que crearía diez “ciudades de la libertad”, durante su campaña presidencial. No creo que sus seguidores supieran mucho de lo que estaba hablando. Pero ahora vemos a todos estos cabilderos que están totalmente dispuestos a seguirlo en esa propuesta. Y también vemos cómo esto empieza a manifestarse con esta ciudad de SpaceX.
AMY GOODMAN: Usted también escribe sobre el Centro de Confinamiento del Terrorismo de El Salvador, CECOT, la tristemente célebre prisión a la que cientos de personas han sido enviadas desde Estados Unidos. Mientras tanto, en las últimas 24 horas, el presidente Trump ha dicho que quiere reabrir la famosa prisión de Alcatraz,…
NAOMI KLEIN: Sí.
AMY GOODMAN: … una isla en San Francisco. ¿Puede hablar sobre la prisión como modelo para lo que Trump quiere implementar, y particularmente en relación con el tema de los inmigrantes, que tanto motiva sus políticas?
NAOMI KLEIN: Bueno, esa es una visión increíblemente sombría. La represión siempre es una gran parte de cualquier tipo de proyecto fascista. Necesitas contener al grupo externo. Necesitas hacer desaparecer al grupo externo. Así que esta parte no es nueva. Pero creo que lo que me parece bastante problemático es que Trump fue elegido tras prometer todo tipo de cosas a sus seguidores, ¿verdad? Prometió eliminar la inflación. Prometió traer al país muchos puestos de trabajo importantes. No está cumpliendo nada de eso. Por lo tanto, la parte sádica de su proyecto es en realidad lo único que tiene para ofrecer.
Creo que una de las cosas más escalofriantes que he visto en Estados Unidos fue a Trump compartiendo aquel video en un mitin lleno de sadismo para celebrar sus primeros 100 días, mientras la gente veía a los prisioneros, como entretenimiento, siendo afeitados, encadenados, exhibidos. Y no ha cumplido la promesa de reducir el precio de los huevos. Y no está cumpliendo su promesa sobre los trabajos, por cierto, porque le está apostando todo a la inteligencia artificial. Los trabajos que está recuperando parecen ser principalmente para robots y no en realidad para sus seguidores. Y esto aumenta la necesidad del sadismo y de estos espectáculos. Y creo que eso es lo que algo como Alcatraz representa. Trump es un productor de televisión, antes que nada. Está produciendo espectáculos. Y entre menos tenga para ofrecer en materia económica, de forma tangible y material, más recurrirá al sadismo.
AMY GOODMAN: En su artículo, usted escribe: “La ideología gobernante de la extrema derecha […] se ha convertido en un supervivencialismo monstruoso y supremacista. […] Nuestra tarea es construir un movimiento tan fuerte como para detenerlos”. ¿Cómo sería ese movimiento o qué cree que está tomando forma ahora?
NAOMI KLEIN: Lo que estamos haciendo en este artículo, al exponer esta perspectiva tan sombría… Cuando digo “sombría” me refiero a que es algo que va más allá de lo que hemos visto antes, porque siempre hay una cualidad apocalíptica en el fascismo, pero el fascismo de los años 30 y 40 hablaba de un horizonte. Es decir, después del apocalipsis, la gente tenía la promesa de un futuro, un pequeño pedazo de tierra apacible y pacífico donde podrían vivir sus vidas. Pero, a pesar de que Trump habla sobre una era dorada, realmente no hay un futuro en el que su base crea. Y esto es lo que he aprendido tras consumir tanto contenido del movimiento MAGA, Amy. Imaginan un futuro de guerras interminables. Y es por eso que se están atrincherando. Es por eso que compran raciones de comida preparada. Es por eso que están comprando oro y criptomonedas. Piensan que todo va a colapsar. Entonces…
AMY GOODMAN: Y es por eso que Elon Musk está intentando tener tantos hijos y tiene al menos 14 ahora. De hecho lo ha expresado explícitamente en mensajes de texto, al decir: “Tenemos que hacer esto mucho más rápido”, hablando con una de las mujeres con las que tiene hijos, a la que le propuso empezar a usar madres sustitutas.
NAOMI KLEIN: Ellos no creen en el futuro, esa es la conclusión. Y esa es… Creo que he estado en muchos espacios progresistas en los últimos meses donde hemos hablado de construir estas coaliciones bastante amplias, incluso con personas con las que no estamos del todo en desacuerdo. Nunca me he encontrado con una posible coalición más amplia que la que tiene esta idea de, ¿qué tal si creemos en este mundo?, ¿qué tal si creemos en el futuro? Porque nos enfrentamos a personas que están apostando activamente contra el futuro. No solo apostando activamente en su contra…
AMY GOODMAN: Nos quedan 20 segundos.
NAOMI KLEIN: …sino alimentando el fuego que está quemando este mundo, avivándolo actívamente. Entonces, creo que si tenemos de verdad la valentía de ver el futuro sombrío en el que creen, que es un futuro apocalíptico, entonces tenemos un gran desafío por delante al ser las personas que realmente creemos en esta realidad, en este mundo, en la belleza de la creación y de cada uno de nosotros.
AMY GOODMAN: Naomi Klein, muchas gracias por acompañarnos, periodista galardonada, escritora, columnista. Enlazaremos a su artículo, que escribió con Astra Taylor, “El auge del fascismo del fin de los tiempos”. Soy Amy Goodman. Esto es Democracy Now!
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Fotografía: Democracy Now!