Por: GEMA DELGADO. 27/11/2021
La izquierda y los sindicatos arropan al expresidente brasileño en un acto público en Madrid
Lula anima a la gente a participar en política para cambiar el mundo
Lula está en Madrid, después de visitar Alemania, Bélgica y Francia y entrevistarse con las fuerzas políticas y sindicales europeas. El viernes 19 se reunió con el presidente del gobierno Pedro Sánchez y más tarde con los máximos dirigentes de CCOO y de UGT. El sábado participó en un acto, que bajo el nombre “Construir futuro: retos y alianzas popular”, compartió con la izquierda política y sindical de este país.
“La extrema derecha crece sobre la negación de la política” dijo el ex presidente brasileño, e interpelando al público les pidió: “Por favor, no desistan de la política. El político perfecto está dentro de ustedes. Entren en política y cambien el mundo”.
Después de casi dos años en la cárcel y el apoyo diario de su gente, a puerta de prisión y a través del movimiento solidario internacional, Lula no sólo resistió sino que salió enamorado, con ganas de luchar contra la desigualdad, la pobreza y el hambre, según dijo: “El hombre que tiene hambre no puede hacer la revolución porque está frágil; tenemos que ser nosotros los que le apoyemos”. El próximo marzo o abril decidirá si vuelve a ser el candidato que lleve la izquierda a recuperar el liderazgo del país.
Lula pasó 580 días en la cárcel de los 12 años a los que le condenaron en un juicio rápido y sin pruebas. Fue una de las principales víctimas de la “guerra judicial”: el uso del sistema judicial para desacreditar a un adversario político. Lula contó el funcionamiento básico de ese guerra sucia: Primero se realiza una campaña de acoso mediático en prensa, televisión y redes para atacar a un líder de izquierdas, aunque no haya fundamentos, con el objetivo de “desacreditarnos y que la sociedad nos condene para facilitar así el veredicto del juez”. Tuvo un juicio rápido y sin pruebas, pero una condena real. Explicó que pudo haberse ido a otro país amigos o refugiarse en una embajada, pero prefirió entregarse. Y cuando se tambaleaban los andamios sobre el que levantaron ese juicio sucio y le ofrecieron salir por la puerta de atrás, se negó a cambiar dignidad por libertad.
De guerra judicial habló Pablo Iglesias, que abrió el acto, definiéndola como un conglomerado en el que “los poderes mediáticos, conectados con los poderes políticos, se alían con las autoridades judiciales para perseguir adversarios políticos y “ganar de manera ilegal lo que no pudieron ganar en las urnas”.
Lula recibió el reconocimiento de Enrique Santiago, Ione Belarra, Hana Jalloul, Joana Mortágua, Félix Ovejero y Jesús Gallego.
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Fotografía: Dani Gago