Por: Luis Antonio Pérez González. 03/10/2020
En primer lugar, ¿qué es la 4T?
¿Es acaso hablar diariamente de la corrupción (de los de enfrente)? ¿Es el símbolo para guiar la repartición de recursos electoreramente, sin reglas de operación de por medio? ¿Se refiere a adoctrinar pastoril y diariamente desde el púlpito de una mañanera para afirmar que se es infalible (todo lo que hemos hecho está bien, y si no lo hubiésemos hecho así, lo poco que no está funcionando estaría peor)? ¿Significa dividir al país en liberales (los que no se atreven a criticar una sola palabra del presidente, sea por miedo o conveniencia); y conservadores o fifís (los que no concuerdan con el presidente sea con una palabra o con todo un discurso)? ¿Quiere decir aliarse con la otrora Mafia del poder para gobernar? ¿Es sinónimo de sumar al gabinete federal y a los de los estados morenistas a muchos que antes fueron calificados como prianistas, para lograr una cuarta transformación, sea cual sea el significado de ésta? ¿Es un medio para ocultar las fechorías de los que defienden al discurso presidencial (Bartlett, Pío, Elba Esther, Rocha Moya, Yazmín Bolaños, Morán Moguel, Salinas Pliego, etc.)? ¿Es un eslogan para referirse al reconocimiento de que se gobierna (si es que puede ser llamado así a los actos del presidente) sólo para una parte de los mexicanos? ¿Son las siglas que representan el rechazo, en el discurso y en la acción, a todo aquello que se ignora (educación, ciencia, tecnología, planeación, innovación, emprendimiento, cumplimiento de la Ley)?
Pues no. ¡No conozco el significado de 4T! Y esta ignorancia me impide comprenderla. Y vaya que sí me interesa que el país cambie, que sea un paraíso de oportunidades, que termine con el rezago educativo (y, desde luego, con sus consecuencias: desempleo, pobreza, violencia), que se alinee la Ley con la justicia, que se promuevan y adopten los valores positivos, que sumemos al cambio las competencias de todos, que se aproveche la capacidad de innovación de los mexicanos, que mejore la calidad de nuestros productos y servicios, que se camine en la dirección de los avances tecnológicos mundiales, que nuestro sistema educativo sea líder en el mundo, que nuestro sistema de salud proteja con alta calidad al 100% de los mexicanos, que transitemos por la calle seguros, que seamos tolerantes ante nuestras diferencias, que mantengamos al laicismo como centro de nuestra unión, que seamos una nación que aporte al mundo sus valores y soluciones.
Más aún: mi incompetencia me hace suponer que lo anterior es imprescindible para desterrar la corrupción. Y mi falta de capacidad para entender las cosas me hace suponer que si simplemente se lucha contra la corrupción, y peor aún, si esta lucha se continúa como se está realizando, el resultado serán formas más creativas y sofisticadas de ocultarla. ¡Disculpen mi incultura, ignorancia, barbarie, atraso, incomprensión!