Top Posts
Educación para cuidar el medioambiente
Venezuela. Maduro exhorta a países a no depender...
Promesas y engaños del gobierno, pero sin resultados...
China. De Confucio a la IA: el país...
Ayotzinapa: la esperanza en nueva tecnología y renuncia...
Bolivia. FMI urge cambios en Bolivia y alerta...
¿Por qué destrozaron la calidad educativa?
Valoraciones sobre la situación de Ruth López
Primer round: CNTE desnuda carácter neoliberal de la...
Meritocracia sin igualdad es privilegio
  • Colectivo Insurgencia Magisterial
Portal Insurgencia Magisterial
Banner
  • Inicio
  • Nosotros/Legal
  • Directorio
  • Alianzas
  • Columnistas
  • Voces que seguimos
  • Calendario de eventos
  • Educooperando
Espacio principalEspacio secundario

Jornaleras para toda la vida.

por La Redacción diciembre 14, 2020
diciembre 14, 2020
1,K

Por: Abel Barrera Hernández. Tlachinollan. 14/12/2020

Recuerdo que desde los seis años empecé a viajar con mis papás a Tenextepango, Morelos, al corte del jitomate y el ejote. En la Montaña no podíamos quedarnos solas, porque nadie nos cuidaría, ni tendríamos qué comer. En cambio, en algunos campos de Sinaloa, a los niños y niñas nos daban trabajo. A los 8 años fui la jefa de cuadrilla de 45 niñas, porque era la única que podía hablar español. Nos encargamos de arrancar la hierba, para que crecieran mejor las plantas de tomate y pepino. La tierra era muy chiclosa y nos costaba trabajo arrancar el jehuite. Al principio no sentíamos, lo veíamos como un juego. Sin embargo, como a los cinco días se abría la piel de nuestros dedos, porque la tierra se quedaba pegada en nuestras manos. Nadie nos curaba, porque en el campo no hay quien nos atienda cuando nos enfermamos. Por eso nos acostumbramos a tener con nuestros dedos lastimados y nuestras manos sucias. Tampoco había agua para lavarnos en las galeras donde dormimos. Con el tiempo mis manos se hicieron callosas. Nos pagaban 12 pesos, y de lo último que me acuerdo, llegamos a ganar 25, trabajando todo el día. Así pasé mi infancia con mis dos hermanitas en el surco. No fuimos a la escuela, porque “no da para comer”, como dicen mis papás. Por eso solo pude llegar hasta el tercero de primaria, porque en lugar de ir a clases, me iba a cuidar los chivos o a trabajar con mi familia a los campos agrícolas.

Cuando no teníamos dinero, mi papá se venía a trabajar a Tlapa. Nos quedábamos en el rio Jale y ahí se ponía a tejer sillas, para ganar unos pesos y comprar tortillas. Nos quedábamos por varios días, hasta que se juntaba una cuadrilla de trabajadores y llegaban los autobuses para llevarnos a Sinaloa. No se me olvida la fecha en que se murió mi hermanito. Íbamos por el estado de Jalisco, cuando le dio mucha diarrea y mucho vómito. Ya no aguantó y murió en brazos de mi mamá. Nos hizo mal la comida, porque en el lugar donde nos bajó el chofer, nos vendieron tacos con carne descompuesta. Lo que más me dolió es que el mayordomo le dijo a mis papás que tiraran a mi hermanito debajo de un puente, que está cerca de Costa Rica, Sinaloa. Mi mamá se opuso. Así llegamos al campo, y cerca de ahí, buscamos un lugar para sepultarlo. Lo dejamos junto a un lote baldío y le pusimos una crucecita. Ahí le lloramos y le prometimos que íbamos a volver cada año. Bien recuerdo que fue en el campo El Progreso del municipio de Costa Rica, donde quedó sembrada nuestra sangre. Fuimos por cuatro años, y ya no volvimos porque el campo se quemó y no supimos dónde quedaron los restos de mi hermanito. Así pasa con muchos niños y niñas indígenas, que se mueren por diarrea y calentura, y que por nuestra pobreza, los tenemos que enterrar en tierra ajena.

Cuando me sentía fuerte, como a los 20 años, llegué a cargarme dos arpillas de chile serrano, que pesan más que el jalapeño. Cada arpilla pesaba 45 kilos. Me las echaban sobre mis hombros, y con mucho esfuerzo las cargaba hasta donde se encontraba el camión. A cambio me pagaban 30 pesos. Durante el día, llegue a sacar 7 arpillas. En este trabajo, es donde obtuve el mejor pago como jornalera agrícola. Sin embargo, esto no te rinde, porque cuando regresas a la Montaña los 10 mil pesos que juntas, se acaban con la compra del maíz y las cooperaciones del pueblo.

Hermelinda y las 5 mil 927 mujeres jornaleras de la Montaña, que han salido a los campos agrícolas en plena pandemia, forman parte de los tres millones de familias jornaleras que deambulan en el país y que se desempeñan como trabajadores esenciales en condiciones de precariedad laboral y de inseguridad social. Hasta el momento no existe una institución del gobierno federal que se encargue de implementar medidas para prevenir contagios y decesos entre las familias jornaleras, que uno de los sectores más vulnerables del país.

Del 2001 al 2018 funcionó el Programa de Atención de Jornaleros Agrícolas (PAJA), así como el Programa de Inclusión y Equidad Educativa (PIEE) y el de Educación Básica para Niños y Niñas de Familias Jornaleras Agrícolas Migrantes (PRONIM), con nimios resultados. La corrupción de los burócratas y el carácter clientelar de estos programas, institucionalizaron la discriminación y profundizaron la explotación de los trabajadores y trabajadoras agrícolas. Actualmente existe un vacío en las dependencias del gobierno federal, que han dejado en total indefensión a las familias jornaleras, que para las agroindustrias, no pueden estar confinados. La Secretaría del Bienestar se comprometió a implementar proyectos para la población jornalera de los estados de Campeche, Chiapas, Baja California Sur, Chihuahua y Guerrero. Generaron expectativas en las comunidades levantando encuestas, y los 2 mil proyectos que prometieron aprobar se esfumaron, porque ninguna familia ha sido beneficiada.

Es preocupante que en estas familias haya varias muertes por Covid – 19.  No reciben atención médica en sus comunidades y tampoco los empresarios cumplen con las medidas preventivas que recomendó la Secretaria de Trabajo. Las autoridades de los tres niveles de gobierno no los reconocen como trabajadores esenciales. Por su itinerancia no aparecen como beneficiarios de los programas federales. A pesar de que la ley federal del trabajo establece que la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CONASAMI), es la que debe fijar los salarios mínimos profesionales de las y los trabajadores del campo, tomando en cuenta la naturaleza, la cantidad y calidad de estas actividades, el desgaste físico, y los salarios y prestaciones percibidas por los trabajadores, no se ha subsanado esta omisión por más de cinco décadas.

Ante la emergencia sanitaria, varias organizaciones estamos acompañando a personas jornaleras agrícolas dentro de la iniciativa Alianza Campo Justo, con el fin de que la CONASAMI fije un salario digno de al menos 300 pesos diarios para las personas jornaleras, con el fin de revertir la discriminación, el empobrecimiento y la precariedad laboral.

Las jornaleras para toda la vida, no deben seguir cargando las arpillas de la discriminación y explotación laboral.  Ellas además de cargar a sus hijos sobre sus espaldas, padecen el estigma de su indianidad y de la violencia patriarcal, que las ha esclavizado dentro de los surcos. El gobierno de la cuarta transformación, no puede seguir ensanchando esta brecha de la desigualdad social y económica, por eso es muy importante defender sus derechos y apoyar la iniciativa de un salario mínimo profesional, para que el consejo de representantes de la CONASAMI, reparen esta deuda histórica que desangra la vida de millones de familias jornaleras de nuestro país.

Opinión originalmente publicado en el diario La Jornada.

LEER EL ARTÍCULO ORIGINAL PULSANDO AQUÍ

Fotografía: Tlachinollan.

Compartir 0 FacebookTwitterWhatsapp
La Redacción

noticia anterior
Coloquio Rita Segato y Amador Fernández-Savater.
noticia siguiente
Coloquio con Amador Fernández-Savater.

También le podría interesar

La transformación al servicio de los pobres o...

junio 6, 2025

Más de 400 millones de diabéticos no toman...

mayo 31, 2025

Las Secretarías de Educación y de las Mujeres...

mayo 31, 2025

Visitantes en este momento:

1.231 Usuarios En linea
Usuarios: 585 Invitados,646 Bots

Blog: Perspectivas comunistas

Desde el Plantón magisterial en el Zócalo de la CDMX

Nuestras redes sociales

Blog de la Columna CORTOCIRCUITOS

Nuestros grupos de difusión

Artículos publicados por mes

Síguenos en Facebook

Síguenos en Facebook

Artículos por AUTORES

Artículos publicados por FECHA

junio 2025
L M X J V S D
 1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
30  
« May    

Artículos más leídos esta semana

  • 1

    La CNTE y el acto de desenlatar la lucha de clases en México

    junio 6, 2025
  • 2

    Alto al ataque mediático contra la CNTE, magisterio, organizaciones y sindicatos

    junio 2, 2025
  • 3

    ¡NO NOS VAMOS, SOLO NOS HACEMOS UN POCO MAS A LA IZQUIERDA!

    junio 6, 2025
  • 4

    Ante la ratificación del Director del Colegio Preparatorio de Xalapa por parte de la USICAMM la Dirección de Bachillerato lo “retira” de manera arbitraria. Comunidad escolar inicia protestas

    junio 3, 2025
  • 5

    México. Maestros de la CNTE, continúa la huelga

    junio 4, 2025
  • 6

    Banco Azteca es premiado con 25 % de las AFORES: Pedro Hernández de la CNTE

    mayo 30, 2025
  • 7

    La CNTE: autonomía y movilización en el marco de una hegemonía progresista (3/3)

    junio 3, 2025
  • 8

    Daniela Griego, Presidenta Municipal electa de Xalapa. Recibe su constancia de mayoría

    junio 5, 2025
  • 9

    ¡Quién miente?, ¿la presidenta o la CNTE?

    junio 1, 2025
  • 10

    AFORES: un robo para los trabajadores. ¿Quiénes son y cuántas cuentas controlan?

    mayo 25, 2025
  • ¿Cuáles son los elementos de una historieta?

    febrero 15, 2017
  • 12

    La CNTE: autonomía y movilización en el marco de una hegemonía progresista (2/3)

    junio 1, 2025
  • 13

    EL PROBLEMA DE LA USICAMM ES… ¡TODO!

    mayo 31, 2025
  • 14

    La primavera no se alquila: dignidad magisterial y respeto a la historia

    mayo 30, 2025

Rolando Revagliatti. Argentina

Raúl Allain. Perú

Juan Antonio Guerrero O. México

Vanesa Monserrat. Argentina

Carolina Vásquez Araya

Ilka Oliva-Corado

Javier Tolcachier

Columna: CORTOCIRCUITOS

Manuel I. Cabezas González

Luis Armando González

Iliana Lo Priore

Jorge Salazar

Adolfo del Ángel Rodríguez

Oswualdo Antonio G.

José Eduardo Celis

Daniel Suárez

Güris J. Fry

Jorge Díaz Piña

Ángel Santiago Villalobos

Andrés Brenner

Alejandra Cortina

José Carlos Buenaventura

Luis Palacios

@2020 - Insurgencia Magisterial

Portal Insurgencia Magisterial
  • Inicio
  • Nosotros/Legal
  • Directorio
  • Alianzas
  • Columnistas
  • Voces que seguimos
  • Calendario de eventos
  • Educooperando
Portal Insurgencia Magisterial
  • Inicio
  • Nosotros/Legal
  • Directorio
  • Alianzas
  • Columnistas
  • Voces que seguimos
  • Calendario de eventos
  • Educooperando
@2020 - Insurgencia Magisterial

Leer también:x

Silvia Federici: «El cuerpo de la mujer...

octubre 9, 2019

De la cigüeña al útero artificial

junio 6, 2023

Vientres de alquiler: un negocio de contratos...

abril 28, 2022