Por: Jorge Salazar. 05/01/2017
“La voluntad del capitalista consiste en embolsarse lo más que pueda” (Karl Marx).
Con el nuevo aumento a las gasolinas, el régimen ha quedado totalmente al descubierto frente a los propietarios originarios del petróleo (el pueblo); se despojó la máscara simuladora de un gobierno para TODOS y reveló el lascivo y codicioso rostro del capitalista destinatario de estos incrementos injustificables. El objetivo inmediato es satisfacer esa voracidad de los privilegiados del PRIAN, despojando a quienes SI se ganan el sustento diario trabajando honradamente. Antes del Salinato, los tecnócratas analizaban los efectos negativos (desempleo y empobrecimiento) de sus políticas economicistas sobre la población trabajadora para mitigarlos; hoy, aquello ha quedado atrás. Sin duda alguna, calcularon los daños que causarán a los sectores no especulativos de la economía; donde, sin remedio ajustarán al alza sus costos, gastos y honorarios. Muy pocos lo harán con justicia; la mayoría aprovechando “la oportunidad del mercado” ampliarán su márgenes de ganancia y acumulación, trasladando hacia el asalariado estos infames incrementos a las gasolinas y aquel “poquito más” que decidan en el precio de sus productos y servicios.
El credo de los neoliberales respecto a subsidiar a los Ricos se apoya en la siguiente falacia[1]: si la riqueza se concentra y acumula en pocas manos, ésta será desparramada hacia abajo a través de la creación de empleos y precios bajos controlados por la competencia de mercado. Pero eso NUNCA sucederá. La historia del capitalismo y sus leyes económicas así lo constatan: la voracidad insolente del parasitario empresariado mexicano y su desconfianza en nuestros políticos los conducen a invertir, en paraísos fiscales y fondos especulativos extranjeros, la riqueza expoliada[2] a nuestra vejada Nación.
Parece muy probable también, debido a la oposición repentina (muy publicitada) del PRD y PAN a esos anunciados incrementos, la existencia de un acuerdo de estos partidos con el PRI (sabe NO GANARA en 2018) para reposicionar electoralmente al PAN, quién en alianza, seguramente con el PRD, enfrentarán a MORENA. Es inconcebible la sinceridad en las protestas de esos panistas y perredistas porque fueron ellos, precisamente, quienes aliados en el Pacto por México permitieron la entrega del Petróleo descalificando los argumentos de millones de mexicanos (MORENA). Sin empatía alguna por el gobernado, entregaron el petróleo (privatización) al mejor postor ignorando las advertencias sobre el encarecimiento de los productos energéticos, despido de trabajadores y pérdida de millones de empleos directos e indirectos. Actualmente, una parte importante de la población ya vive en el desempleo. Al respecto, el INEGI[3] reportó una desocupación del 10% del PEA[4] para el tercer trimestre de año pasado. Esto significa, conservadoramente que 5.5 millones de personas viven sumergidas en la angustia existencial permanente de no tener ni la comida asegurada para sus familias. Indudablemente, serán muchos más porque habría que sumar las del último trimestre de ese año (2016) y los despedidos (recortados) que Hacienda programó para este 2017. Lamentablemente, no conoceremos las cifras reales debido al ingenio manipulador para maquillarlas al gusto del jefe en turno y mostrar esa realidad fantástica reproducida en la publicidad gubernamental.
Regresando al asunto de la acumulación, naturalmente, serán los “emprendedores” quienes profundicen el despojo sin piedad alguna, quebrantando las normas vigentes dizque protectoras del consumidor y trabajador. Lo harán, no por audaces sino porque saben NO serán sancionados por ello; al contrario, seguramente el régimen les premiará por ¿sobresalientes méritos ciudadanos? al enriquecerse groseramente en pocos meses. Inevitablemente, los profesionistas, prestadores de servicios, comerciantes en pequeño, medianos industriales tendrán que ajustar sus precios y honorarios o reducir su taza de ganancia para evitar cerrar o despedir empleados; y, como sucede siempre, quienes cargarán con la parte dramática del asunto serán los trabajadores asalariados.
En la esfera política tendremos otro año de Hidalgo (“pendejo quien no se lleve algo”: PRI dixit), generalizado y descarado hasta el asco. Los gobiernos estatales y municipales (PRI, PAN y PRD; ¡ah! y paleros e independientes también) incrementarán los impuestos y el costo de sus servicios (actas, agua, alumbrado, basura, jardines, mercados, ambulantajes, permisos, licencias, etcétera) se autorizarán mayor endeudamiento, desviarán (hacia sus bolsillos) las ayudas y apoyos de los programas sociales. Sabiendo que tienen perdida la Presidencia, se afanan en el robo y saqueo impunes para aumentar los fondos destinados a su bolsillo, la compra del voto y el fraude electoral (2017- 2018) que les garantice la mayoría legislativa que cuide sus espaldas y evite los cambios demandados por la población.
Todo lo anterior ya está pasando y no hemos tocado fondo, como dijera el subcomandante Galeano, “la cosa se va a poner peor”. Si a lo anterior le sumamos el factor Trump (títere de los centros financieros y militar de los E.E.U.U.) se vislumbra un escenario próximo a lo dantesco: por el aumento del proteccionismo gringo habrá menos inversión; el desempleo será mayor por las deportaciones; tendremos más subempleo y gente mendigando en las calles y, por supuesto, crecerá la inseguridad. Los índices de pobreza y concentración de la riqueza continuarán creciendo. Las consecuencias humanas, tan sólo con el desempleo, serán más frustración, resentimiento y degradación de la dignidad.
A pesar de que las protestas aisladas no tendrán efectos sensibles, hay que acompañarlas en lo posible con la intención clara de enlazar y articular su unidad organizada. No hay de otra; o nos hundimos más.
[1] “Engaño o mentira que se esconde bajo algo, en especial cuando se pone de manifiesto su falta de verdad”.
[2] “Apropiación de algo que pertenece a otra persona de forma violenta o injusta”.
[3] Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
[4] Población Económicamente activa (54 226 803 millones)2016.
Fotografía:Tlaxcala