Por: Jorge Salazar García. 05/01/2017
La expresión: “la Política es una porquería” quedará en este 2016, por razones Duartistas y de su desgobierno de saqueo y crimen cobijado por los partidos PRI-PAN-PRD, como una verdad casi absoluta en la conciencia de los Veracruzanos. Sin embargo, esa disciplina de exclusiva naturaleza humana, para nada debería ser excluida por las personas en sus planes de vida social; primero, porque la apatía es cómplice de los nuevos oportunistas, propuestos para proteger las espaldas de los ladrones que terminan (o comienzan) su periodo de gestión; y porque, aislándose, perpetúan su exclusión en la toma de decisiones, esperando que otro acabe con el estado de injusticia e impunidad que nos ha impuesto el reducido grupo de políticos-empresarios apátridas e insensibles que tienen el control político de las instituciones. Es cierto, como dijera Enrique Flores Magón[1], “los funcionarios forman parte de una tremenda maquinaria sin corazón, sin nervios ni conciencia”, pero no debe ser así fatalmente; eso conviene a ellos que pensemos, porque nos inmoviliza. Hay que insistir, los cambios son posibles, es una ley natural. Los ejemplos donde la gente ha asumido las riendas de su vida en el Mundo se multiplican. En México, los casos de esta desparasitación se gestan por todo el territorio nacional. Así sucede con la lucha ambientalista, las autodefensas, el congreso ciudadano, Cherán, luchas por el territorio y las autonomías Zapatistas son los más sobresalientes. En estos hechos libertarios, que muestran sólo la punta del Iceberg, además de recuperar la dignidad pisoteada, se están enviando a la basura a los inútiles, déspotas y corruptos funcionarios gubernamentales. Lamentablemente, esos movimientos antisistémicos han costado sangre y prisión debido a que millones de mexicanos permanecen al margen de los mismos, ya por desinformación, por miedo o por decisión personal al menospreciar los eventos sociales, etiquetados peyorativamente[2] como políticos.
La Política NO es lo que reduccionistamente nos han hecho creer: una disciplina de la gobernación o una actividad orientada ideológicamente a la toma de decisiones de UN GRUPO; es mucho más que eso. La Política implica esencialmente el sentido de Justicia y de Respeto a hacia los demás, por lo que es imposible ejercerla transparentemente sin la participación de TODOS. Si estos elementos están ausentes y son sustituidos por la ambición del PODER y la avaricia , entonces esa actividad humana es reificada (forma de enajenación capitalista) y nos despojan de esa valiosa herramienta para autonomizarnos.
Nacemos con sentido gregario para vernos y reconocernos mutuamente pretendiendo dar respuestas a nuestra finitud y soledad existencial. Primero, nos unimos para asegurar la sobrevivencia, sin más; pero, con el paso del tiempo, las formas de organización y las necesidades se hicieron más complejas, obligando a los dirigentes a tomar en cuenta los intereses de los integrantes de la comunidad, con equilibrio y justeza. Hoy el individualismo, exaltado por el modelo de libre mercado, contrario al concepto de individuo (ser integral con cuerpo, mente y espíritu) y de comunidad, ha conducido a un autoencierro patológicamente ególatra.
Ese abandono de nuestra responsabilidad social, ha permitido la profundización de las medidas mundiales de muerte que destruyen al planeta. Tal vez se piense que la fuerza del gobierno global (FMI, BM, OCDE, ONU,…,) es omnipotente y cualquier esfuerzo que se realice parezca vano y, posiblemente, no se aprecie ningún cambio y si mucho sufrimiento. Por supuesto, hay cierta razón en tal silogismo, pero eso implica un autoabandono destructivo que conduce a ninguna parte. El futuro se construye en el presente, pero ocupándonos de un ideal o una causa que no seamos nosotros mismo (hijos, nietos, amigos, la naturaleza, la tierra). De otro modo NO habrá esperanza ni destino, sólo quedará el vacío: muerte e intrascendencia.
La Política es acción-participación; y, aun cuando no se tuviera la pretensión de “salvar” al Mundo, al menos recuperamos las riendas de nuestro desarrollo, autotrascendiéndonos, porque “Sólo en la medida en que el hombre se aparta de si mismo en cuanto deja de lado los intereses y la atención egoísta consigue un modo auténtico de existencia” (Frankl Viktor, 2001)[3] .
En Veracruz se renovarán (es un decir) 212 Ayuntamientos: miles de puestos y decenas de presupuestos son acechados por los militantes de todos los partidos, lamiéndose la boca y frotándose las manos. Este fin de año, si alguien quiere “liberarse” incluya en sus planes de renovación personal, reivindicar la Política involucrándose en ella. Recuerde, no basta votar, hay que emplear tiempo y recursos (mucho hígado) para hacer que nos escuchen. Participe directamente, vigilando y proponiendo a personas de probada honradez para ocupar los puestos públicos (alcaldes, regidores, inspectores, etcétera) exigiendo nos sirvan con respeto, honradez y dignidad. Por supuesto, hay que promover también la revocación de mandato para todos los niveles de gobierno.
El cambio que deseamos será imposible si permitimos sumisamente el fraude electoral que está latente en todas las instituciones del Estado. La primera trinchera se abre desde el momento que alguien intenta comprar el voto ofreciendo ayudas, apoyos, regalos, dinero etcétera: denunciémoslo y rechacemos ese acto mercenario. Recuperemos la ética política no participando en la venta del sufragio, asistiendo a acarreos por despensas, gorras, sombrillas y otras cosas. No permita que lo conviertan en cómplice de los delincuentes electorales, burladores de la voluntad popular. La dignificación personal pasa por asumir el pleno respeto al sufragio, y hacerlo demanda actitudes y compromisos.
Con un abrazo fraterno y agradecido deseo a todos un fin de año de feliz reivindicación.
[1] Flores Magón, Ricardo, “¿Y para qué sirve la autoridad y otros cuentos?. Ediciones Antorcha; México, D.F. 1989. Página 15.
[2] Que transmite una connotación negativa de desprecio o poco respeto.
[3] Martínez Ortiz, Efren (compilador); “Manual de psicoterapia con enfoque logoterapéutico”. EdItorial EL Manual Moderno. Bogota Col. 2013. Pagina 122.
Fotografía:Taringa