“Nos marginan porque decimos la verdad”*
Jorge Salazar García.
Sin duda las palabras anarquismo, libertad, Estado y casta política, expresadas con dramatismo agresivo por Milei, durante su campaña, fueron las que mayor impacto causaron en los jóvenes argentinos agraviados por el Sistema. En este artículo centraremos el análisis en la primera, empezando por señalar que la esencia del Anarquismo, la rebeldía, fue la mejor dramatizada en los medios por “El Pelucas”. Autodenominándose anarco-capitalista logró capturar la atención de los espíritus rebeldes y frustrados, además de poner de moda el término “Anarquismo”.
¿Por qué?, ¿Acaso Milei se rebelará contra el sistema que lo engendró?, ¿Eliminará al Estado como lo propone el Anarquismo? Nada de eso. Su objetivo, exitoso, al utilizar esas banderas anarquistas, era empatizar con la juventud harta de esa casta política que la enclaustró forzadamente durante la pandemia del Covid-19. Por esa razón los mayores efectos catárticos fueron causados por su frase “¡Viva la Libertad, carajos!” y aparecer con una motosierra amenazando cortar los brazos de los zurdos corruptos. Parecía que al fin las clases agraviadas tenían al héroe que castigaría a los responsables del desastre económico y social argentino. Lamentablemente, Milei es Neoliberalismo puro, de extrema derecha. Inevitablemente causará mayor dolor y división en Argentina. El Anarquismo real no está en su bitácora, pues sería un suicidio eliminar al Estado. Por lo tanto clasificarlo de derecha e izquierda carece de sentido. Sin embargo, dado su planteamiento hipotético, a continuación se describen desde esa asimetría política.
Anarquismo de derecha.
El anarco-capitalismo es una paradoja sólo existente en el papel y la retórica. Contraviene la esencia del capitalismo en lo referente al Estado y abolición de la propiedad privada. Si ambos desaparecieran, el capitalismo también. Es una propuesta electoral dirigida a estimular el odio y el deseo de venganza en los agraviados de siempre. Milei no afectará esos pilares del capital; al contrario, los reforzará ampliando los garantías a la propiedad privada y poniendo el Estado al servicio de la casta económica. Durante el proceso la derecha continuará culpando a los izquierdistas de la inflación y depauperación laboral. De ese modo se posicionará como libertadora y rebelde ante el Estado autoritario neoliberal que vende pesadillas cubiertas de sueños. Milei, no cumplirá en las condiciones actuales de explotación. ¿Quién cubriría al gran empresariado su ineficiencias y saqueos? Evidentemente tampoco se deshará de la casta política, la necesita para gobernar.
En donde Milei sí invertirá capital político, será en profundizar las reformas neoliberales contenidas en el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) con el cual beneficiará a las grandes empresas nacionales y extranjeras. Durante el trayecto Irá privatizando los recursos estratégicos nacionales, encaminando su patria hacia el apocalipsis. Lo anotado por Noam Chomsky en “Apuntes sobre el Anarquismo”, (1970), describe perfectamente al Estado capitalista: “Es una organización económica garante de la propiedad privada que ampara su parasitismo y privilegios especiales”. El esquizofrénico presidente cumplirá a sus financistas haciendo irreversibles por las buenas, dichas reformas estructurales. En conclusión, el anarquismo de derecha es una engañifa monumental.
Anarquismo de izquierda.
El Anarquismo real es una evolución posible desde la izquierda. Considera al Estado una estructura autoritaria, castrante e innecesaria. Ninguna persona efectivamente facultada para ejercer su LIBERTAD aceptaría voluntariamente se le ordene qué, cómo, cuándo y cuánto producir o pagar impuestos. Mucho menos toleraría gustosa ser registrada, vigilada, tazada; ni cómo vestirse, divertirse, qué comer y cómo educar a los hijos. A esa libertad individual se refiere el Anarquismo, la definida por Aristóteles como la capacidad del hombre para determinar su vida y sus acciones. El anarquista no reconoce la Libertad concedida y regulada por el Estado pues, de acuerdo a Mijail Bakunin, (1814-1876), “ es un engaño, (que) no representa otra cosa que el privilegio de algunos fundado en la esclavitud del resto”. Liberarse, entonces, implica diluir al Estado quitándole su función primordial de garantizar la propiedad privada por ser un robo legalizado, (Joseph Proudhon, 1840). Respecto a la propiedad individual, el anarquistas Pedro Krotopkin sostuvo que debería respetarse dado que “el interés colectivo debe dejar intacto al interés individual, si lo afecta entonces deja de ser colectivo”. Consecuentemente, ser anarquista, es luchar contra cualquier sistema de opresión que entorpezca “el desenvolvimiento libre y el desarrollo pleno de las facultades, capacidades y talentos naturales de las personas”, (Daniel Guerin, Anarquismo).
El texto anónimo “Soy el Anarquismo”, resume poéticamente a esta doctrina:
“Nací con la primera revuelta insumisa, inquieta, desgreñada. Me construí a mi misma desnuda, bella, irreverente. Me negué a ser sometida, dirigida, apadrinada. Me transformé en apóstata fui acusada de irreligión. Fui condenada, pero mis alas eran de fénix, y en raudo abandoné las hogueras y atravesé los océanos. Vi yugos por dondequiera, calambres y hambre, parlamentos y lamentos; aprendí la desesperación. Cavé con las uñas una trinchera de sueños y me embriagué con esa pandilla de niños locos, poetas náufragos allá en España del treinta y seis… Miré a la izquierda, miré a la derecha y vi rostros sucios ocultos tras limpios uniformes vertiendo la sangre de los pueblos en nombre de la justicia, la dialéctica y otras empalagosas quintaesencias. (Soy) enemiga de los gobiernos, enemiga de las patrias, enemiga del dolor. Abrazo al mundo, vivo y no ruego, amo y resisto sus tiranías”.
¿Sin Estado, quién gobernaría?
Al Estado lo sustituirían autogobiernos constituidos mediante consejos y representaciones colectivas rotativas conformadas por ciudadanos electos por méritos de servicio y capacidad. Estos integrarían órganos autogestionarios de producción y servicios. Ya no habría impuestos repartiéndose entre políticos y patrones corruptos. Tampoco tendrían caso los mecanismos de vigilancia y represión controlados por caciques políticos. Sin Estado, nadie sería tratado como objeto o mercancía. El esfuerzo colectivo se enfocaría a prioridades como la salud, la felicidad, el apoyo mutuo, la solidaridad, la comunidad, la justicia y pleno respeto por lo humano. Ahí reinarían la auténtica LIBERTAD y emancipación. ¿Qué joven normal, no enajenado, “elegiría reptar en lugar de volar”? De aquí su atractivo para la juventud.
En el pasado existieron experimentos de autogobierno: las comunas hippies, la revolución española 1936, la comuna de Paris, los Cátaros, los construyeron gente con alma y corazón anarquistas. En América Latina la lucha anarquista, fue muy bien acogida en comunidades indígenas cuyos antepasados vivían del Calpull y el Ayllu, (Angel J. Cappelletti, El Anarquismo en América Latina). En México independiente tuvo en los hermanos Flores Magón a dignos representantes; principalmente Ricardo, asesinado en una cárcel yanqui por su indómita rebeldía.
Por supuesto, en tanto se siga esperando venga un héroe del imperio o alienigena a salvarnos de los enemigos inventados (pandemias, terroristas, narcotraficantes, comunistas), el Anarquismo será utopía. Sin embargo, alienta saber de la existencia de colectivos que han superado el maniqueísmo inducido desde el poder. Están reconstruyendo el tejido comunitario y la empatía social destrozados por el capitalismo. Saben ejercer su soberanía para auto-gobernarse, pues han probado que cualquier gobierno, de izquierda o derecha, obstructor de tal potencial es un farsa, por más que se pinte de populismo.
Sí los países, parafraseando lo dicho por Noam Chomsky para Estados Unidos, no eligen una vía realmente libertaria se convertirán “en el más peligroso flagelo que el mundo haya jamás visto en la historia de la humanidad”. Ya está sucediendo.*Letra de la canción “Grito Subterráneo” del grupo Kaos.
