“La tarea de formarnos como individuos equilibrados fue
brutalmente interrumpida hace siglos, no la hemos concluido”.
Jorge Salazar García. 06/12/2020
“Con el permiso de nuestros dioses, de nuestros hermanos mayores, de nuestra Pachamama (madre tierra), de nuestros ancestros, de nuestros achachilas, (espiritus protectores que viven en las montañas), … de nuestro Patujú (identidad), … ”. Con estas palabras el vicepresidente de Bolivia, David Choquehuanca inició su radiante y trascendente discurso pronunciado el pasado 8 de noviembre en la sede de la Asamblea Legislativa Plurinacional durante la toma de protesta del nuevo gobierno, encabezado por Luis Arce. Este dirigente sindical, originario del pueblo Aymara, con presencia en los territorios bolivianos, chilenos y peruanos, se dirigió al Mundo para comunicar que ese pueblo logró resistir a las políticas de exterminio implementadas desde la Conquista. Con humildad, en esa máxima tribuna Boliviana, externó su “PENSASIENTO”. Es decir, sus pensamientos y sentires sobre estos tiempos neoliberales que imponen modos de“Pensar” y “Sentir” únicos; pensar en sí mismo (éxito individual) y sentir sólo la ambición de acumular sin importar el otro ni los medios para hacerlo. En cambio, pensar y sentir, para esa cultura originaria representan obligación y principio, comunicación y dialogo, son los ejes de sus procesos de convivencia.
Desglosando el texto del discurso es posible intuir algunos saberes ancestrales sobre el mundo, la vida y la Naturaleza hoy confirmados ciertos por la Física Cuántica al probar que: todo está interrelacionado… y lo que existe en el planeta, fluye en equilibrio con nuestra Madre Tierra.
Don David logró sintetizar la filosofía opuesta al brutal individualismo de mercado al decir que el bienestar de todos es bienestar de uno mismo; que ayudar es motivo de crecer y ser feliz; que renunciar en beneficio del otro nos hace sentir fortalecidos. Que el trabajo, la cooperación, la solidaridad y la reciprocidad deben ser la esencia de la vida … donde la empatía por el otro o el bien colectivo sustituye al individualismo egoísta…
Sus palabras fueron viva expresión de un triunfo sin arrogancia sobre los intentos externos de ser resemantizados (cambiarles sus valores y costumbres). Con 5 siglos de resistencia, igual que el subcomandante Marcos los hiciera por las comunidades zapatistas en 1994, el pueblo Aymara, por su voz, gritó a la cultura de la muerte que: están vivos. No lograron apagarlos. Incluyente, reconoció: somos Katari, somos comanches, somos mayas, somos guaraníes, somos mapuches, somos quechuas y somos todos los pueblos de la cultura de la vida. No somos de la cultura de la guerra ni de la dominación; nuestra lucha es contra todo tipo de sometimiento y contra el pensamiento único colonial, patriarcal.
A quienes están perdiendo su identidad y raíces culturales los convocó a volver al centro (pacha) al equilibrio de donde emergen la sabiduría de las civilizaciones más importantes de nuestro planeta. Les pide unirse al proceso de recuperación de los saberes y de los códigos de la cultura de la vida; de una sociedad que vivía en íntima conexión con el cosmos y con la naturaleza, para garantizar el bien de todos.
Sobre el ejercicio del poder lamentó: las revoluciones no han logrado modificarlo … se utiliza para mantener control sobre las personas. El poder ha logrado distorsionar la mente de los político, corrompe y es muy difícil modificar(lo). Pero es un desafío que asumiremos. Porque estamos convencidos que para transformar la sociedad, el Gobierno, las leyes y el sistema político debemos cambiar como individuos. Ya no más abuso de poder; ya no más impunidad.
Hizo un llamado a buscar coincidencias, soluciones entre la derecha y la izquierda, entre la rebeldía de los jóvenes y la sabiduría de los abuelos, entre los límites de la ciencia y la naturaleza … , entre las minorías creativas y las mayorías tradicionales, entre los gobernantes y los gobernados, entre el culto liderazgo y el don de servir a los demás. “El cóndor levanta vuelo sólo cuando su ala derecha está en perfecto equilibrio con su ala izquierda”, ejemplificó.
Comprometiéndose con los bolivianos aceptó el gran reto de encaminar sus acciones a sanar a la humanidad, al planeta, a la hermosa vida que hay en ella y devolverle la belleza; de recuperar el camino noble del respeto al fuego, la lluvia, montañas, ríos; de superar la división, el odio, el racismo, la discriminación.
Y viendo hacia el futuro, terminó diciendo: el nuevo tiempo significa escuchar el mensaje de nuestros pueblos, significa sanar heridas, mirarnos con respeto, recuperar la patria, soñar juntos, construir hermandad y esperanza para garantizar la paz y la felicidad de las nuevas generaciones.
Sin duda el nuevo gobierno del que forma parte Choquehuanca es otro aire de libertad que sopla en nuestra América. (https://www.youtube.com/watch?v=Dp8JMY4GssM) Es (el discurso de don David)otro susurro más que dice al corazón que ¡Estamos vivos! y; además, de convertirse en huracán, podría mandar al carajo el egoísmo e individualismo, caníbales y enajenantes que hoy dominan en la época del EXITOSISMO.