Por: José Yorg. 20/01/2023
“Vosotros, que surgiréis del marasmo en que nosotros nos hemos hundido, acordaos también, cuando habléis de nuestras flaquezas, de los tiempos sombríos de los que os habéis librado.
Cambiábamos más frecuentemente de país que de zapatos, a través de las guerras de clases, desesperados, porque reinaba la injusticia y nadie se indignaba.
Bien sabemos que el odio contra la ruindad deforma el rostro y la rabia contra la injusticia enronquece la voz. ¡Ah!, nosotros, que queríamos preparar el terreno para la bondad no pudimos ser bondadosos.
Pero vosotros, cuando llegue el momento en que el hombre sea bueno para el hombre, acordaos de nosotros con comprensión”. Bertolt Brecht- “A los que vendrán después”.
En los siglos XVIII y XIX desarrolla Inglaterra su accionar de mayor expansión la que se conoce como acción imperial hacia otros continentes, pero tendría dos lecciones importantes que harían que cambiara de estrategia: El mercantilismo.
Precisamente, intentó aumentar los impuestos al comercio de las colonias del norte de América, lo cual incentivo las ansias independentistas de Estados Unidos, por medio de un conflicto bélico que enfrentó a las entonces Trece Colonias británicas originales en América del Norte entre 1775 y 1781 y que por medio del Tratado de París, firmado el 3 de septiembre de 1783 concluyó la guerra de Independencia de los Estados Unidos.
La segunda gran lección se daría, como afirmó, curiosamente, en Londres el historiador argentino Felipe Pigna “Las invasiones inglesas de Buenos Aires, fueron un “hecho bisagra entre la colonia y la independencia”. (Junio de 1806 y el mismo mes de 1807)
Estos dos intentos fallidos de invasión inglesa al Río de la Plata por la formidable resistencia popular y militar, fue elocuentemente expuesto en el coloquio por Pigna junto con Malcolm Deas, profesor de Política Latinoamericana de Oxford, y que fue un acto que inauguró el embajador argentino en Londres, Federico Mirré. Dijo Klaus Gallo, otro disertante, “más allá del fracaso militar” que supusieron aquellas expediciones militares para los ingleses, Gran Bretaña iba a adquirir gracias a ellas “un enorme caudal de informaciones”. Los ingleses “perdieron militarmente la guerra, pero la ganaron desde el punto de vista comercial”.
En efecto, los ingleses no encontraron resistencia en el campo económico con la clase dirigencial argentina que permitió profunda incidencia en la estructura económica y financiera así como en el campo político.
Es más, los ingleses aprendieron que Brasil, Argentina y Uruguay podrían lidiar sus batallas como prolongación de su poder político-económico y militar de ultramar.
Así, tras suscribir, precisamente, un tratado secreto de la Triple Alianza, (contienda entre los años de 1865-1870) los gobiernos de Brasil, Argentina y Uruguay arremetieron contra el pueblo y gobierno de la República del Paraguay. ¿Por qué? Su independencia y soberanía basada en un modelo social y productivo justo y equitativo, cooperativo, concebido y construido por el Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia, y continuado por los López y que fuera destruido a sangre y fuego, pero además arrojaron montañas de mentiras e injurias y distorsiones históricas, pero debemos decir: ¡En vano!
Ahora, dejemos que nos aleccione el propio Mariscal Francisco Solano López en su última arenga a sus seguidores en una estratégica retirada a Cerro Corá para rearmar la resistencia y eventualmente la contraofensiva libertaria:
“Si los restos de mi ejército me han seguido hasta este final momento es que sabían que yo, su jefe, sucumbiría con el último de ellos en este último campo de batalla. El vencedor no es el que se queda con vida en el campo de batalla, sino el que muere por una causa bella. Seremos vilipendiados por una generación surgida del desastre, que llevará la derrota en el alma y en la sangre como un veneno el odio del vencedor”.
“Pero vendrán otras generaciones y nos harán justicia aclamando la grandeza de nuestra inmolación. Yo seré más escarnecido que vosotros, seré puesto fuera de la ley de Dios y de los hombres. Se me hundirá bajo el peso de montañas de ignominia. Pero también llegará mi día y surgiré de los abismos de la calumnia, para ir creciendo a los ojos de la posteridad, para ser lo que necesariamente tendré que ser en las páginas de la historia.”
(https://www.paraguaymipais.com.ar/)
La lección histórica-entre muchas-es clara, la dominación, la falta de soberanía política, falta de independencia económica y falta de justicia social, ayer y hoy proceden de la misma estratagema, hoy por medio de la deuda externa y los cipayos de siempre.
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!
Fotografía: Raúl Rodríguez