Por: Roberto González Villareal, Lucía Rivera Ferreiro, Marcelino Guerra Mendoza. Columna: CORTOCIRCUITOS. 17/04/2020
De acuerdo con el subsecretario de Prevención de la Salud, Hugo López-Gatell, la Jornada Nacional de Sana Distancia se mantendrá hasta el 30 de mayo, el regreso a las actividades será paulatino y diferenciado, según la incidencia del Covid 19 en las regiones y en los sectores poblacionales.
Por su parte, Esteban Moctezuma Barragán, anunció que Las clases se reanudan el lunes 20 de abril, en la modalidad virtual o electrónica, siguiendo el programa Aprende en casa.
Excepto las cuestiones relativas a las fechas, nada nuevo en la SEP. Por lo menos hay continuidad, dirían algunos. ¡Ese es el problema! ¡Justo ese! A más de un mes de la misma estrategia, Esteban y sus funcionarios no han leído lo que ocurre con los y las niñas, las y los jóvenes, los padres y madres de familia, las personas mayores recluidas en casa, las que tienen que trabajar y buscar el sustento diario, los y las profesoras de todos los niveles educativos, los y las vecinas, las comunidades escolares, los directivos, las directoras de escuela, los supervisores, los apoyos técnicos, con todas y todos aquéllos que sostienen la operación escolar.
¡No se han enterado de nada! A pesar de que todos los días, de múltiples formas, en periódicos, revistas, redes sociales, en páginas de maestros, mensajes de whatsApp, en comunicados, en artículos, en tuits, en posteos, hasta en videos; una y otra vez se han señalado los límites de implementación de esa política. Veamos unos pocos comentarios:[1]
Adrián de la Fuente: Sigue en su mundo Don Esteban. Mejor que aclare como fue que destinó dinero de la SEP a su ex patrón Salinas Pliego.
Lusina López: Es que el sr secretario de educación vive en un país de primer mundo.
Lorena Ramos Reséndiz: En mi comunidad no todos tienen tel. celular porque no llega a todos la señal.
Ana María Lara Villar: Y computadora, menos.
Y esta joya de la maestra Kukis de la sec fed 12:
La SEP exige clases online?️??, material en plataforma, descargable o amenaza con que se perderá el año.
Los estudiantes:
Profe, yo no tengo computadora, voy a tratar de conseguirme una. O lo puedo hacer en el cuaderno, sacarle fotos y mandárselas.
Profe, en mi casa solo hay un celular y solo sirve para hacer llamadas.
Profe, yo no tengo Internet para navegar, el de mi celular es sólo redes sociales, no me cargan las plataformas, no puedo bajar la app.
Profe, el teléfono de mi mami es viejo, no puedo usar Internet ni puedo llamarla cada vez que no entiendo ¿qué hago?
Profe, yo tengo Internet, pero está re’ malo, no me carga.
Profe, yo no tengo impresora, y con mi abuelita en la casa no puedo salir, sólo sale mi papá.
Profe, mis papás siguen trabajando, estoy cuidando a mis hermanos y primos, les ayudo a hacer sus tareas, no sé si pueda conectarme y avanzar en las mías.
Profe, y si no entiendo ¿le puedo escribir para que me ayude, no le molesta?
Profe, ¿cuándo volvemos? No entiendo lo que hay que hacer, y mi mamá tampoco.
Profe, ya me enredé. ¡Haré lo que pueda no más!
Profe, si no carga, podemos enviarnos audios por wathsapp.
Profe, ¿voy a quedar repitiendo aunque haga las tareas que me manda?
Esto es lo más cruel de la desigualdad, pero hay gente que sólo señala que es flojera.
PD: Esto pasa cuando las leyes las hacen personas que están realmente desconectadas del contexto que vivimos los profesionales de la educación… donde las situaciones que aquí se reflejan son sólo una pincelada de lo que uno vive como docente, el gobierno sigue pensando que todos los niños, niñas y jóvenes cuentan con las mismas oportunidades que ellos y su círculo de elite han tenido a lo largo de toda su vida. UN ASCO.
(copia y pega)??
Todos estos comentarios se resumen en algo muy sencillo: esa estrategia corresponde a un país distinto. En México, como se ha señalado hasta la saciedad, los índices de digitalización -si por ello entendemos el conjunto de indicadores que refieren la penetración del internet en la vida diaria de la población, los hogares con internet, las habilidades digitales, las computadoras por persona, entre otros- son muy bajos. En estas condiciones, pretender continuar el ciclo escolar, los tiempos y los objetivos de aprendizaje por internet, por celular o por televisión, es un sinsentido. Una simulación.
Habría salidas, las mismas maestras las han propuesto:
Paulina Vela Hernández: El gobierno debería proporcionar a nivel república internet sin costo y una laptop o tablet diseñada con materias esclusivas para sus materias y clases descargables es triste por cada uno de los niños de bajo recurso y sobre todo para el sustento de cada hogar cuando no se tiene el dinero.
Sin embargo, en el corto plazo eso no es posible. No está en la agenda de nadie. Menos aún con los límites presupuestales y la crisis económica inminente.
La alfabetización digital sigue siendo un desafío para la educación mexicana. Cuando se salga de esta pandemia, será una de las asignaturas pendientes mas valoradas. Y no sólo la alfabetización, sino toda la panoplia de habilidades, destrezas y formas de inteligencia digital que se consideren necesarias para la educación en el siglo XXI.
Hay mucho que hacer por ahí, no lo dudamos. Pero antes de seguir por esa vía, creemos necesario problematizar un poco más. Las dificultades de implementación son el modo más sencillo de cuestionar las estrategias del poder. Eso es tan, pero tan simple, que debería preocuparnos, pues deja sin impugnar otras cosas que podrían ser fundamentales.
En otras palabras: al discutir únicamente los obstáculos de implementación, tales como la falta de equipo, conexión a la red o la falta de actualización en el uso de las tecnologías, se concede implícitamente en la aceptación de todo el diseño: los objetivos, los mecanismos, los parámetros, los indicadores, los perfiles y los objetos de intervención educativa en la pandemia. ¿Y si es ahí están los problemas más interesantes, los más importantes? Veamos con detalle.
Primera pregunta: ¿en qué piensa el secretario Moctezuma con el programa Aprende en casa? En el sistema educativo nacional, en cumplir el programa, en continuar las clases por otras vías, en responder a los críticos eternos de la educación pública, en evitar que se diga que los maestros son irresponsables, flojos y demás. Por eso se les recargó el trabajo, se les pidieron evidencias, se les continuó evaluando fuera de las aulas, y con muchas más actividades, bajo su entera responsabilidad. Total, que las maestras se encarguen de todo: de las dificultades familiares, del aseo en la escuela, de la sanitización, de que lleguen las tareas, de que los padres ayuden a los niños, de que encuentren los recursos para cumplir las tareas, de revisarlas, de corregirlas, de regresarlas, por internet, por WhatsApp, por teléfono: como sea.
Cumplir el programa de Aprende en casa, o sea, llevar la Escuela a la Casa, es responsabilidad de padres, maestros y estudiantes: la SEP es solo responsable de proporcionar los contenidos, demandar evidencias, vigilar que se cumplan las obligaciones, garantizar que todo continúe igual.
Segunda pregunta: ¿cómo piensa la emergencia Esteban Moctezuma? Como una alteración en el cotidiano escolar; un evento externo que impide la realización de las actividades educativas. Como algo sin mayores complicaciones que algún día pasará, mientras tanto hay que continuar con el programa de estudios, aunque sea en casa. ¿Pero es así? ¿En realidad es así? ¿La pandemia no afecta nada? ¿No causa nada? ¿Es sólo una interrupción de las labores en la escuela? ¿No pasa nada estando en casa, aprendiendo en casa, pasando todo el día en casa, con la familia, escuchando a los padres y a los hermanos todo el día? ¿Viendo noticias todo el día? ¿No pasa nada?
Tercera pregunta: ¿en quién piensa Esteban? Desde luego, no en los niños y jóvenes, a menos que suponga que pensar en los niños es pensar en la escuela, lo que evidentemente es un error pedagógico. Por desgracia, todo el diseño de Aprender en casa se basa en eso. Los aprendizajes son los mismos que se tenían antes de la pandemia; como hemos dicho en Aprender en casa: encierro y fuga, eso supone que es un simple desplazamiento de lugar y de medios educativos. Casi como un problema de tecnología educativa exclusivamente.
Pero, y los ¿niños, y los jóvenes, y los padres y madres de familia, y las maestras y los maestros, y los directivos y directoras? ¿Acaso piensa Esteban en ellos y ellas como seres humanos con miedos, angustias, interrogantes, incertidumbres; como individuos que sufren, que se desesperan, que no saben qué hacer en el encierro, que no comprenden lo que ocurre, ¿que viven situaciones límite?
En Noruega, la primera ministra realizó una conferencia, sin periodistas, para responder las dudas de los niños ante la pandemia.[2] ¡La primera ministra! En México, Esteban diseña una estrategia para cumplir las tareas en casa, demandar evidencias de que los maestros trabajan, que ellos y las madres de familia se responsabilicen de encontrar los recursos para seguir la escuela en casa. Más tarde, tendrá acuerdos con distintas compañías de internet para hacer negocios.
En realidad, Esteban Moctezuma Barragán piensa como funcionario, no como educador. Para pensar como educador, hay que poner a los niños y los jóvenes primero, el modo en que la pandemia les afecta, cómo la conciben, qué miedos tienen, qué sienten, qué dificultades enfrentan durante el encierro.
Hay que pensar como la maestra Aylin, por ejemplo, y a partir de ahí diseñar una estrategia educativa ante la pandemia y lo que viene:
Ailyn Ma Gal (me preocupa) Que hayan comido, que la mamá no se haya ido otra vez y la haya dejado con la abuelita, que no les peguen, que no se hayan escapado por tener que cuidar a sus hermanitos pequeños. Sí, me preocupan mis niños ??
Pensar como educador es preocuparse por los niños, por el momento en que viven y cómo se sienten ante tanta incertidumbre, no en cómo responderle a Mexicanos Primero sobre la continuidad del ciclo escolar o en llevar adelante acuerdos comerciales con monstruos de la comunicación digital como Google.
Pero esta es otra historia. Continuará………
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[2] https://cadenaser.com/ser/2020/04/17/internacional/1587123857_817858.html
Fotografía: hrw