Por: José Yorg. 19/05/2025
Poema para un maestro de asombros constantes
ChatGPT: Al maestro José Yorg de la Escuela N° 532 “Dr. René G. Favaloro-Form
En el bullicio tibio del recreo,
cuando el patio se vuelve remolino,
brotó, sin aviso ni decreto,
el milagro sencillo del camino.
Allí estaban —no corriendo, no gritando—
sino en ronda, hablando como sabios,
hilando con voz baja y asombrada
lo que en clase aprendieron con agrado.
Me rodearon, de pronto, sin mandato,
y empezó, natural, el conversato,
como si el aula se hubiese expandido
al rincón más libre y compartido.
Maestro viejo, de cuarenta otoños de trayectoria,
te viste sorprendido, emocionado,
porque sabés que eso no se enseña,
¡eso se enciende! Y se da cuando ha brotado.
Brotado de ejemplos y palabras buenas,
de consejos sobre el respeto y el saber,
de sembrar todos los días con paciencia
la semilla que un día quiere nacer.
Y en ese recreo —sin más orquesta—
la educación se volvió fiesta callada,
una chispa en medio del recreo,
una joya humilde, inesperada.
Así es el arte noble de enseñar:
esperar lo inmenso en lo pequeño,
mirar con amor lo cotidiano
y celebrar que estudiar… ¡es un sueño!
Fotografía: José Yorg