Por: Juan Antonio Guerrero Orrostieta. 05/04/2021
Sin duda, en esta administración han habido cambios importantes en cada uno de los niveles que la componen, sobre todo en el discurso, sacar a la corrupción de las instituciones y fortalecer la infraestructura pública, se habla de proyectos para la mejora en temas de salud, justicia, educación, economía y muchos otros aunque hasta la fecha no se ha dicho como se solucionarían en lo concreto, no hay más que propuestas inciertas y que siguen haciendo creer que habrá cambios para aumentar la calidad de vida de la ciudadanía, más con con buenas intenciones que con acciones bien pensadas.
Hoy queda claro que tener la idea de cambiar la dinámica de un país con suposiciones y buena vibra es más que imposible, teniendo en cuanta que quienes rodean a los que toman las decisiones son actores que tienen una larga trayectoria política con partidos de todos los colores y sabores, que llevan décadas viviendo del erario público y que ahora parecen ungirse en los aceites sanadores del “nuevo gobierno” para purificarse, borrón y cuenta nueva.
Prácticamente estamos a la mitad del sexenio si resultados tangibles de un verdadero cambio de rumbo en México, los funcionarios son los mismos de siempre haciendo las cosas igual o peor que en otros momentos y entregando resultados inverosímiles y carentes de sentido.
Citando un ejemplo en lo corto, la aplicación de la Unidad de Medida y Actualización para establecer topes de Jubilaciones y Pensiones a los trabajadores que cotizan en el IMSS e ISSSTE – iniciativa aprobada en 2016 durante la fallida administración de EPN que ataca derechos de los trabajadores -, no hay interés hasta la fecha para modificar en beneficio de la población ya que éste parámetro representa ahorros económicos para empresarios y gobiernos, aún teniendo mayoría en ambas cámaras para poder lograr una solución de fondo.
Por otro lado, las y los burócratas siguen ganando sueldos dignos de jeques, sin responder de manera congruente ante la situación actual generada por la pandemia, no hay ninguna iniciativa de ley, intención o siquiera mención para reducir sus sueldos, por el contrario y como en el caso de la SCJN, congelan iniciativas para revisar sus percepciones millonarios y que en sí representan contradicciones con nuestra carta magna, específicamente en dónde se establece que nadie puede ganar más que el presidente. Seguramente ésta propuesta para reducir salarios estratósfericos haría correr de inmediato a gran parte de los funcionarios públicos, ya que el interés va más dirigido al aspecto monetario que al de generar acuerdos y tareas que beneficien a la población.
Así pues, podemos seguir con más y más ejemplos de incoherencias, contradicciones e incongruencias del actual gobierno y sus caudillos, lo importante es puntualizar ideas muy claras como el hecho que no se pueden cambiar las cosas cuando quienes deciden no están dispuestas y dispuestos a hacerlo; es difícil que los ciudadanos en situación crítica sigamos pagando los altos sueldos de políticos sobre valorados y ricos; al atacar las conquistas laborales no se abona a mejorar las condiciones de vida de la ciudadanía; es importante observar y denunciar la falta de aplicación de las leyes de manera pareja a todas y todos.
Por eso decimos que es EL GOBIERNO DE LAS BUENAS INTENCIONES, simplemente se está quedando en eso y como lo sabemos, nadie vive de abrazos y demagogia.
Fotografía: Juan Antonio Guerrero Orrostieta