Por: Francisco Cerezo. 06/07/2025
El fascismo engendra revoluciones
Ya habíamos dicho en un análisis pasado que, las crisis económicas mundiales son el origen del fascismo.
Así podemos ver y sobre todo sentir, que la crisis económica capitalista mundial, a pesar del Neoliberalismo: no ha logrado superar la profunda y larga crisis.
Sin irnos muy lejos en el tiempo, la gran crisis económica de 1929 crearía las condiciones para encauzar el descontento social, no hacia un proceso de izquierda, sino como siempre, hacia un proceso de fascismo, al igual que ahora.
En el discurso propagandístico de la Derecha y Ultraderecha, las crisis económicas no son resultado de la sobreproducción capitalista, tampoco lo es el aumento del desempleo, la baja del poder adquisitivo, mucho menos la violencia, la polarización y la descomposición social, todos estos males le son achacados -sin ningún fundamento real- a la izquierda.
Una izquierda que tampoco es real, ya que en la mayoría de los países donde la Ultraderecha ha tomado el poder, se lo arrebata a la parte moderada del mismo capitalismo, aunque sea acusada falsamente de representar a la izquierda.
Sembrar odio
Y para lograr este efecto propagandístico de odio contra la izquierda.
Desde los albores del siglo, todo aquel que no defienda una política fascista, será etiquetado en general como comunista, incluso contra gobiernos o partidos políticos que también usan el anticomunismo para mantenerse en el poder.
En los Estados Unidos que el Partido Republicano acusa de socialistas, las políticas del Partido Demócrata, cuándo éste último también ha sido un férreo anticomunista durante sus gobiernos.
Los presidentes demócratas norteamericanos que de demócratas no tienen ni un ápice, fueron responsables de crímenes de guerra durante sus mandatos.
Truman, autorizó el bombardeo atómico contra Japón, también fue el responsable de la Guerra de Corea, con la cual intentó estrangular a la Revolución China
El asesinado Kennedy envió tropas a Vietnam y autorizó el uso del Napalm entre otras armas prohibidas a nivel internacional.
También firmó el embargo completo en contra de Cuba.
El ex presidente Truman, también del Partido Demócrata, mantuvo la guerra de Vietnam, incluso amplio los bombardeos a Laos y Camboya e invadió República Dominicana.
Bill Clinton, ordenó el bombardeo criminal en contra de Yugoslavia y fortaleció la política de balcanización de Europa del Este.
Obama, también impulsó la Primavera Árabe, para desestabilizar Medio Oriente y colocar presidentes pro occidentales como en Libia.
Las revoluciones de colores, que dieron pie a la Guerra de Rusia contra el neofascismo ucraniano, fueron impulsadas por el demócrata Biden.
Sembrar anticomunismo
Todos usaron el anticomunismo como bandera para lograr sus objetivos.
El Capitalismo superara sus crisis y derrota a los países socialistas o progresistas para explotar a millones de trabajadores en todo el mundo.
Así el Capitalismo global con Estados Unidos a la cabeza, salió de la crisis del 29 y nuevamente entró a otra crisis económica en 1938.
Hubo un ciclo de crisis más: 1975, 1982, 1991 y llegamos a la de 2009 de la cual ya no ha podido salir.
Y se agravó con la Pandemia de Covid en 2020.
Ahora, si revisamos nuestro continente, estas crisis han ido de la mano con el ascenso de la Derecha.
El anticomunismo ha sido la bandera de Estados Unidos, en el siglo pasado, para imponer dictaduras militares capitalistas en todo el Cono Sur.
También para derrotar los movimientos de Liberación Nacional en Centro América.
Mantener a raya los diversos esfuerzos insurgentes que aún perduran en toda América latina.
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El objetivo: saquear
Si hablamos de este siglo, el anticomunismo se sigue usando por parte de la Ultraderecha para alinear a toda América a las políticas neoliberales que le permitan paliar su actual crisis económica capitalista mundial.
Pero ya no basta, su propia crisis económica es muy profunda, agudizada por la pérdida de mercados ante otro poder económico que no podemos llamar capitalista que es China.
Y para salir de la crisis es necesario imponer nuevamente como en el siglo pasado, las dictaduras o dictablandas, ensalzando el discurso racista, antiinmigrante, antiderechos y sobre todo y como siempre, anticomunista.
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Fotografía: Perimetral