Por: José Yorg, el cooperario. 04/07/2022
“El precio de desentenderse de la política es ser gobernado por los peores hombres”. Platón.
“Ya es tiempo de modificar el epicentro del poder político concentrado y monopolizador,
es lo que nos señala el infortunio mundial de los pueblos que nos marca que es hora
histórica de avanzar hacia un poder político plural que permita al pueblo ser
auténticamente emancipado y creativo, es tiempo en que el cooperativismo
abandone su neutralidad política y construya poder
político independiente, autónomo y bondadoso”. José Yorg.
Hemos conmemorado entusiastamente el Día mundial del cooperativismo de forma presencial y virtual. Todo bien con los discursos elogiando las bondades del cooperativismo, sin embargo, afirmamos que si no se realiza, si no se elabora concienzudamente, una teoría del poder político cooperativo para luego, inmediatamente construir ese poder, todo es poesía que no transforma. ¡Es un mero deseo!
En el mundo real, muchas veces enmascarado, solapado, se dirimen asuntos importantes que perjudican o favorecen al pueblo, sin el pueblo. La constitución nacional argentina define este asunto en su artículo N° 22.- “El pueblo no delibera ni gobierna, sino por medio de sus representantes y autoridades creadas por esta Constitución”.
En ese sentido, el artículo N° 38 de la Carta magna define a los partidos políticos como “instituciones fundamentales del sistema democrático“. Así se asume que nuestro ordenamiento institucional y democrático, a la luz de la misma, se asienta en la existencia y actuación exclusiva de partidos políticos.
Después encontramos cantidades de justificaciones de toda laya de que una democracia directa o participativa es imposible porque la cantidad de ciudadanos cierra esa posibilidad. Los que cierran esa posibilidad son ellos, los burócratas, los conservadores y reaccionarios al cambio, son los detentadores del real poder político.
Dejan claro que el pueblo no puede organizarse por su cuenta y voluntad a ejercer la política, alejan a los pueblos, a los ciudadanos, de su condición de “animal político”, los despojan de proponer y ejercer sus propias políticas.
Ante esta realidad y las actuales circunstancias tumultuosas es necesario reflexionar y producir innovaciones políticas.
Las cooperativas tienen una democracia directa y además poseen revocación de mandatos en cualquier tiempo.
Los valores y los principios cooperativos son guías estratégicas para la acción en un mundo atravesado por el egoísmo, la corruptela y la desorientación, allí se ve claramente que la guía política y su decisión son fundamentales para la fecunda labor cooperativa. Pero para que esa concepción y acción sean unidades fuertes se hace necesario la comprensión de que sin la herramienta del poder político es imposible modificar, alterar, las iniquidades sociales.
Los/as asociados/as de las cooperativas deben conocer y formarse en la ciencia política y expresar posiciones transformadoras de carácter políticas con independencia y autonomía, con fuerte convicción de que es posible construir un mundo mejor y que en modo alguno es una utopía.
¡Digámoslo de una vez!!: Despojado del poder político nunca el cooperativismo podrá ser transformador.
Los meros deseos de mejoría del mundo son excelentes motivadores, pero seamos sinceros, no van más allá de eso, es que no pueden ir más allá del anhelo. La herramienta para el cambio profundo-lo repetimos mil veces-es el poder político. Esto nos lleva a reflexionar y realizar una autocrítica sincera del movimiento cooperativo mundial. Es necesario.
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!