“No dejar de perseguir la riqueza, sólo puede convertir a una persona en un ser RETORCIDO…” (Steve Jobs).
Jorge Salazar Garcia. 23/04/2018
El debate fue, simple y sencillamente, la confrontación mediática de dos visiones asimétricas de proyectos de nación organizada por los poderosos. Escribo antes y después de ese evento y, tal como se pronosticaba, no hubo sorpresa alguna. Los cancerberos del capital hicieron uso del cinismo y desparpajo para convencer al electorado de que lucharán contra la inseguridad y la corrupción, aún cuando ellos (PRI-PAN) son los responsables coparticipes del despeñadero en que nos encontramos. El nuestro es el camino correcto dijeron, sin hacerse una autocrítica o declaración de mea culpa. A toda costa el PRIAN y sus satélites intentaron echar tierra al pasado-presente para ocultar la trágica realidad de México. No vimos un debate de ideas, presenciamos un circo romano donde el emperador (Salinas-Peña) echó los leones a un cristiano armado con una cruz de madera, con la intención de destruirlo.
Las dos visiones quedaron muy clarificadas: por un lado la visión de un candidato clase mediero que convive con el pueblo y quiere gobernar PARA TODOS y, la otra, la de seres retorcidos quienes se han convertido en millonarios bajo el cobijo del poder y quieren seguir sirviendo a una casta privilegiada de corruptos que desprecian a todo lo que huela a pueblo. Todos lo vimos: Meade, Anaya y las dos marionetas “independientes” concentraron sus ataque contra el Peje. No hubo una pizca de autocrítica por las deformaciones del poder impuestas para despojarnos de la riqueza que producimos todos.
AMLO no cayó en las provocaciones, pudo contenerse y aprovechó el tiempo para convencer a más votantes de que su propuesta es viable para erradicar (o disminuir) la corrupción, la impunidad, el saqueo, la ignorancia y la desvergüenza. Reiteró su fe en la posibilidad del cambio de rumbo.
La siguiente es una lista elaborada con datos tomados de diagnósticos publicados por instituciones (oficiales, públicas y privadas) nacionales e internacionales, que le dan la razón.
- La deuda pública contratada por el PRIAN supera ya los 10 BILLLONES de pesos; es impagable y nos mantendrá anclados en el subdesarrollo por muchos años.
- La inseguridad ha convertido a cada hogar en pequeños reclusorios equipados con enrejados, mirillas y cámaras vigilantes para resguardarnos de los delincuentes comunes y oficiales.
- El desempleo ha transformado a las calles, cruceros y plazas públicas en lugares de “trabajo” para millones de personas que buscan ganarse unos cuántos pesos para sobrevivir.
- Las escuelas e instituciones públicas son tianguis tolerados, creados para complementar el gasto de algunos desempleados y el mantenimiento de los planteles.
- Los subsidios al campo son entregados a los grandes trasnacionales y agricultores de monocultivos, dejando migajas para los campesinos pobres y convirtiendo a los pueblos en semilleros de desempleados y fuentes de reclutamiento del coyotaje y la delincuencia.
- Padecemos una burocracia sumamente corrupta que para hacerla eficiente hay que dar “moches”. El ochenta por ciento de la población no cree en las instituciones. Muy pocos confían en los secretarios de estado, senadores, diputados, funcionarios públicos, policías, militares, magistrados y consejeros.
- La IMPUNIDAD es un escándalo internacional. Los Asesinatos, torturas, secuestros, desapariciones y saqueos no sólo se multiplican por miles, además se ocultan y simulan datos reales a la población.
- Los contratos, concesiones y licitaciones están empapados de lodo y son fuentes de enriquecimiento personal con los fondos del erario público.
- La salud de millones de mexicanos está dramáticamente comprometida. No hay suficientes camas en hospitales públicos, las medicinas escasean y la gente se muere por enfermedades curables. La diabetes y enfermedades del riñón, corazón e hígado se convierten en pandemias por los desmedidos consumos de comida chatarra.
- La reforma educativa está arrojando resultados pavorosos en los aspectos éticos y sociales, principalmente: a muchos chavos se les ha convencidos que para ser triunfador es necesario tener una visión empresarial “retorcida”. Ahora todos quieren convertirse en millonarios de manera inmediata sólo mandando. Con arrogancia y prepotencia desprecian su cultura, se avergüenzan de sus padres (trabajadores). Ven la ética, la honradez, al esfuerzo y al trabajo como lastres para la vida. Se están formando generaciones racistas, fanáticas del abuso y del agandalle, al competir unos con otros.
La lista podría continuar como un rosario interminable de distorsiones del poder público mexicano que pintan un futuro muy negro para todos los que exigimos condiciones mínimas de seguridad, de justicia y de respeto para trabajar en paz; pero la intención no es deprimirlo sino provocarle la reflexión sobre el porvenir. No debemos permanecer impávidos metiendo la cabeza en el hoyo, como el avestruz. Podemos y debemos contribuir, a través de la acción razonada, a mejorar esta sociedad que nos toco vivir. Asquea la política, sí; pues organicémonos para dignificarla desde nuestro propio ámbito.