Por: Pressenza. 22/05/2025
Aunque parezca increíble desde otras latitudes, Venezuela cuenta con un Viceministro de Políticas Antibloqueo que depende del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Interiores, Justicia y Paz. Ya la existencia de dicho cargo, hace saltar las alarmas. Se trata de William Castillo, encargado de la gestión relacionada con las medidas de respuesta ante las sanciones que le son impuestas a Venezuela, especialmente aquellas que surgen de la administración norteamericana del gobierno de Donald Trump.
Desde que está en su cargo, el Viceministro Castillo ha expresado en reiteradas oportunidades la importancia de la eliminación de las sanciones, encuadrándolas como una forma de ayuda humanitaria y explicando ahora el impacto que estas políticas han tenido a lo largo de una década completa.
Según señala en entrevistas con diversos medios, William Castillo describe el impacto económico y social derivado de la imposición de medidas coercitivas unilaterales contra Venezuela, explicando las directrices y los mecanismos económicos que la nación bolivariana lleva adelante para superar el bloqueo impuesto por Estados Unidos y sus aliados.
No duda en señalar que el principal objetivo de las sanciones económicas fue generar una situación de devastación creciente en el país. Por ello, sostiene, los ataques estuvieran dirigidos contra la industria petrolera venezolana. “Millones de dólares de Petróleos de Venezuela S.A. están siendo retenidos por el Sistema Financiero Internacional. Este bloqueo al comercio de petróleo y a las finanzas públicas busca generar, precisamente, una implosión económica por la vía de la devastación”.
El Viceministro precisó que “la economía cayó a una quinta parte de su tamaño a partir del año 2015. PdVsa perdió, en los siguientes siete años, 232.000 millones de dólares, dejó de producir prácticamente 4.000 millones de barriles y la economía, en su conjunto, dejó de percibir 642.000 millones de dólares, que no se produjeron fruto de la crisis económica”.
A partir de este bloqueo, el país buscó aliados diversificando el despacho de crudo y usando rutas alternativas así como alianzas económicas con naciones que rechazan la aplicación de este tipo de medidas. Tal es el caso de Rusia, Turquía, Irán e India, países que tomaron el riesgo de seguir comerciando y participando en el desarrollo de Venezuela.
Luego, la aprobación de la Ley Antibloqueo fue fundamental para la reactivación de los sectores productivos del país, así como para volver a atraer inversiones.
“Hoy, la producción está sobre 1 millón de barriles, es decir, hay una recuperación. Pero todavía estamos en poco más de una tercera parte de lo que producíamos hace 10 años”, dijo.
William Castillo sostuvo que las sanciones representan un problema global que afecta el libre comercio e impone limitaciones y penalidades a buena parte de la población mundial.
Señaló que actualmente suman más de 30 las naciones que son objeto estas sanciones ilegales por parte de los Estados Unidos principalmente, lo que afecta al menos al 28 % de los habitantes del planeta. Se refirió a Rusia y China, sobre los que pesan medidas coercitivas unilaterales. Particularmente, Rusia que es el país más sancionado, con más de 37 mil sanciones.
Actualmente, la administración de Donald Trump las impone por decreto y de modo casi aleatorio, retrocediendo luego en algunas oportunidades, pero agrediendo con una violencia propia de una guerra comercial.
“Es, entonces, un problema que tiene la humanidad. Si sacamos a Rusia y China que, pudiéramos decir, son economías desarrolladas, todas los demás son economías pequeñas, economías medianas o economías emergentes, como el caso de Irán o de los países africanos, que fueron sancionados durante el proceso de Independencia. Es decir, países castigados por promover su libertad política. En nuestro caso, hemos sido sancionados por un objetivo estratégico: apoderarse del petróleo de Venezuela”, aseveró el Viceministro Castillo.
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Fotografía: Pressenza. William Castillo. El Ciudadano