Por: Mong Palatino. 13/04/2025
La gerencia acordó cumplir con varias demandas del sindicato
Los activistas sindicales de Filipinas lograron una victoria importante luego de 74 horas de huelga de 1800 trabajadores de la fábrica de semiconductores holandesa Nexperia Philippines. El paro laboral concluyó exitosamente el 8 de marzo, después de que la gerencia aceptó aumentar los salarios diarios y reincorporar dirigentes sindicales que habían sido despedidos.
Nexperia fabrica y exporta chips de transistores y microchips que se utilizan en vehículos eléctricos, teléfonos y otros dispositivos electrónicos. Según el sindicato, la fábrica produce siete millones de unidades al día, con un valor de 420 millones de pesos filipinos, lo que equivale a 7,3 millones de dólares.
Las negociaciones del convenio colectivo de trabajo de 2024 llegaron a un punto muerto cuando la gerencia ofreció un aumento de solo 17 pesos por día (0,30 dólares), frente al incremento de 50 pesos por día (0,87 dólares) que demandaban los trabajadores. Además, cuatro dirigentes sindicales fueron despedidos en diciembre durante las negociaciones.
El sindicato votó a favor de realizar una huelga, pero el departamento gubernamental asumió el control del conflicto laboral el 5 de febrero, lo que complicó aún más las negociaciones. De acuerdo a la ley, el secretario de Trabajo puede hacer uso de esa facultad en industrias “indispensables para el interés nacional”. Los semiconductores constituyen el grueso de las principales exportaciones del país.
A pesar de este obstáculo legal, el sindicato prosiguió con la huelga e instaló barricadas en la entrada de la fábrica. Los trabajadores mantuvieron su desafiante postura incluso después de que el Departamento de Trabajo emitió la orden de “retorno a las labores”. Los empleados que permanecieron en la fábrica denunciaron que se les restringió el acceso a alimentos, agua y artículos básicos que otros trabajadores y ciudadanos solidarios intentaban hacerles llegar desde el exterior del complejo industrial. También acusaron a la gerencia de suspender el suministro eléctrico y el de agua potable en la fábrica.
La huelga recibió apoyo de varios sectores y hubo una negociación informal. Finalmente, la gerencia aceptó aumentar los salarios y reincorporar a dos dirigentes sindicales que habían sido despedidas durante el conflicto. Esto llevó al sindicato a declarar el éxito de la huelga, y se retomaron las labores el 8 de marzo.
El sindicato aplaudió la unidad y determinación de sus miembros.
Por tres días, enfrentamos y superamos el cansancio, el hambre, la enfermedad, la duda y el deseo de estar en nuestros hogares. Inspirados por nuestros objetivos en común, superamos cada obstáculo que se presentó, tanto dentro de la fábrica como en los piquetes. ¡Luchemos hasta vencer!
El centro de trabajo filipino Kilusang Mayo Uno (Movimiento Primero de Mayo) destacó que fue la huelga más grande en varias décadas y que desafió la normativa de “no huelga” dentro de la zona industrial de procesamiento para exportación. Los comentaristas indicaron que, si bien los activistas sindicales lograron esta victoria con mucho esfuerzo, todavía quedan varios puntos por resolver:
Aún existen los siguientes desafíos: la necesidad de continuar con la demanda de que se reincorpore a los otros dos dirigentes sindicales y se elimine la amenaza de recortes, la lucha por un salario digno más allá de la fábrica (a nivel nacional, para todos los trabajadores), y la lucha para defender el derecho a sindicalizarnos y a la huelga.
Trabajadores de Nexperia y partidarios de la causa festejan luego del fin de la huelga. Foto de la página de Facebook de ALL Nexperia FIGHT, utilizada con autorización.
La huelga se realizó dos días antes del Día Internacional de la Mujer. El Centro de Derechos Humanos y Sindicales alabó a las trabajadoras de Nexperia y destacó el papel de los defensores de los derechos de la mujer en la sociedad.
Este año, conmemoramos el Día de la Mujer al mismo tiempo que expresamos solidaridad con los trabajadores de Nexperia Philippines Inc. que están en huelga. La fábrica de Nexperia en Cabuyao tiene una significativa cantidad de trabajadoras, que luchan por salarios más altos, el cese de despidos masivos de personal y la reincorporación de dirigentes sindicales.
La represión sindical afecta a las mujeres. Las esposas de sindicalistas y activistas del trabajo cargan con el peso de ganar dinero y encargarse de la familia mientras despiden, encarcelan o desaparecen a sus maridos.
El Consejo para el Desarrollo y la Gobernanza de los Pueblos, red de organizaciones populares, destacó la importancia de mejorar las condiciones de los trabajadores.
No hay desarrollo ni crecimiento económico sin empleo pleno y productivo, así como trabajo digno para todos. ¡Respeten los derechos a sindicalizarse, a negociar colectivamente y a la huelga!
En una entrevista con el Philippine Daily Inquirer, la presidenta del sindicato, Mary Ann Castillo, destacó la trascendencia de la huelga.
Muchos se dieron cuenta. Fue ahí cuando comenzamos a fortalecer nuestro sindicato nuevamente. También fue cuando otros trabajadores y sindicatos se inspiraron… que pudimos lograr con nuestra lucha, a pesar de que se asumió la jurisdicción.
En una entrevista con el medio independiente Bulatlat, la dirigente sindical Rowena Matienzo atribuyó el éxito de la huelga a la fortaleza del sindicato.
Nuestra huelga logró su cometido porque demostramos la unidad de los trabajadores. Esa es la fuerza que nos ayudará a triunfar; unidos, podemos detener la producción para defender nuestros salarios, nuestros puestos y nuestros derechos. Los empleados de Nexperia demostramos que no se debe tomar a la ligera a trabajadores con 40 años de experiencia sindical.
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Fotografía: Global voices. Los trabajadores establecieron un campamento de protesta frente a la entrada de la fábrica. Foto de la página de Facebook de ALL Nexperia FIGHT, utilizada con autorización.