Por: Revista Hamartia. 21/12/2018
La ex presidenta de Brasil Dilma Rousseff advirtió sobre el estado de excepción que se ha instalado en la región. Conferencia en #CLACSO2018.
La ex presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, instó hoy a los pueblos de América Latina a “resistir y enfrentar el neoliberalismo y el neofascismo” y advirtió sobre el estado de excepción que se ha instalado en la región: “Debemos preocuparnos sobre qué pasa con la Justicia, porque se usa para condenar, perseguir y prohibir a los líderes sociales más importantes del país”
En el panel “Democracia, ciudadanía y estado de excepción”, en el marco de la 8° Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales organizada por CLACSO (Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales), Rousseff recordó que hasta hace un tiempo, los gobiernos de América Latina creían que “una relación entre todos era fundamental para construir un mundo mejor” y “habían combatido la desigualdad de forma sistemática”. No obstante, sostuvo que “ahora Brasil entró en un camino muy trágico, porque corre el riesgo de salir de la democracia y entrar en un estado de excepción, en una variante de neoliberalismo”.
“En 2016 sufrimos un golpe de Estado. Sabíamos que no había razón para un impeachment. No habíamos cometido un crimen de corrupción”, pero con ese proceso “se instauró un régimen que se puede decir es un régimen de excepción, que es diferente a las dictaduras militares”, señaló la ex mandataria. Este régimen “acabó con todas las libertades. El impeachment fue el acto inaugural. La segunda parte del golpe es la reforma laboral, que fue creando la precarización del empleo, permitiendo que aparezcan formas de trabajo análogas a la explotación. La tercera etapa es la prisión del presidente Luiz Inacio Lula Da Silva y la intervención del proceso electoral”.
“SABÍAN, Y LO DEMOSTRARON, QUE SI LULA PARTICIPABA GANABA LA ELECCIÓN. LA PRISIÓN DE LULA ES LA MANIFESTACIÓN MÁS CLARA DE AUTORITARISMO DESPÓTICO”.
En cuanto al estado de excepción que se instaló en Brasil, Rousseff indicó que “se completa con varias medidas que son claramente ilegales: eliminación de la presunción de inocencia, no respeto al debido proceso legal y el fin del principio de que todos somos iguales ante la Ley”. “No bastaba con condenarlo, no bastaba arrestarlo, si no también impedirle participar del proceso electoral, porque no podía hablar, tenía retirados todos sus derechos”, cuestionó duramente la referente del PT (Partido de los Trabajadores de Brasil).
“Era inimaginado que la extrema derecha ganara un proceso electoral en Brasil, pero la prisión de Lula posibilitó este proceso. La prisión de Lula creó un ambiente de favorecimiento en la elección para ese candidato (Jair Bolsonaro)”, aseveró Dilma y advirtió que en el gigante latinoamericano “la democracia entró en crisis”.
También destacó que “siempre las elecciones de Brasil dependieron de una estructura partidaria fuerte, de acceso a los medios de comunicación y de debates públicos. Pero en esta elección se creó un nuevo territorio de disputa, que prescindió de todo esto e hizo uso de las redes sociales”. “Somos el segundo mayor mercado de whatsapp que es altamente favorable a proyectos autoritarios, provocando una reacción violenta”, aseguró.
“Cuando un gobierno o un Estado no logra responder la demanda de su población, cuando las instituciones se muestras frágiles, cuando no se respeta el voto de más de 54 millones de personas, lo que sucede es que aumenta la sensación de despolitización; se crea la idea de que la política es un enemigo popular y esto surge como una verdad, creando un ambiente para el autoritarismo”, completó.
Consideró que “ese lado neoliberal es un componente que se junta con el lado autoritario y crea una versión más próxima a lo que sucedió en la época de la dictadura”.
En este contexto, explicó que “surge en Brasil una reacción contra el Partido de los Trabajadores, justamente porque es el partido con más fuerza. Quieren ahora destrozarnos, no sólo al PT, sino también a todas las conquistas de organización del movimiento social del país, que tiene una importancia inmensa sobre los Sin Tierra y una relación avanzada con el Movimiento de los Trabajadores Sin Techo y con el Movimiento de Trabajadores Urbanos”, alertó Rousseff.
“Tenemos que resistir, enfrentar el neoliberalismo, el neofascismo. Nuestro frente es combatir el neoliberalismo porque si la población brasileña no tiene un proyecto va a quedar abierta a ser cooptada por el autoritarismo”, advirtió Dilma, quien llamó a realizar “todas las alianzas necesarias con todos los espacios para combatir al neoliberalismo. Tenemos que tener una columna vertebral y un corazón antineofascista”.
“Creo que hoy hay una ventaja en relación a momentos anteriores. El pueblo sabe que es posible crecer y atender las necesidades de la población; es posible crecer y distribuir la riqueza; es posible crecer democratizando el acceso a los servicios”, afirmó la ex mandataria
Estimó que “si tenemos un programa claro, si hacemos alianzas con todos los sectores dispuestos a actuar en esta dirección, podemos luchar contra el neoliberalismo”.
“En todos nuestros países debemos preocuparnos en qué pasa con la Justicia. En Brasil ha mostrado ser fundamental para el establecimiento de la democracia, fue una tutela de la democracia, pero ahora hay una relación frágil. Estamos en un momento muy difícil”, indicó Dilma, al tiempo que “por eso se debe buscar persuadir un sistema de Justicia que frene todos los intentos característicos del neofascismo; por el pueblo y por las instituciones”.
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Fotografía: Revista Hamartia