Por: Egbert Méndez Serrano. 11/12/2024.
La intromisión militar de EEUU en México no es nueva, es parte de la débil soberanía nacional, propia de países capitalistas dependientes. Por detrás de la demagogia de la supuesta libertad que traerá el imperio estadounidense con la llegada de sus tropas, es bien sabido el respaldo histórico que éstas le han dado a los golpes y regímenes dictatoriales en Latinoamérica, asimismo el asesoramiento para combatir las luchas populares y de la clase trabajadora en la región. Desconocer este componente significa negar olímpicamente la realidad.
El día de ayer, martes 10 de diciembre, al grito de “el capitalismo dependiente no se toca”, en la Cámara de Senadores desapareció la estridente demagogia mediática que enfrenta a los partidos, en la que unos dicen ser de izquierda, otros de centro o de derecha; a solicitud de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, 102 senadores, en absoluta unanimidad (ninguno en contra, ninguna abstención), votaron a favor de permitir el ingreso de militares estadounidenses a territorio nacional. Entre estos paladines de la soberanía encontramos a: Ricardo Anaya, Alejandra Barrales, Beltrones, Francisco Chíguil, Luis Donaldo Colosio, GERARDO FERNANDEZ NOROÑA, Susana Harp, Adán Augusto, Yeidckol Polevnsky, Lily Téllez, entre otros.
Los adoradores de la 4T, podrán decir que —ahora— la subordinación ya no se hace por debajo de la mesa, sino a plena luz de día ¿a eso se le puede llamar defensa de la soberanía?
Para ponerle un toque de suspicacia al asunto, agreguemos que cinco días antes de ser aprobada, la cuenta oficial de la Cámara alta en X (antes Twitter), se adelantó a dar la noticia, al poco tiempo eliminaron el posteo.
Para la reflexión e investigación
El ascenso de los grupos delictivos en México tampoco puede abstraerse del componente militar estadounidense, ya que varios de los líderes del narcotráfico tuvieron entrenamiento norteamericano e incluso israelí (el caso de los Zetas es emblemático); la facilitación de armas a los carteles de la droga es otra muestra de ello (no hay que olvidar el “fallido” operativo “Rápido y Furioso”).
Con la grave crisis del narcotráfico que México tiene desde hace al menos dos décadas, se verifica insostenible la política gubernamental de que mientras más militares haya en las calles, más se podrá combatir al crimen. A estas alturas, la ecuación histórica correcta que se visibiliza es la relación directa entre el ascenso del crimen y la militarización, suponer que se trata solo de un problema focalizable, de uno o dos malos elementos del Ejército, es mera retórica para encubrir un hecho sistemático, pues siempre aparecen esos elementos. Hay un comportamiento estrecho en el ámbito cultural, político, económico, ideológico, financiero, entre lo que parecerían ser dos polos contrapuestos. Se trata, en realidad, de dos lados de una misma moneda.
Fotografía: tomada de Facebook