Por: Open democracy. 21/06/2021
¿Puede la izquierda unirse alrededor del carismático pero controvertido expresidente para frenar la polarización y derrotar a Bolsonaro en 2022?
Luego de las manifestaciones anti-gobierno en todo Brasil el último fin de semana de mayo, los partidarios del presidente Jair Bolsonaro concentraron sus críticas en una figura: Luiz Inácio Lula da Silva. Los ataques al expresidente no sorprenden, puesto que las encuestas lo sitúan como candidato favorito en las elecciones presidenciales de octubre de 2022, 18 puntos porcentuales por encima del actual presidente.
Lula recuperó sus derechos políticos y su derecho a postularse a la elección hace menos de tres meses, lo que se vio reflejado rápidamente en las encuestas. En la semana en que el ministro del Supremo Tribunal Federal anuló las condenas que le impedían postularse, Lula ya aparecía solo 6 puntos porcentuales detrás de Bolsonaro. Desde entonces, y gracias a su probada capacidad de conectar con los brasileños, se ha disparado en las encuestas.
El expresidente no participó de las manifestaciones ni se pronunció al respecto. Pero, al parecer, los bolsonaristas interpretaron las demostraciones callejeras del último sábado, 29 de mayo, como una amenaza inminente de empoderamiento de la izquierda brasileña a través de la figura de Lula. A pesar de ser una figura controvertida, que conserva diversas investigaciones por corrupción en contra suyo en el ámbito de la operación Lava Jato más allá de las recientes condenas judiciales anuladas, el popular político ofrece un punto de unión entre los distintos movimientos de izquierda, que se han ido polarizando y fragmentando en los últimos años desde la oposición.
El papel de la izquierda en la polarización política de Brasil
A mediados de febrero, un mes antes de que Lula volviera al escenario político, la Folha de S. Paulo evaluó las dificultades electorales en la izquierda y en la derecha, una situación que parecía favorecer a Bolsonaro a pesar de su caótica gestión de la pandemia y las más de 100 demandas de destitución (impeachment) que acumula ante la Cámara de Diputados. En ese momento, el candidato del Partido de los Trabajadores (PT), el partido de Lula, era Fernando Haddad, el mismo que perdió en la segunda vuelta frente a Bolsonaro en el 2018.
Ciro Gomes sigue afirmando que no hará alianza con el PT y que el histórico de investigaciones criminales de Lula lo hará inelegible en las elecciones del 2022
Los partidos de izquierda vienen criticando al PT duramente desde las elecciones. En ese momento, el partido insistió en mantener a Lula como candidato hasta el último minuto, a pesar de que estuviera preso, tardando demasiado en nombrar a un candidato viable. Para muchos politólogos, la insistencia del PT en participar de las elecciones en vez de apoyar a un candidato de otro partido tuvo un gran rol en la victoria de Bolsonaro, una vez que el sentimiento anti-PT fue un fuerte motor de la campaña bolsonarista y aglutinó una importante cantidad de voto entorno al ultraderechista.
Muchos candidatos de centro o izquierda criticaron públicamente al PT, como la candidata liberal Marina Silva que, al declarar “apoyo crítico” a Haddad ante la segunda vuelta, denunció al PT por “mantenerse firme en el universo del marketing, sin que el candidato se inspire en la seriedad del momento para cambiar el juego”.
El candidato de centro-izquierda que terminó tercero en la primera vuelta, Ciro Gomes, no escondió su insatisfacción con el partido de Lula, optando por viajar a París durante la segunda vuelta electoral, por lo que fue criticado por la izquierda.
¿Podría la izquierda unirse en torno a Lula?
Pero la actitud de Gomes no ha cambiado. En una entrevista el pasado 18 de abril, Gomes afirmó que no hará alianza con el PT y que no se arrepiente de haber dejado el país durante las elecciones, afirmando que lo único que cambiaría era haberlo hecho “con más convicción” en vez de “angustia”. “Lula mintió a la gente diciendo que sería candidato cuando todos sabían que no lo sería. Manipuló hasta 22 días antes de las elecciones, dejando a parte de la población ilusionada con eso”, dijo.
Guilherme Boulos defiende que el sentimiento anti-PT no es tan fuerte hoy como lo era en el 2018. Queda por ver quién tiene la razón: Boulos o Gomes
Más recientemente, Gomes afirmó que Lula no podrá postularse porque tiene abiertos demasiados procesos jurídicos en su contra. Las condenas anuladas en marzo, de hecho, no absolvieron a Lula – el ministro del Supremo Tribunal Federal simplemente declaró que el juez que lo condenó no tenía jurisdicción sobre esos casos. Para Gomes, apostar en Lula es repetir los mismos errores de 2018. “Nos quedaremos todos, todo Brasil, de puntillas. ¿Para qué? Esperando que se repita la telenovela de 2018 que resultó en esta tragedia?”
Esta semana, Gomes declaró su apoyo a las manifestaciones del sábado, que fueron organizadas por centrales sindicales, movimientos sociales y partidos de izquierda. Pero su insistencia en criticar al PT y a Lula demuestra que no toda la izquierda está de acuerdo con unirse alrededor del expresidente. De hecho, Marina Silva también ha demostrado dudas sobre si apoyar al expresidente. “Necesitamos una alternativa”, dijo la exministra del Medio Ambiente del gobierno Lula, que afirmó apoyar una coalición entre partidos del centro del espectro, mencionando el PDT, partido de Gomes.
Por su lado, Guilherme Boulos, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), candidato al gobierno del estado de São Paulo en el 2020, y quien obtuvo el 42% de los votos, defendió su apoyo a Lula en 2022, una vez que lidera las encuestas. “Lo que yo defiendo es que el PSOL trabaje para una fuerza de izquierda. Hoy Lula está mejor posicionado en las encuestas, esto pone su nombre en el centro”, dijo.
En su Twitter, el expresidente Fernando Henrique Cardoso, del partido de centro-derecha PSDB, no descartó la posibilidad de apoyar a Lula en una potencial segunda vuelta si se da el caso de que el candidato de su propio partido no tiene éxito. “El PSDB debe lanzar un candidato y yo lo apoyaré; si no lo llevamos a la segunda vuelta, en ese caso no apoyaré al actual presidente, sino a quien se oponga, incluso si éste es Lula”, escribió.
El mes pasado, el ex-diputado federal por el PSOL Jean Wyllys, una figura mediática de gran popularidad actualmente en el exilio en Europa, formalizó su afiliación al PT en un evento que contó con la presencia (virtual) de Lula, además de la expresidenta destituida Dilma Rousseff. El ex-político y activista defiende que Lula “es el centro de las soluciones que Brasil necesita” y el único capaz de derrotar a Bolsonaro en el 2022.
Boulos defendió que el sentimiento anti-PT no es tan fuerte hoy como lo era en el 2018. Por el contrario, afirma, el sentimiento que definirá las próximas elecciones será el anti-bolsonarismo. No está claro quién tiene la razón, si Boulos o Gomes. Pero el creciente número de figuras importantes dispuestas a apoyar a Lula demuestra que la izquierda aprendió algo de las elecciones del 2018 – que el campo progresista se fragmentó hasta el punto de insuflar vida electoral a un nuevo Frankenstein, materializado en la figura de un diputado mediocre y marginal de la extrema derecha, Jair Messias Bolsonaro.
LEER EL ARTICULO ORIGINAL PULSANDO AQUÍ
Fotografía: Open democracy