Por: Julián Córdoba Toro. Iberoamérica Social. 25/03/2018
Desde el siglo diecinueve existen múltiples teorías sobre el poblamiento en el continente americano, sobre cómo y cuándo fue poblado América por primera vez. Algunas de esas teorías son completamente falsas y carecen de fundamento. Otras en cambio tienen mucha más credibilidad. En las siguientes tres entradas vamos a analizar cada una de ellas, comenzando en esta entrada por las llamadas teorías clásicas.
Las diversas teorías sobre el poblamiento humano en América pueden dividirse en dos bloques. Por un lado estarían las teorías clásicas o teorías del poblamiento temprano, planteadas en las últimas décadas del siglo diecinueve y la primera mitad del siglo veinte, las cuales vamos a ir desarrollando en esta entrada. Por otro lado, tenemos las teorías novedosas, llamadas de poblamiento temprano, basadas generalmente en nuevas evidencias arqueológicas y genéticas. Todas las teorías novedosas serán desarrolladas en la siguiente entrada.
Debemos empezar las teorías clásicas con la teoría desarrollada por el científico argentino Florentino Ameghino (Luján, dieciocho de septiembre de 1854- La Plata seis de agosto de 1911). Esta teoría, conocida como La teoría autóctonista, fue propuesta por primera vez en 1879 en un congreso Americanista en París.
Según la teoría de Ameghino, el origen de los primeros pobladores de América no sería desde otros continentes, como apuntan el resto de teorías, sino que el hombre americano sería originario de la Pampa Argentina. Presentó una serie de restos humanos que según él pertenecían al terciario al que se le denominó “homo pampeanus”. Se demostró posteriormente que su teoría era completamente falsa ya que los restos eran del cuaternario y pertenecían a felinos y monos mezclados con huesos humanos recientes.
El engaño de Ameghino tiene una razón temporal. En 1879, Buenos Aires estaba considerado por muchos como el centro del mundo debido a que está recibiendo una ingente cantidad de inmigrantes europeos cada día y se estaba formando allí una gran sociedad. Si el hombre americano fuera originario de Argentina daría al país una gran publicidad y atraería todavía más cantidad de inmigrantes.
Otra de las teorías es la desarrollada por el médico y arqueólogo Charles Abbott (nacido en Trenton, Nueva Jersey, cuatro de junio de 1843- Bristol, Pennsylvania, veintisiete de julio de 1919). En 1876, Abbott encontró en su granja situada en Delaware instrumentos líticos que él pensó que podían ser de culturas indígenas anteriores a las actuales. Pero al analizar la gravilla que rodeaba a los restos, está arrojó como resultado unos diez mil años de antigüedad.
Este hallazgo supuso una conmoción en su época al rebatir las teorías bíblicas existentes sobre el poblamiento a nivel mundial al situar la llegada del hombre a América varios miles de años antes de lo que la comunidad cristiana sostenía. Su teoría fue rechazada también en su momento por la comunidad científica por su falta de rigor científico, pero ahora se conoce que varias de las teorías de Abbott tienen veracidad.
El yacimiento de Folsom es unas décadas posterior a los hallazgos de Charles Abbott pero siguen la misma línea de investigación. En el año 1908, el geólogo, astrónomo, naturalista e historiador aficionado Georges McJunkin, esclavo liberado durante la Guerra de Secesión Americana, encontró industria ósea en la aldea de Folsom, en Nuevo México. En 1926, cuatro años después de la muerte de McJunkin, el director del Museo de Historia Natural de Colorado, Jesse D. Figgins, descubrió varias puntas de flecha de un estilo muy refinado que luego volverían a encontrarse en Clovis y otros yacimientos. En agosto del año siguiente encontraron una punta de lanza insertada entre dos costillas de bisonte. Este hallazgo fue situado cronológicamente 10.285 años a.P. (antes del presente)
Otra teoría fue presentada por el antropólogo estadounidense de origen checo Alex Hrdlicka (Humpolec, Bohemia, actual República Checa, veintinueve de marzo de 1869- Washington D.C. cinco de septiembre de 1943). Vivió en Estados Unidos desde 1881. A la teoría de Hrdlicka se le conoce como la teoría asiática y según esta teoría el ser humano habría ingresado en el continente americano por el Estrecho de Bering a través de un puente que se formó a raíz del descenso del nivel de las aguas de ese estrecho durante el último período glacial. Desde Alaska se habrían dispersado por todo el continente.
Sin embargo, Hrdlicka nunca se postuló sobre la fecha de la llegada de los hombres a América. Rechazaba por completo las teorías de Abbott, McJunkin y otros que situaban la llegada del hombre al continente americano durante la edad del Pleistoceno. Él seguía la creencia del Instituto Smithsoniano, representada por William Henry Holmes (uno de diciembre de 1846 Harrison County, Ohio- veinte de abril de 1933 Rock Creek, Michigan), que sostenía que los primeros habitantes de América habían ingresado en un pasado reciente, imprecisamente estimada en unos pocos siglos antes de nuestra era.
Esta teoría de emigración de los pueblos mongoloides desde Asia hacia América se basa principalmente en una serie de semejanzas físicas entre el hombre asiático y los amerindios. Entre estas semejanzas tendríamos el cabello lacio y oscuro, ojos con pliegues mongólicos, pómulos anchos y salientes, dientes en forma de pala y sobre todos lo que se conoce como “mancha mongólica”, una pigmentación verdosa congénita que tienen los asiáticos e indígenas americanos al nacer y que desaparece con el paso de los años.
Pero Hrdlicka va mucho más allá con su teoría del poblamiento migratorio. Para el antropólogo checo-estadounidense existiría en América un solo poblamiento racial, una sola “familia” americana. Para él, entre todos los indios de América hay un conjunto de caracteres comunes que sugieren un origen común: el asiático mongoloide.
El etnólogo francés Paul Rivet, (Wasigny, siete de mayo de 1876 – París, veintiuno de mayo de 1958) realizó una teoría completamente diferente a la de Hrdlicka y que rebatía la teoría mono racial del estadounidense. Para Rivet existieron diversas emigraciones desde varios puntos del planeta hacia América. Por tanto acepta la llegada del hombre a América desde el Estrecho de Bering pero argumentaba que también llegaron desde el Océano Pacífico. Es la considerada como teoría oceánica. Según Rivet, grupos de Polinésicos y Melanesios habrían llegado a América Central y desde ahí se habían dispersados por todo el continente. El etnólogo francés aportaba una serie de argumentos antropológicos, etnográficos, lingüísticos y culturales que reflejaban las semejanzas entre diversos grupos indígenas americanos con grupos que habitan las islas de Melanesia y Polinesia.
En 1947 el explorador y biólogo noruego Thor Heyerdahl (Larvik, Vestfold, seis de octubre de 1914- Andora, Liguria, dieciocho de abril de 2002), lideró una asombrosa expedición de seis hombres que en 1947 construyeron una balsa, llamada Kon Tiki, construida con troncos, plantas y materiales naturales de Sudamérica y desde Perú navegó por el pacífico hasta llegar al archipiélago Tuamotu. Un viaje de ocho mil kilómetros de distancia alimentándose solamente con lo que recogían del mar. Este viaje demostró que la teoría oceánica de Paul Rivet podía ser válida.
Esta expedición fue recogida en un documental noruego-sueco de 1950 que obtuvo el Oscar al mejor documental en 1951 y más recientemente una película del año 2012, nominada al Óscar a la mejor película de habla no inglesa en 2013; ambas con el título Kon-Tiki. Además, el barco fue expuesto en la Feria Mundial de Sevilla del año 1992.
Otra de las teorías clásicas fue la presentada por el antropólogo portugués Méndez Correa (Oporto, cuatro de abril de 1888- Lisboa, siete de enero de 1960). Es la conocida como teoría australiana. Para Méndez Correa, población que habitaba Australia construyó una serie de balsas que le permitieron en un primer momento colonizar las islas de Tasmania, Auckland y posteriormente la Antártida. Según este antropólogo luso, sobre el 5000 a.C. estos australianos pudieron cruzar toda la Antártida gracias a una época de clima más cálido de lo habitual. Después de varios siglos recorriendo las costas antárticas arribaron al Cabo de Hornos en la Tierra del Fuego y, más tarde, poblaron la Patagonia.
Para sostener esta teoría, Méndez Correa realizó una serie de estudios en la década de los años veinte del siglo pasado a las poblaciones nativas de la Patagonia y descubrió similitudes físicas, lingüísticas y etnográficas con los aborígenes australianos; entre las que destacamos el grupo sanguíneo, las formas craneales, la resistencia al frío, palabras comunes, uso de mantos de piel o las chozas en forma de colmena, entre otras.
Otra de las teorías clásicas fue la teoría de la cultura Clovis o cultura del llano, surgida en la mitad del siglo veinte en el sur de los Estados Unidos. Una serie de industria lítica fue encontrada en la localidad de Clovis, en Nuevo México. Las pruebas que se realizaron con radiocarbono dataron estas piezas de industria lítica entre el diez mil seiscientos y el once mil doscientos cincuenta a. C, datación que corresponde a los últimos años de la glaciación de Würm o Wisconsin (la última era de hielo).
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Fotografía: Iberoamérica Social