Por: Juan Simón. KAOSENLARED. 29/02/2020
¿Puede un activo económico con un componente especulativo tan elevado ayudar a mejorar nuestra sociedad? ¿Debe ser exclusiva de los estados la responsabilidad de emitir un activo tan importante como la moneda? ¿Cómo están funcionando las iniciativas gubernamentales para crear criptomonedas estatales? ¿Cómo están ayudando los avances tecnológicos a abaratar servicios tan necesarios como las remesas que los emigrantes envían a sus familiares?
Bitcoin, criptomoneda encargada de dar a conocer al mundo las bondades, e inconvenientes, que la tecnología blockchain podría ofrecernos, se ha convertido en un codiciado bien en los últimos años. Su potencial de ser utilizado como dinero se mantiene en estado latente, y la razón no parece ser simplemente que solo existan 21 millones de unidades como máximo, ya que cada bitcoin puede subdividirse hasta llegar al satoshi, la cienmillonésima parte de un bitcoin, que podría actuar a modo de céntimo. La principal razón de que el ciudadano no utilice sus bitcoins como medio para adquirir bienes o pagar servicios es que quién tiene un bitcoin suele haberlo comprado para especular, que como todos sabemos no es el fin último del dinero.
#NoMásPetro, ¿cómo está funcionando la criptomoneda “madurista”?
El hagstag #NoMásPetro fue tendencia a principios de febrero, y no precisamente auspiciado por partidarios de Guaidó, sino por defensores de la criptomoneda gubernamental venezolana, que lograron precisamente el efecto contrario, pero anécdotas a parte ¿qué tan bien le está yendo al Petro? Porque parece que la iniciativa no termina de arrancar.
El pasado mes de diciembre, el gobierno venezolano anunció el reparto de medio Petro a todos los pensionistas y funcionarios del país (unos seis millones de venezolanos), y según datos del gobierno, 1,2 millones de los beneficiados se lo gastaron, pero a principios de enero la plataforma que lo gestionaba se cayó y caída permanece desde entonces.
Según el economista Aarón Olmos, el Petro no es una criptomoneda, sino un token digital, ya que no se mina, no se puede disponer de ella libremente. En definitiva, no actúa como lo haría bitcoin, ethereum o cualquier otra de las múltiples criptomonedas que existen y que los inversores o traders de criptomonedas saben que fácilmente pueden encontrar en exchanges o plataformas de trading online, a diferencia del Petro.
Además, parece que China y Rusia, los dos socios más fiables del madurismo en el extranjero, no están interesados en adquirir, aceptar, o mantener reservas en Petros, a pesar de que en teoría son los ingentes recursos naturales de Venezuela, con el petróleo a la cabeza, los que respaldan a la criptomoneda, por lo que fuera del país que la vio nacer nadie parece interesado en operar con Petros.
Todo parece indicar que del Petro solo se pueden sacar lecciones para el futuro, lecciones que aplicar en la creación de futuras criptomonedas al servicio de la sociedad.
Abaratar servicios de envío de dinero
Países como México se benefician mucho de las remesas que los emigrados a zonas más prosperas envían para ayudar a sus familiares, amigos y comunidades en general. Pero los envíos no son baratos, ya que el cambio de divisas se encarece por el hecho de que la mayoría de entidades financieras no desean mantener liquidez, ya que ese dinero muerto, sin circular, no genera beneficio, entonces cuando llega el dinero al país de destino, las empresas que gestionan los envíos deben acudir a entidades financieras grandes, las únicas que pueden permitirse el lujo de mantener reservas de moneda fiat, y dichas entidades cobran grandes comisiones, comisiones que de una u otra manera deben repercutir en el emigrante que envía la remesa.
Pues mediante criptomonedas como XRP, se simplifica mucho el proceso, de la siguiente forma. La empresa encargada de gestionar las transacciones mantiene unos depósitos en la criptomoneda de Ripple, XRP, y al ingresar el emigrante sus dólares para que estos se envíen a su destinatario en México, la empresa hace la transacción en XRP, que luego podrán cambiarse fácilmente en el país de origen. Este proceso se utiliza para abaratar las transacciones, hecho que debiera repercutir en los usuarios, ya que unas menores comisiones es una de las características que buscamos a la hora de enviar dinero a casa.
Las criptomonedas son un instrumento, y como tal puede utilizarse para mejorar nuestro mundo o simplemente para especular. Mejorar nuestro nivel de vida es deseable, pero si a la vez logramos mejorar también nuestro entorno esto repercutirá no solo en los demás, sino incluso en nosotros mismos.
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Fotografía: KAOSENLARED.