Por: *Danae Gabriela Cartas Albores/ Colectivo Educación Especial Hoy. 22/06/2020
Uno de los legados de las políticas neoliberales de sexenios pasado y presente ha sido la ambigüedad no solo laboral, sino social, educativa y económica. Esta vez la Secretaria de Educación Pública no ha sido la excepción; siguiendo la línea empresarial que sus diferentes titulares han impuesto y, olvidando que lo importante es lo pedagógico y no los negocios millonarios que reducen el derecho fundamental a la educación, a un servicio y una mercancía.
La pandemia sacó a flote una serie de abusos, excesos, desigualdades y la nula empatía que la Secretaría dirigida por Esteban Moctezuma Barragán tiene hacia docentes y familias, pero ¿Por qué expreso esto?, lo invito a continuar leyendo para explicarle:
El debate comenzó aproximadamente en el mes de mayo cuando el Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López Gatell determinó que aún no se podría volver a las actividades cotidianas, acompañándolo se encontraba Moctezuma Barragán comentando que por ningún motivo se expondría la salud de los alumnos, alumnas, docentes y personal de trabajo de las escuelas. Muchas dudas surgieron ante esta nueva indicación:
¿Qué pasaría con el ciclo escolar?, ¿Cómo se evaluaría?, ¿Qué pasaría con los alumnos que pasan a secundaria y nivel medio superior?
Al final nos quedamos con más dudas que respuestas y con la promesa de recibir explicaciones a su debido tiempo.
Sin embargo, Moctezuma Barragán no contó con todos los grupos de WhatsApp en los que la información que fluye no siempre es veraz; se comenzaron a difundir documentos “filtrados”, indicaciones y propuestas, haciendo que familias y maestros entraran en un espiral de ambigüedad, recelo e incluso discusiones entre docentes y directivos, durante las cuales se pidió hacer caso omiso a la información “no oficial” que circulara. La zozobra se incrementó para los maestros y maestras de escuelas privadas y también para las familias que debían volver al trabajo (quienes lograron conservar el suyo).
Al Estado y a la SEP se les olvidó que existen las escuelas privadas, las cuales se sostienen de los pagos de las familias que reciben sus servicios educativos; también se les olvidó que maestros, maestras y trabajadores dependen del sueldo que reciben al laborar en esas instituciones. En realidad, la SEP nunca ha regularizado estas escuelas-empresas, en muchas de las cuales el salario de los maestros y maestras no rebasa los $10,000. La pandemia fue el mejor pretexto para que estas escuelas sometieran y precarizaran aún más a los docentes y personal. Comenzaron eliminando los “bonos” que lograban nivelar el sueldo del personal, después empezó la reducción del salario y posteriormente vinieron los despidos o amenazas de despido. ¿Cuándo se desencadeno esto? Cuando la SEP señaló al 1° de junio como probable fecha de regreso a clases y al darse cuenta de que eso no ocurriría.
Los vacíos de información que ha dejado la Secretaria de Educación Pública han sido utilizados con el propósito de amedrentar a maestras y maestros, bajar sueldos y buscar chivos expiatorios; pasó lo mismo que con otros trabajadores mexicanos a los cuales las empresas y jefes no los despidieron, pero se les hizo creer que más que se su obligación mantener los empleos y sueldos, les estaban (y están) haciendo un favor.
La decisión de acabar ciclo antes o no, fue sumamente criticada, muchos apelaron a que era lo mejor; para el personal de las escuelas privadas significaba dejar de percibir su sueldo a partir de que iniciarán vacaciones y hasta regresar a clases, esto ultimo sin fecha puntual alguna.
¿Qué paso con el sector público? Si bien la ambigüedad inestabilidad laboral quedó descartada para la mayoría de los U trabajadores basificados (por el momento, nunca sabemos que nuevas reglas se pretexten con la pandemia), se dio rienda suelta a un descontrol a nivel sectorial pero también nacional, muestra de ello fueron los gobernadores de estados como Baja California Sur, Jalisco, Michoacán, Morelos y Tamaulipas, quienes comenzaron a tomar sus propias decisiones en materia educativa y literalmente se saltaron a la SEP.
En las apariciones y declaraciones del secretario en los medios de comunicación y conferencias gubernamentales, se nos presentó una estadística vil y tramposa en la que se decía que el 80% de los estudiantes cuentan con acceso a tecnologías para llevar a cabo las actividades de Aprende en Casa, los maestros nos seguimos preguntando como es que se realizó la encuesta o muestreo, totalmente descontextualizados y alejados de la realidad que viven las familias mexicanas; el titular de la dependencia olvidó mencionar muchas de las computadoras y celulares son de los padres, quienes los utilizan para trabajar, también se le olvidó que muchos celulares no tienen acceso a internet. Los maestros somos expertos en observar a nuestros alumnos y sus contextos, sobre todo aquellos que viven en alcaldías como Tláhuac, Milpa Alta, Xochimilco y ni hablar de algunos municipios del Estado de México donde se ubica Ecatepec, Nezahualcóyotl, Chalco y sus olvidadísimos pueblos originarios de la localidad. He tenido la oportunidad de trabajar en algunas de esas poblaciones y conozco de primera mano los retos, carencias y situaciones en que se encuentran las familias de mis alumnos.
La Nueva Escuela Mexicana no es más que un eufemismo para seguir perpetuando ambientes ambiguos donde los maestros de escuelas privadas no tienen asegurado su trabajo, los docentes de escuela pública navegamos en un mar de inexactitudes, exigencias absurdas y cambios de un día a otro. También se han sofisticado las viejas prácticas, por ejemplo, decir que los maestros fueron capacitados, pero claro está, se les olvido decir que han sido capacitaciones sobre el uso de herramientas tecnológicas y no en métodos pedagógicos donde intervengan las TIC´s, tampoco dijeron que una gran parte de su personal no recibió su cuenta de e-mail institucional y después de todos estos meses, sigue sin llegar. Ni hablar de los cuadernillos que sólo la SEP conoce, porque seguimos buscando a quienes recibieron dicho material.
Pese a todas estas inclemencias estructurales donde sólo van cambiando los significados, pero no los significantes, hay que reconocer la titánica labor que han hecho maestros y familias para que los alumnos y alumnas sigan aprendiendo desde casa, usando los recursos que tienen a la mano, muchas veces apoyándose de sus propios hijos e hijas para hacer videos llamativos, utilizar la tecnología y realizar sus clases en línea.
Me gustaría escribir ese término de NNA que ahora es el más usado en el argot de la SEP para abreviar, pero si queremos dejar de estar sometidos, debemos dejar de legitimar lo que nuestro sentido común nos dice que es erróneo y no reducir a nuestros alumnos a unas simple letras; siendo esta una práctica para invisibilizar a quienes merecen y deben ser nombrados con cada una de sus letras: niñas, niños y adolescentes.
*Danae Gabriela Cartas Albores es Licenciada en Educación Especial en el área de atención: Discapacidad Visual y miembro del colectivo Educación Especial Hoy.
Fotografía: MisionesOnline.