Por: Egbert Méndez Serrano. 02/10/2024
El día de hoy se realizó la marcha que año con año se realiza del 2 de octubre, como siempre salió desde la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, al Zócalo capitalino. Lo novedoso de la movilización es el contexto en el que se enmarca. En su primera conferencia matutina como presidenta, Claudia Sheinbaum lo refirió, “el triunfo de ese movimiento, para mí pues fue el triunfo en 2018 con el presidente Andrés Manuel Lopez Obrador”, además se consideró como “hija del 68”.
Esas y otras señales muestran la construcción de la imagen de su persona, algunas rayan en la inverosimilitid, como la del día de ayer, que el presidentes de Colombia, Gustavo Petro, declaró que Sheimbaum había sido colaboradora y militante de la guerrilla colombiana, del M-19.
Durante seis años, el gobierno fue creando una maquinaria de procesamiento de los movimientos y las luchas, algunas ni siquiera opusieron resistieron para subordinarse a la política oficial. Sin embargo, no todo el conflicto ha sido gestionado exitosamente, sobre todo en el que está implicado el Ejército Mexicano, tal es el caso del 2 de octubre de 1968.
Por extraño que parezca, la Masacre de Tlatelolco, hasta la fecha, no se ha esclarecido, ni los responsables han sido sancionados por el genocidio cometido, la cúpula militar responsable en los hechos ha sido sistemáticamente protegida por todos los gobiernos, tan es así que Carlos Fazio ya no duda en considerarla como parte de un deep state mexicano.
El vocero del comité 68, Félix Hernández Gamundi, señaló en el mitin que culminó en el Zócalo, su esperanza en que después de 56 años se haga justicia, pues este mismo día Sheinbaum emitió un acuerdo en donde se “reconoce como crimen de lesa humanidad la matanza estudiantil del 2 de octubre de 1968”. Asimismo recordó que no es la primera vez que hay aparentes actos de buena voluntad de las autoridades, pero al final nunca se ejerce justicia. Llamó a seguir organizados y no abandonar la movilización por este y el irresuelto caso caso Ayotzinapa, ambos crímenes cometidos por el Estado.
Los pactos que López Obrador selló constitucionalmente con los militares hasta el último día, y la continuidad que el nuevo gobierno ha dicho que mantendrá con el proyecto de la 4T, conducen a la hipótesis más sensata: la deglución del 2 de octubre, seguir urdiendo la desmovilización y refetentes de la izquierda anticapitalista.
Fotografía: Egbert Méndez Serrano