Por: Oswualdo Antonio González. Director General del Portal Insurgencia Magisterial. 02/04/2016
Gracias, a los que día a día visitan nuestro Portal, comentan, nos envían sus artículos, nos dan sugerencias y nos apoyan de manera solidaria. Hoy, después de 20 meses de haber iniciado este camino, hemos rebasado los 2 millones de visitas. Gracias por ello.
En julio del 2014, un grupo de compañeros maestros de Veracruz decidimos impulsar nuestro propio espacio de difusión de noticias y análisis alternativo. Para nosotros, el Portal es un frente más de lucha por la educación pública.
Nos definimos como un colectivo de educadores, que ve en el periodismo un medio para hacer ciudadanía. Concebimos a la Insurgencia como una postura colectiva, crítica, propositiva y de práctica alternativa contra las actuales propuestas educativas que colocan en el centro el consumismo, el individualismo y la competencia. Para nosotros, la educación es, siguiendo a Freire, un proceso de reflexión y acción sobre el mundo para transformarlo.
Ha sido un camino lleno de aprendizajes, de participación en nuevos espacios, de conocer a personas y redes de especialistas, que nos han hecho asumir como propio el periodismo.
También se han bajado compañeros del barco, pero se han sumado de manera solidaria otros, seguimos y seguiremos.
Sobrevivimos como Portal a tres ataques cibernéticos que buscaron acabar con nuestros archivos históricos y otros tantos, que hemos logrado neutralizar. Recordamos que uno de los ataques más fuertes nos mantuvo fuera de línea por casi un mes, en él perdimos varios archivos. Un aprendizaje más, como Colectivo, ha sido el incursionar en el tema de la ciberseguridad.
En estos 20 meses, hemos sufrido amenazas, acoso y extraños rondines, ante lo cual hemos interpuesto una denuncia formal, aunque sabemos que lo que menos existe en nuestro estado es la aplicación puntual de la Ley.
En el Colectivo, como en otros grupos movilizados, hemos sufrido los golpes de los cuerpos de seguridad y de los grupos de choque contratados por la Secretaría de Educación. El miedo, la impotencia, la convicción y la contraofensiva se han vuelto nuestros compañeros, nos alimentan, nos obligan a seguir y nos mantienen alertas. Estamos ciertos que seguiremos caminando, dominando nuestro cansancio y el ímpetu por la respuesta emocional. Si ellos saben organizarse y diseñar estrategias para siempre ganar, nosotros podemos derrotarlos en ese terreno, no son invencibles, no estamos destinados a perder.
Muchas manos hacen posible nuestro Portal, gracias a todos ellos.
Especialmente gracias a los compañeros que en este año 2016 han sido fundamentales para consolidar nuestro Portal: Alejandra Tello, Noemí Sánchez, Sayra Marín, Janett del Valle, Fidel Quiñones, Lucio David Herrera, Adolfo del Ángel Rodríguez, Donají Marín, Gilberto González, Juan Alberto Flores, Isabel Castillo, Rosa Elena Sánchez, Martín Víctor Maldonado, Jesús Víctor García, Jorge Tapia, Patricia Hernández, Ethelvina López, Valentina Domínguez, Luis Albino Hernández, Héctor Hernández y Carolina Aragón. Sin el tiempo y los recursos económicos que han aportado de manera solidaria, no habríamos podido llegar a este momento.
Un agradecimiento especial a Hilario Barcelata Chávez y Manuel Martínez Morales, quienes de manera profesional comparten con nuestros lectores sus reflexiones.
Gracias a los que de diversas maneras han apoyado esta iniciativa desde sus inicios: Carlos Luna Escudero, Tomás González Corro, Raymundo León, Rodolfo Calderón Vivar, Ana Lilia Velázquez, Juan Vergel Pacheco y Felipe Hevia.
Igualmente gracias a Raúl Flores Pérez, que desde el país hermano de Chile nos ha brindado su acompañamiento; Caridad Pérez García desde Cuba, quien se mantiene en comunicación permanente; Herman Van de Velde desde Nicaragua, uno de los pilares fundantes de esta forma de vivir la educación y Luis Bonilla Molina desde Venezuela, con quien nos hermana la lucha por hacer realidad en nuestra América el derecho a la educación.
Y junto con León Gieco, decimos
Sólo le pido a Dios
que el dolor no me sea indiferente,
que la reseca muerte no me encuentre
vacío y solo sin haber hecho lo suficiente.
Sólo le pido a Dios
que lo injusto no me sea indiferente,
que no me abofeteen la otra mejilla
después que una garra me arañó esta suerte.
Sólo le pido a Dios
que la guerra no me sea indiferente,
es un monstruo grande y pisa fuerte
toda la pobre inocencia de la gente.
Sólo le pido a Dios
que el engaño no me sea indiferente
si un traidor puede más que unos cuantos,
que esos cuantos no lo olviden fácilmente.
Sólo le pido a Dios
que el futuro no me sea indiferente,
desahuciado está el que tiene que marchar
a vivir una cultura diferente.