Por: Belen del Huerto. 02/12/2024
¿Es posible pensar una articulación internacional del feminismo? ¿Cómo repensar el vínculo entre feminismo y religión? Balances, opiniones y debates.
“En 1962, un Cuerpo de Paz de los Estados Unidos llegó a Bolivia bajo el pretexto de una campaña de salud pública para mujeres. Sin embargo, esta iniciativa era un disfraz: su verdadero propósito era esterilizar a mujeres indígenas y campesinas. Esto es fascismo». La que habla es Nela Cedeño, coordinadora de Juventud de la Revolución Ciudadana de Manabí (Ecuador). «En Perú, durante los ´90, más de 200.000 mujeres indígenas y campesinas fueron esterilizadas forzosamente bajo el gobierno de Alberto Fujimori. En Palestina, las mujeres son las principales víctimas de la ocupación israelí», señaló.
El Congreso Mundial de Juventud y Estudiantes Antifascistas, celebrado el 22 y 23 de noviembre en Caracas (Venezuela), encontró a cientos de mujeres y diversidades que se congregaron para discutir sobre el avance de los fascismos y sus consecuencias.
Para Cedeño, la lucha de las mujeres en estos tiempos consiste en desmontar las expresiones más violentas del fascismo, como el machismo, responsable de que el feminicidio siga siendo una de las principales causas de muerte de mujeres en el mundo. “Necesitamos una Internacional Feminista Popular: una red que responda a las necesidades urgentes de las mujeres de base, las mujeres de calle, del barrio. Necesitamos resistir juntas contra figuras del fascismo como Javier Milei, Donald Trump o Benjamin Netanyahu. Nuestra lucha exige organización, porque mientras haya una sola mujer que viva en violencia, no podemos descansar”, expresó.
En el panel se encontraba la creadora de contenido sirio española, Rawan El Hachem Debek, quien interpeló al público: “Cuando alguien ve a una mujer como yo, ¿qué es lo primero que piensa?”. “Oprimida, sumisa y débil”, fueron las palabras más escuchadas en la sala. Rawan señaló que la narrativa de que las mujeres islámicas son sumisas es propagandística y que es parte de un discurso fascista que “nos reduce y deshumaniza». “Las mujeres musulmanas tenemos derecho a decidir, a ejercer nuestra libertad y a practicar nuestra religión de manera consciente y voluntaria. No hay contradicción entre libertad y religión cuando esta última es una elección personal”, expuso.
“El rechazo y la discriminación hacia las mujeres musulmanas son más producto de la propaganda de la ultraderecha y los discursos de odio que circulan en redes sociales, que de la convivencia diaria con la sociedad española. La mayoría de las personas son respetuosas, aunque, por supuesto, sigue habiendo desafíos”, esgrimió.
Al tomar la palabra, las distintas referentes de la juventud centraron sus exposiciones en la solidaridad con el pueblo de Palestina, donde las mujeres y los niños son los principales objetivos de la violencia del Estado israelí. “Las mujeres son quienes generan el futuro de Palestina, y atacarlas es una forma de intentar destruir ese futuro. Es importante poder hablar de esto sin miedo, sin que nos señalen o nos acusen de estar vinculadas a grupos como Hamás simplemente por criticar las políticas de Israel. Esa es una estrategia para silenciar nuestras voces y deslegitimar nuestras posturas”, detalló Rawen.
En Argentina, el gobierno de Javier Milei -de corte sionista y neoliberal- ataca principalmente a las mujeres: dejando las políticas de género sin presupuesto y cerrando instituciones como el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad. Mientras que en la Asamblea General de las Naciones Unidas fue el único país en votar en contra de la prevención de la violencia contra mujeres y niñas.
“Compartimos esta lucha. Y aunque cada una tiene su propia forma de enfrentarla, todas queremos construir un futuro en el que ninguna mujer tenga que justificar su identidad, sus decisiones ni su existencia», finalizó la creadora de contenido.
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Fotografía: El grito del sur