Por: Roberto González Villarreal, Lucía Rivera Ferreiro, Marcelino Guerra Mendoza. 20/12/2017 Contacto: [email protected]
El 13 de diciembre se anunció la coalición “Juntos haremos historia”, integrada por MORENA, PT y PES, un partido que no oculta su fundamentalismo cristiano, sus críticas al estado laico, su condena a la “ideología de género”, a las disidencias sexo-genéricas y su apoyo nada oculto a las reformas de EPN, incluida la reciente ley de seguridad interior.
Un día después, ya en plenas pre-posadas, AMLO dio a conocer la integración de su gabinete. Un gabinete con equidad de género, en el que se encuentran académicas, ex funcionarios de gobiernos del PRI, una exministra de la suprema corte de justicia y diversos personajes del mundo empresarial. Destaca la ínfima minoría de activistas de lo que todavía podría considerarse de izquierda.
El viaje a la ultra-derecha de AMLO será motivo de otros artículos. Por ahora nos detendremos en una de sus propuestas: la de Esteban Moctezuma Barragán como secretario de educación púbica.
¿Quién es Esteban Moctezuma Barragán? Respuesta fácil: un ex funcionario priísta, que empezó a destacar en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari; subsecretario de Planeación y Coordinación Educativa de la Secretaría de Educación Pública de 1993 a 1994; luego del asesinato de Colosio coordinó la campaña electoral de Ernesto Zedillo; fue secretario de gobernación durante los infaustos meses de las crisis de 1994-95; responsable político de la traición al subcomandante Marcos en febrero de 1995; más tarde renunció a esa secretaría, se retiró un tiempo y regresó como senador por el PRI en 1997; asumió la secretaría de desarrollo social en 1998 y un año después volvió a coordinar otra campaña presidencial del PRI, la de Francisco Labastida Ochoa. Tras la derrota electoral se retiró de la política otra vez, y desde 2002 dirige la Fundación Azteca, de la televisora del mismo nombre.
Estudió economía en la UNAM y un posgrado en Política Económica en la Universidad de Cambridge. ¿Y en educación? ¿Qué ha hecho en educación, preguntarán muchas maestras? Su trayectoria pública es muy limitada, pero podría decirse que intensa y en un momento importante: en el ANMEBN de 1992-93, cuando dirigió la descentralización administrativa.
Más relevante es su trayectoria privada en el campo. Al menos más duradera, y con tantos frutos que lo han llevado al gabinete de AMLO. Como Presidente de la Fundación Azteca, le ha tocado desarrollar los programas Esperanza Azteca, Plantel Azteca, las Becas Bicentenario, el Modelo de Aprendizaje Colaborativo, las parteras profesionales, la robótica y el México de Diez (Programas Fundación Azteca).
Como puede verse, Esteban no es un pedagogo, ni un didáctico, ni un experto en materiales educativos. Tampoco es un investigador en educación, en cuestiones estratégicas o reflexiones sobre los procesos de aprendizaje en las sociedades contemporáneas; ni siquiera ha participado en los congresos de investigación educativa –esos a los que van las autoridades en turno-; ni en los debates sobre la reforma educativa o los desafíos de la educación en el siglo XXI. Su único libro sobre el tema es uno de esos informes que los funcionarios salinistas elaboraron al final del sexenio, recogidos en la serie Una visión de la modernización de México, del Fondo de Cultura Económica (FCE): La educación pública frente a las nuevas realidades.
Tiene otro libro, con Andrés Roemer, Por un gobierno con resultados. El servicio civil de carrera: un sistema integral de profesionalización, evaluación y desempeño de los servidores públicos en México, publicado en 1999, por el FCE; y algunos artículos sobre el desarrollo social y la redefinición del concepto de desarrollo. Todos ligados a su esfera de competencia en el momento en que la desarrollaba. Sería bueno saber qué más ha hecho en el campo de las ideas, que es donde dice apoyará a AMLO (Mi contribución a AMLO será de ideas).
Si nos atenemos a su experiencia pública sobre el tema, Esteban es un exfuncionario salinista que dirigió lo que él mismo llamó la tarea administrativa más grande de la historia en México: la descentralización educativa. Nada más. Un programa que, en los hechos, tras la reforma de EPN, ha quedado muy disminuido y quizá en trance de desaparecer, sobre todo con la recentralización de la nómina y el FONE. Sería bueno escuchar al precandidato sobre el tema.
Quizá encontremos algo escrito sobre la reforma educativa. En el buscador de Google académico no encontramos nada al respecto, tampoco en google o bing. Lo que si hay son textos periodísticos y podcasts sobre el tema en El Universal y en Educación Futura.
Los temas recurrentes son tres: los ataques al magisterio; la revaloración del SNTE; y los problemas de implementación de la reforma educativa. Seguramente saldrán otros textos, más acabados, más de campaña, por lo pronto los periodísticos servirán para explorar sus ideas de campaña y de gobierno educativo.
En el primero, fue a contracorriente. Mientras la mayoría de comentaristas y académicos aprobaron, ejemplificaron y celebraron los ataques al magisterio, Esteban lo reivindicó:
“Veo con esperanza que los Foros de Consulta Nacional para la Revisión del Modelo Educativo fueron un ejercicio útil y constructivo pero, es su carácter reivindicatorio lo que más me llamó la atención.
¿Por qué reivindicatorio? Porque mostró el verdadero rostro del maestro mexicano, de su experiencia, talento, participación, preparación y compromiso….
Lo interesante de esa masiva participación magisterial es la calidad y pertinencia de las propuestas, tal y como fue reconocido por destacados ciudadanos expertos en educación que integraron un Comité Técnico Asesor… 5. Pero quizá lo más importante a destacar, es que, además de la propuesta, surgió permanentemente un reclamo de los propios maestros. No de aumento salarial. No en contra de la evaluación. No de la pobreza de auxiliares educativos, sino de respeto.
Manuel Gil Anton y Elisa Bonilla Rius, integrantes del Consejo Técnico Asesor, testificaron la indignación del magisterio sobre la imagen que se ha proyectado de ellos.
No se explican si es por ignorancia, mala fe o clasismo pero, con justa razón nuestros maestros están muy ofendidos de que a través de películas, reportajes sesgados y una campaña de desprestigio, diversas organizaciones sociales y medios han impulsado una imagen de que son solamente vándalos e ignorantes” (El maestro insultado).
El segundo tema aclara y fortalece el primero. Se trata de la revaloración del SNTE:
“Desde hace años, diversos grupos se dedicaron a sembrar la idea de que el SNTE era el obstáculo para lograr una educación de calidad. Esos grupos, principalmente económicos y mediáticos, nunca advirtieron por ignorancia, ingenuidad o perversidad que debilitar al SNTE (Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación) no se traduciría en una mejor educación, sino en el fortalecimiento de la CNTE (Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación), que tantos conflictos y suspensión de clases ocasiona (negritas y cursivas nuestras).
Hoy, se llaman sorprendidos de que la reforma educativa sea obstaculizada, cuando en su momento, no quisieron ver la realidad.
Tampoco reflejaron en sus diagnósticos que desde hace décadas tanto gobernadores, como presidentes de la República, encargaran la educación pública a funcionarios y funcionarias políticamente afines, pero distantes de una real experiencia educativa.
¿Qué ha pasado con el ogro llamado SNTE?
Mientras la CNTE se opone a la reforma educativa, el SNTE la facilita. Mientras la CNTE se manifiesta, obstruyendo carreteras y ocupando plazas públicas, el SNTE trabaja y ofrece a sus maestros un sistema de desarrollo nacional docente (SINADEP) (negritas y cursivas nuestras).
Lo que ya construyó el SNTE, es una propuesta innovadora para la formación y superación de los maestros, enfocada a lograr calidad, equidad y eficiencia, precisamente para cumplir con la Ley General de Educación” (La otra cara del SNTE).
Y todavía más claro lo dijo tras la suspensión de las evaluaciones previas a las elecciones de 2015:
“Recordemos que cuando se dio a conocer la Reforma Educativa, señalé en este mismo espacio que, desde hace años, algunas organizaciones empresariales se dedicaron a sembrar la idea de que el SNTE era el obstáculo para lograr una educación de calidad.
Alertamos entonces y reiteramos en marzo pasado, que debilitar al SNTE no necesariamente se traduciría en una mejor educación, pero sí el fortalecimiento de la Coordinadora (CNTE), lo que ahora es una realidad.
La diferencia entre la CNTE y el SNTE, es abismal. ¿No lo sabían dichas organizaciones? Malo. ¿Lo sabían? Peor” (Se quema el guiso).
El tercer tema es recurrente en funcionarios y críticos oficiales: los problemas de implementación e impacto. En el artículo Educación, ¿qué sigue?, menciona siete acciones para iniciar una “nueva etapa de la reforma, la del cambio profundo en la escuela para alcanzar la calidad educativa”. Son mejoras de la reforma, mejoras en el alcance y en la aplicación, destaca la 7: “Evaluarlo todo mediante resultados en el aprendizaje y no sólo por acciones desarrolladas”. “Todo lo anterior, dice el protosecretario de educación, no requiere mayor presupuesto, sino reorientación del esfuerzo. Lo sabe y apoya la SEP, el SNTE y la sociedad. ¿Qué estamos esperando?”.
En los días siguientes a su destape (¿cómo llamarlo, si no resulta de acuerdos, compromisos y propuestas públicas?), Esteban ha iniciado una ofensiva retórica. La nota del portal Profelandia así lo destaca: Habrá revalorización del magisterio: Esteban Moctezuma. El Economista recuperó las declaraciones de otro modo:
“La reforma educativa no será abrogada, y las cosas buenas tendrán continuidad…Se tienen que hacer foros, hablar mucho con los maestros, con los padres de familia, con los propios alumnos, hay que hacer una gran consulta…Argumentó que con el ex titular de la SEP, Emilio Chuayffet, hubo una consulta, “y uno de los hallazgos fue que el magisterio estaba sentido, molesto, decepcionado por cómo se les había tratado, y entonces una de las cuestiones es revalorar la función magisterial para que tengamos en los maestros el vehículo más capacitado para impartir enseñanza (Las cosas buenas de la reforma se quedarán).
Repetimos: se conoce bien la trayectoria política de Esteban Moctezuma Barragán; su paso por el PRI; sus responsabilidades con Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo; su papel en la persecución al subcomandante Marcos; su rol en la Fundación Azteca. No conocemos a detalle su obra educativa, más que el informe señalado antes y algunos artículos periodísticos. Seguramente en los meses que vienen conoceremos algo más. Su nuevo papel en la oposición y en el posible gabinete obradorista así lo demandan. Sin embargo, las ideas con las que fue elegido para la SEP, sus posiciones sobre la reforma educativa, sus declaraciones recientes, ¿qué indican? ¿Cómo poder resumir, con todos los bemoles que se quieran, sus ideas para un gobierno del cambio?
El resultado es todo menos esperanzador: un expríista en la oposición (como tantos y tantas otras, ¿alguien ha hecho un estudio de sus trayectorias en los partidos y gobiernos? ¿No es tiempo ya?); un nostálgico del poder del SNTE, de su utilidad en el control político y en la gestión educativa del sistema; un adversario confeso de la CNTE, ¡qué diría de los movimientos de base!; un memorioso de Chuayffet y sus Foros; un reconocedor de los aciertos de la reforma educativa; un político que propone más Foros de Consulta y, sobre todo, una retórica de revalorización del magisterio dolido, por el trato que se le dio en el presente sexenio.
De la reforma, nada de abrogación o derogación siquiera; revisión, fortalecimiento, aclaración, reorientación, y traer al SNTE de regreso. Será difícil que pueda recuperar su papel, pues la reforma justamente elimina la contratación colectiva y la defensa de los derechos, al someter a los maestros a una evaluación permanente, oscura e inapelable durante toda su vida. Eso no lo quiere cambiar, no lo denuncia, sólo mejorar las condiciones de la aplicación de la reforma.
Más aún: poner el acento en los resultados de aprendizaje, no en los programas desarrollados. En otras palabras: la evaluación mejorada, aceitada, pero con el choro de la revaloración magisterial. ¿No es así? ¡Esperamos pruebas en contrario!
¿Por qué escogió AMLO a un personaje con estas credenciales para encabezar la SEP después de tantos conflictos con la reforma educativa? Seguro no fue por su posición contraria, ni por su cercanía con los maestros en movimiento; a juzgar por sus textos, por todo lo contrario. Por ser un detractor confeso de la CNTE, de los movimientos de base, de todas las fuerzas en lucha. De los y las maestras que se encuentran en resistencia, si, esos que hacen marchas, plantones, que han dejado su vida, su salud, su seguridad por la resistencia. Esteban prefiere al SNTE, a los charros, a los que apoyan la reforma, a los que se someten, a los que hacen sucedáneos de políticas y de programas. A esos: lo dijo y lo escribió. Bueno saberlo.
Sin embargo, la trayectoria de Esteban no sólo es la del ex, exfuncionario, expriísta, exsecretario de estado. Están también sus responsabilidades recientes: presidente de la Fundación Azteca, responsable de programas educativos desde un grupo empresarial, impulsor de programas que vinculan inmediatamente una televisora con acciones educativas muy diversas, desde orquestas hasta escuelas, desde nuevos modelos educativos hasta relaciones con gobiernos estatales; es decir, un responsable de múltiples modos de articulación entre el sector privado, las telecomunicaciones, las organizaciones no gubernamentales y los gobiernos municipales y estatales. No es poca cosa, menos en tiempos de una reconfiguración del sistema educativo con coordinaciones multipolares.
Esteban forma parte de lo que hemos llamado el cartel de la reforma educativa. Encabezó, hasta el 22 de noviembre pasado, la organización Compromiso Social por la Calidad y Equidad de la Educación (CSCE). Sí, se trata de la misma iniciativa que impulsó Vicente Fox en 2002; nunca desapareció como creyeron muchos, se transformó en una Organización de la Sociedad Civil (OSC) que goza de cabal salud, extendiendo sus modalidades de intervención en varios frentes, abarcando prácticamente todos los niveles educativos.
La organización de Esteban cuenta con un consejo nacional en el que participa, ni más ni menos, que el secretario de educación como representante de la autoridad federal; también figuran once personajes como representantes de organismos de la sociedad civil y comunicadores, entre ellos Francisco Landero (Suma por la Educación), Francisco González Garza (A Favor de lo Mejor), Alicia Lebrija Hirschfield (Fundación Televisa), Alfonso Romo Garza Lagüera (Fundación EducarUno) y Cecilia E. Espinosa Bonilla (Fundación SM). Por supuesto, no podía faltar la digna representación de los maestros, a través del SNTE. Tampoco obviamente, la de los padres de familia, con la centenaria ultraderechista Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF), la misma de la guerra cristera. Figuran también los organismos internacionales (OCDE, OEI, ILCE), las universidades representadas por la ANUIES, la Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior (FIMPES), el IPN, el ITESM, la Panamericana, la Universidad ICEL, la Universidad Anáhuac y ¡la UNAM!.
Ese consejo nacional también cuenta con representantes de grupos de investigadores como Annette Santos del Real (funcionaria del INEE) y desde luego, los organismos empresariales (BANAMEX, CONCAMIN, COPARMEX). También los legisladores como Juan Carlos Romero Hicks, participan en esta organización, por parte del Senado. Además, están también los representantes de los capítulos estatales del CSCE, lo que significa que la organización de Esteban se ha extendido a prácticamente todo el país. Este es el entramado de intereses que Esteban ha presidido durante más de diez años.
En su página web, dice que el CSCE es “una iniciativa ciudadana de participación plural e incluyente, de la Sociedad Civil y la Autoridad Educativa en sus tres órdenes de gobierno, para investigar, proponer, impulsar, compartir y dar seguimiento a las políticas públicas que más incidan en la mejora de la calidad y equidad educativa en México” (Compromiso Social por la Educación). Son las mismas formas discursivas, recurrentes, comunes en organizaciones similares, como Mexicanos Primero.
Esteban es un magnífico tejedor de relaciones, un publirrelacionista consumado, por más de diez años, ha aprendido a moverse como pez en el agua entre las cúpulas del sector empresarial y las organizaciones más conservadoras de este país. Ha perfeccionado las relaciones en red, la organización en redes, los vínculos entre redes de redes cuyos intereses y objetivos son muy claros. Esteban ha marcado el camino, el mismo que hoy siguen múltiples organizaciones autodenominadas representantes de la sociedad civil. Con esta trayectoria, ¿a quién se le ocurriría pensar que lo mueve una desinteresada vocación educativa?
Esteban es fundador y artífice de la gobernanza en red, la misma que hoy conduce el destino de la educación nacional; esa que no solo busca privatizarla para obtener ganancia y lucrar con ella, sino imponer un proyecto educativo neoliberal transnacional, acorde a los intereses de organismos financieros mundiales, los verdaderos ministerios de educación hoy día.
Luego entonces, ¿qué hace Esteban Moctezuma Barragán en la propuesta de gabinete de un proyecto alternativo de nación?
Fotografía: elfinanciero/diariodepalenque