Jorge Salazar García. 01/04/2019
Uno de los mayores temores de los dueños del capital es, sin duda, ver en México la instauración de un régimen socialista. Esta paranoia, importada del país del norte, generó durante la segunda mitad del siglo XX, sangrientas represiones en contra de quienes se creyera ponían en riesgo las ganancia y la propiedad privada. El punto más álgido de ese miedo se alcanzó después del triunfo de la Revolución Cubana cuando Fidel Castro adoptó el Socialismo como sistema de gobierno. Desde entonces la oligarquía, compartiendo el anticomunismo norteamericano y sometiéndose a sus dictados ha perseguido a los grupos rebeldes (armados o pacíficos) con el objetivo de “suprimirlos” (exterminarlo). Además, producto de la vecindad con el imperio capitalista más poderoso de la tierra, nuestra cosmovisión ha sido modificada por medio de sus aparatos ideológicos hasta arraigar en muchos mexicanos un brutal individualismo conveniente a sus intereses. Una consecuencia de esa dominación es haber sembrado la idea de la imposibilidad de instaurar un régimen Socialista en México, al menos que eso ocurriera primero en los E.U. Hoy, esta eventualidad ya no parece tan remota, debido a dos hechos recientes: la postulación de Bernie Sanders como aspirante a la candidatura del partido Demócrata (https://www.youtube.com/watch?v=dA7NIatHfWM) a la presidencia de los E.U. y el triunfo de MORENA en México; lo cual, nos lleva a reflexionar sobre la doctrina socialista.
Para empezar se expone un concepto, osadamente simplificado, aderezado con otras ideas relacionadas. Según Bakunin[1], el Socialismo, es JUSTICIA; entendida esta como aquella que “permite a la persona en igualdad de condiciones (equidad) poseer los medios materiales y morales para poder desarrollar su humanidad”. Albert Einstein[2], con un sentido más amplio, describió al Socialismo como una fase del desarrollo social donde el propósito es superar la fase depredadora del capitalismo “cuya anarquía económica es la verdadera fuente del mal”(es) del mundo. En el socialismo, el individuo es parte indisoluble de una colectividad y su finalidad es transformar la propiedad individual de los medios de producción en propiedad social [3](Ferri, p-210). A diferencia del capitalismo cosificador de las relaciones sociales el Socialismo busca humanizarlas. En suma, el Socialismo es todo un sistema político, estructurado para eliminar la explotación del hombre por el hombre y evitar la destrucción de la naturaleza. Por esta razón, trasladar a manos privadas los bienes para la vida como el agua, tierra, bosques, aire, conocimientos, como sucede en el neoliberalismo, es contrario a su esencia.
Volviendo a Bernie Sanders, a pesar de NO proponer eliminar la propiedad privada, el establishment lo catalogó en 2015 como un peligrosos extremista radical. Sin embargo, el apoyo popular crece; sus 15 millones de votos se multiplican porque ven en él una oportunidad para detener los recortes al gasto social, aumento de impuestos, el desempleo, la discriminación y los privilegios concedidos a los ricos por Trump, calificado por Sanders como “el presidente (mentiroso, xenófobo, sexista y racista) más peligroso de la Historia estadunidense moderna”. Su propuesta central, parecida a la del excandidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, es transformar al país y crear un Gobierno basado en los principios de justicia económica, social, racial y medioambiental”. Sanders convoca a los trabajadores a sumarse a esa “revolución” donde paguen mas impuestos quienes más tienen, se garantice el servicio de salud, sea aumentado el salario mínimo y combatido el cambio climático. Aún siendo pequeña la probabilidad de que este político de izquierda conquiste la Casa Blanca, es una buena noticia, trascendente por estar despertando la conciencia de clase en los norteamericanos y por el abandono de los prejuicios inculcados en contra del Socialismo.
De cualquier modo, nadie debe esperar que un gobierno traiga el bienestar y la justicia gratuitamente; éstas, para ser sólidas y duraderas, deben ser frutos de procesos progresivos de lucha y de la participación consciente y comprometida de quienes desean la evolución del hombre, no su destrucción.
[1] Bakunin, Mijail: Socialismo sin Estado: Anarquismo (http://www.claseshistoria.com/general/pdf/bakuninsocialismosinestado.pdf)
[2] Einstein, Albert : ¿Por qué socialismo? (1949) https://www.marxists.org/espanol/einstein/por_que.htm
[3] Ferri Enrique: “Socialismo y ciencia positiva (Darwin-Spencer-Marx)” Buenos Aires, Arg.