Por: Clara Ayuso. 12/11/2024
«Hay múltiples maneras de interpretar los lazos que hilvanan la ficción y la realidad en la película»
Hoy conversamos en el Hotel María Cristina en el marco del Festival de Internacional de Cine de San Sebastián con el cineasta Kei Chika-ura sobre su última película, Great absence (2023), una obra japonesa de una profunda belleza estética que esculpe una enredadera del paso del tiempo, el olvido y la ausencia.
Para empezar, quería tejer cuál fue la fuente de inspiración de Great absence.
La escritura de la película se inspiró en dos ramas de la primavera del año 2020: la llegada del coronavirus a las vidas y las miradas de las personas, y la irrupción de la demencia en mi padre. La película es una historia de ficción, pero aquel momento vital de mi vida envolvió la confección de Great absence.
Su película queda poblada de ausencias y de presencias. La ausencia teje el título de Great absence, cincelada en la pérdida de Naomi, y la presencia cristaliza en la relación ajada tras el paso del tiempo de un padre y un hijo. ¿Podría desvelar las costuras que bordan la ausencia y la presencia en ellaGreat absence?
La ausencia cose la nada, y en sus bordes se trenza la presencia. La costura que se teje entre Yohji y su hijo Takashi, aunque se deshace con el paso del tiempo, está presente, existe.
La enredadera de Great absence se cincela de recuerdos fragmentarios y deshechos, reflejos y ecos en el montaje de la mirada rota y enferma de Yohji. El prólogo y el epílogo de la enredadera son bordados por una representación teatral. ¿Cuáles serían los lazos que se trenzan entre la ficción y la vida en su película?
Hay múltiples maneras de interpretar los lazos que hilvanan la ficción y la realidad en la película, pero lo que quería entonces realzar en el filme era que la escena teatral que abre la película no es la misma que la que cierra la obra, porque se ha realizado un cambio en la mirada de Takashi respecto al pasado de su padre.
Great absence ha traído al recuerdo otra película japonesa, Drive my car (Ryusuke Hamaguchi, 2021), –que pudo verse en este festival dos años seguidos–, porque en aquella película también se cincelan el paso del tiempo, el olvido y la ausencia de un ser querido. ¿Aquella película japonesa estuvo en su pensamiento en algún momento durante la escritura de Great absence?
Cuando Drive my car se estrenó en Japón, mi ayudante de dirección fue a verla, y me dijo que algunas piezas teatrales de Chéjov cosían la enredadera de Drive my car, especialmente Tío Vania (1899). Me quedé entonces muy sorprendido, porque cuando había acabado de escribir el guion de Great absence, había incluido en la historia una obra de Chéjov, La gaviota (1895). Entonces, tras la profunda estela de Drive my car en Japón, decidí cambiar la pieza de Chéjov por una de Ionesco.
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Fotografía: revista mutaciones