Por: Colectivo Educación Especial Hoy. 15/10/2019
Una de las grandes promesas de campaña, del hoy presidente Andrés Manuel López Obrador, fue la atención a las personas con discapacidad; en repetidas ocasiones, afirmó que este sector de la población era “prioritario” para el gobierno de la “Cuarta Transformación” (4T). Recordemos una de las frases emblemáticas del actual presidente: “menos Teletón y más responsabilidad del Estado”. ¿A qué se debe entonces, que se haya reunido en dos ocasiones con el presidente de la fundación a la que tanto criticó? El historial de condonación de impuestos y recursos destinados del erario a la Fundación Teletón, ha sido ampliamente documentado por periodistas e investigadores, pues, el Estado lleva alrededor de 20 años destinando a esta y otras fundaciones, el presupuesto que debería invertirse en el fortalecimiento de la oferta pública de atención a personas con discapacidad; gracias a estos recursos y a lo recaudado en las campañas de donación, que Teletón amplió su oferta inicial de rehabilitación física, a la apertura de Centros de Autismo y hospitales para la atención a niños con cáncer.
Actualmente, corren rumores de que Teletón está trabajando en la oferta de servicios de Educación Especial; rumor desmentido por Fernando Landeros en una entrevista, pero ¿Cómo creerle? En esa misma entrevista, el Sr. Landeros declaró que propuso al presidente, que los apoyos económicos que se otorgan a menos de un millón de personas con discapacidad en México, se gasten en Teletón y otras fundaciones.
No obstante, el arriba mencionado, no es el único caso de intervención de la iniciativa privada en los servicios públicos; en materia educativa, hemos documentado desde hace meses, la relación del Movimiento Tres Doce y su presidente rotativo, Federico Núñez Perea con Esteban Moctezuma barragán, presidente de la Fundación Azteca, y hoy, secretario de educación pública, y la participación de ese grupo en la construcción e implementación de la política educativa nacional.
El Movimiento Tres Doce, es un grupo formado por Asociaciones de la Sociedad Civil, Organizaciones No Gubernamentales, Instituciones de Asistencia Privada, Fundaciones, empresarios y medios de comunicación; este movimiento es dirigido por Federico Núñez Perea, presidente de la Red Nacional para Prevenir la Discapacidad (RENAPRED) y amigo íntimo de nuestro secretario de educación.
Entre los miembros del grupo, destacan:
• Iluminemos de Azul.
• FHADI I.A.P.
• CONFE Org.
• Yo También AC.
• Vida Independiente.
• Fundación Gilberto Rincón Gallardo.
• México Incluye. • RENAPRED.
Destaca también, la relación que mantienen con el grupo empresarial Mexicanos Primero, con la comunidad judía y con Fundación Azteca, antes dirigida por Esteban Moctezuma Barragán; cuya llegada a la SEP, les ha dado carta abierta para intervenir y tomar decisiones en materia educativa.
El próximo 15 de noviembre, se cumplen los 180 días establecidos constitucionalmente para la construcción y presentación de la Estrategia Nacional de Inclusión Educativa (ENIE), sin embargo, la elaboración de la misma, ha sido cuestionada por excluir a alumnos, padres de familia, maestros y personal que labora en las escuelas públicas, de las mesas de diálogo y construcción.
La ENIE se basa en la propuesta “Acceso Efectivo a la Educación Inclusiva”, presentada por el Movimiento Tres Doce a la SEP el 20 de marzo de este año. Ante la presión ejercida por varios grupos (entre los que se encuentra nuestro colectivo), la SEP se vio obligada a invitarnos y a invitar a otros actores a las mesas de trabajo; no obstante, la estrategia sigue y seguirá siendo una propuesta de la iniciativa privada, que implica la entrega de la rectoría de la educación, a agentes externos al SEN con intereses mercantiles y particulares.
Este grupo, junto con Mexicanos Primero, Transversal.org, académicos y medios de comunicación, han pugnado de manera frontal por la eliminación de la modalidad de Educación Especial a nivel público, incidiendo en el “Acuerdo Educativo”, -así llamado por el secretario de educación a la profundización del proyecto neoliberal-, de manera que la legislación se acomodara a sus intereses. En el caso de las Leyes Secundarias, la presión ejercida, le dio a Educación Especial un poco más de tiempo de vida.
Curiosidades sobre estos personajes: ¿Cómo olvidar la presentación del News Letter de Yo También AC, durante un evento realizado en el Museo de Memoria y Tolerancia? El evento contó con la participación de medios de comunicación, el presidente de la CNDH y la escritora Elena Poniatowska, amiga cercana del presidente. De este evento, destaca la imagen de la periodista Katia D’ Artigues, ofreciendo un discurso mientras al fondo se observaba un letrero con el mensaje: “Educación inclusiva si, escuelas especiales no”.
También es importante recordar, la influencia de la Fundación Gilberto Rincón Gallardo, en la implementación del proyecto que dio origen a los Centros de Atención a Estudiantes con Discapacidad (CAED), llamados originalmente “Aulas Gilberto Rincón Gallardo”; servicio educativo para PcD que se encuentra en proceso de desmantelamiento, sin que sus creadores hagan algo para defenderlo.
La probable eliminación de los CAED, se ha justificado como parte de la política de “austeridad”, adoptada por la 4T, sin embargo, quienes hemos estudiado y analizado el tema desde hace años, sabemos que obedece al plan empresarial de eliminar la oferta educativa para PcD a nivel público. La Red Nacional para Prevenir la Discapacidad (RENAPRED) desde hace más de 15 años, se ve beneficiada por los actos altruistas de Fundación Azteca, recibiendo jugosos donativos y estableciendo fuertes vínculos entre quienes las presidieron. Los protagonistas de la historia, como es de esperarse, son Federico Núñez Perea y Esteban Moctezuma Barragán. Tal parece que ambos, entendieron que lo suyo no era la filantroía, sino la defensa de los Derechos Humanos.
El Movimiento Tres Doce y sus aliados, utilizan su poder, dinero, influencias y las políticas educativas internacionales, como herramienta para imponer una idea de inclusión educativa, basada en la estigmatización, ataque y eliminación de la Educación Especial y la formación de maestros especialistas de las Escuelas Normales Públicas; todo esto disfrazado por la aspiración de alcanzar el ideal de “inclusión total” del que hablan la ONU, la UNESCO, el FMI, el BM y la OCDE. Entre sus propuestas, también destaca la eliminación de la modalidad de Educación Indígena, pero el Estado y la SEP no se atrevieron a tanto.
Sin embargo, las acciones de este grupo, no se centran únicamente en el ámbito educativo, actualmente se encuentran trabajando sus propuestas y estrategias en el sector salud, laboral y turístico. ¿De qué manera se relaciona el Movimiento Tres Doce con la Fundación Teletón? El lazo principal, está en el grupo empresarial Mexicanos Primero, del que Fernando Landeros es fundador.
Desde su aparición pública, esta asociación civil se ha infiltrado en lo más profundo de nuestro sistema educativo, y ha sido facultada para decidir la política educativa y laboral; las metas educativas 2012-2024, establecidas en su documento “Ahora es cuando”, se han cumplido casi a cabalidad, y pronto estarán trabajando en un nuevo documento que abarque hasta el 2036.
Pese a los discursos del presidente, la educación en México sigue en manos de estos grupos; no existe institución pública donde Mexicanos Primero no esté metiendo las manos y tomando decisiones. Ante estos antecedentes, es posible deducir, que las intenciones del Movimiento Tres Doce y sus aliados, son las mismas que las de Fundación Teletón: ganar clientes y dinero, a través de la inversión de los apoyos económicos en sus instalaciones y servicios. Sólo que ahora transformarán sus campañas por el discurso de los “Derechos Humanos”
El negocio es redondo: el Estado se deslinda de su responsabilidad con las personas con discapacidad, la oferta y estructura pública se desmantela y la iniciativa privada asume la responsabilidad de brindar atención a este sector de la población. A este proceso, lo hemos bautizado como Teletonización. Sin lugar a dudas, la falsa filantropía y el discurso de “respeto a los derechos humanos”, han jugado un papel trascendental en este proceso, porque, ¿Quién va a estar de acuerdo en que el Estado deje de otorgar recursos a fundaciones que atienden a un pequeño grupo de personas con discapacidad? ¿Quién no va a defender a Teletón cuando en algunos estados de la república, los CRIT constituyen la única opción de atención?
El problema que enfrentamos es más profundo de lo que parece, y no se limita a lo educativo; estamos ante un engranaje de corrupción, compadrazgo, manipulación e imposición de intereses de grupos que trabajan de manera coordinada para adueñarse de absolutamente todo lo que tiene que ver con la discapacidad; grupos coordinados y avalados por altos funcionarios.
La apuesta de estos personajes es alta: el control total de las políticas de atención a las personas con discapacidad, beneficiándose económicamente y posicionándose como “los dueños de la discapacidad”. Nos enfrentamos a una regresión histórica al modelo asistencialista, cuando el Estado no reconocía a las personas con discapacidad como sujetos de derechos y la atención que recibían era un acto de caridad, buenas intenciones y filantropía. ¿Lo peor? La utilización del enfoque de derechos humanos como bandera para la falsa filantropía. Sin duda, para algunos, la discapacidad es un negocio, uno muy lucrativo.