Jorge Salazar García. 11/02/2019
Debido a la masiva propagación de mentiras en los medios de comunicación sobre lo que está ocurriendo en Venezuela, considero necesario dar espacio a quienes las desmienten y desnudan los verdaderos motivos del Imperio para invadirla militarmente. Para ello es indispensable mencionar, antes, algunas generalidades sobre el GOBIERNO de los Estados Unidos.
Utilizando la estructura básica de un razonamiento (premisas y conclusión), puede demostrarse que ese país nunca ha dicho la verdad a su pueblo cuando lo involucra en conflictos armados:
Premisa 1.- En toda guerra se mata la VERDAD.
Premisa 2.- Los E.U siempre han estado en guerra.
Conclusión.- Los E.U. siempre han mentido.
Y eso, precisamente, lo está haciendo con respecto al presidente legítimo Venezolano, Nicolás Maduro, al señalarlo como violador de los derechos humanos. Intenta cubrir con falsedades sus verdaderas intenciones de imponer un gobierno títere y apoderarse del petróleo del país bolivariano poseedor del 25 % de las reservas mundiales. Ahí, con el apoyo de un político títere y los ricos locales promueve un golpe de estado para deponer a Maduro, argumentando ir a defender la libertad, la democracia, la justicia y la propiedad privada. Ya lo dijo Bernie Sanders, excandidato presidencial de E.U. “los cargos del gobierno contra Venezuela son falsos, lo que quieren es apropiarse del petróleo de ese país”.
El gobierno yanqui es campeón en esto de los embustes, el título se lo ganó invadiendo a Irak, Libia, Afganistán, Serbia, Vietnam, Somalia, Haití, Panamá, Guatemala, Nicaragua, Argentina, Chile, México (1847) y a más de ¡70 naciones! Desde su fundación espía, persigue, desaparece, tortura, ejecuta, fusila, asesina, saquea y comete genocidios, directa o indirectamente por todo el planeta. Ya lo expresó Eduardo Galeano:
“E.U. Cada vez que salva a un pueblo lo deja convertido
en un manicomio o un cementerio”
Dijo José Martí, sobre la actitud asumida por el hombre frente a las perversiones de los imperios: “Hay muchos hombres sin decoro, (pero) siempre hay otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres”. Con ese decoro, el intelectual norteamericano Noam Chomski reconoce que el poder de su país es DAÑINO para el MUNDO (https://www.youtube.com/watch?v=rGra4lrWLGs) porque “ da todo lo que quieren las oligarquías (…) y cuando invade un país envía brigadas de demolición con un nivel de criminalidad difícil de describir”. ¿Lo ignoran sus ciudadanos? Sí, al menos quienes viven una enajenación brutalmente individualista.
“Si Venezuela cae, la humanidad cae”(John Pilger)
Este reportero australiano radicado en Londres comentó: “La amenaza de una invasión militar a Venezuela por Donald Trump es típica de las amenazas estadounidenses (…) E.U. ya invadió Venezuela con grupos subversivos (…) que respaldan a una denominada ‘oposición’, para derrocar por la fuerza a un gobierno electo”
“¿En qué país del mundo se acuerda apoyar a un opositor que almacena armas de guerra
y bombas en su casa?” (https://www.youtube.com/watch?v=WLmIOYLbS3I)
La pregunta anterior la hizo el político Francés Jean-Luc Melénchon al parlamento Europeo sobre su reconocimiento a Juan Guidó[1]; además, agregó: ¿Tal vez el señor Maduro hubiera debido ordenar darle 1000 latigazos a este opositor, porque entonces este se habría podido beneficiar del silencio cómplice de esta asamblea ¡tal como ustedes lo hacen con Arabia Saudi! (…) La verdad es que esto es parte de una política de desestabilización organizada por los E.U; esos que hacen golpes de estado institucionales”.
Dos consideraciones finales. Siendo E.U. el más grande vendedor de armas en el mundo necesita de la guerra para mantener el negocio y salvar su economía, pero como ya no le es fácil encontrar ciudadanos dispuestos a dar la vida para enriquecer a unos pocos, le es indispensable llenarlos de odio inventando peligros para su “seguridad y libertades”. El noble pueblo norteamericano debe terminar con esas simientes de odio o seguirá cosechando ODIO y sangre. Este ciclo de muerte puede terminar con la vida civilizada si no hacemos nada para romperlo. Continuará…
[1] Presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela que se autoproclama Presidente de Venezuela.
[1] La frase atribuida a ciudadanos norteamericanos fue expresada después de los atentados a las torres gemelas en 2001.