Por: José Yorg. 19/08/2024
“El sociólogo apreciará los hechos que refiero, valorándolos según el juicio que surja de su particular inclinación interpretativa. Yo sólo pretendo señalarlos y es su tarea determinar causas, lo que no excluye que ocasionalmente me aventure hasta las mismas, cuando lo imponga la descripción de los grupos identificados. Esencialmente aspiro a señalar la gravitación en nuestra historia de las pautas de conducta vigentes en los grupos sociales que la han influido, y solo subsidiariamente referirme a las causas originarias de las mismas”. Arturo Jauretche. “El medio pelo” en la Sociedad Argentina (Apuntes para una sociología nacional)
Surge un interrogante al observar tal y como se presenta la situación de precariedad social impuesta por el gobierno nacional argentino: ¿Cuánto falta para que las clases medias y la clase trabajadora unan sus fuerzas? Aun no se evidencia en todo su esplendor este fenómeno social del comportamiento casi pasivo de las clases medias y trabajadoras tan agredidas y al cotejar con experiencias anteriores, se entiende menos aun.
Tenemos y planteamos más dudas que certezas.
La consigna de tiempos pretéritos “¡Piquete y cacerola, la lucha es una sola!” no se presenta en la escena de las protestas de insatisfacción social, sin embargo…
Testimonio recogido en una manifestación por https://lavaca.org/notas/piquete-y-cacerola-a-22-anos-del-2001...
“Otra vez. Una cacerola, en el barrio de Congreso, la sostenía Mariana, de 51 años. La sostenía y la golpeaba, con bronca. Con furia. “Necesitaba desahogarme, hacer un poco de catarsis. Tengo mucha angustia acumulada. Milei está haciendo un recorte brutal, nos quiere convertir en Uganda, esa es la idea detrás de todo esto. Todo el despliegue represivo de hoy me pareció terrible, subiéndose a los colectivos, haciendo requisas como en la dictadura… Estoy muy triste. Viví la hiper, viví a Menem, viví al 2001, y Milei, a quien no voté, es todo eso recargado”. Completa, Mariana: “Soy trabajadora estatal, mi puesto de trabajo no está en juego pero sí el de los chicos jóvenes, trabajadores, que son tratados como vagos, como ñoquis. Demonizar a los empleados públicos, médicos, enfermeros, toda la gente que le hace un bien a la comunidad, es inaceptable y terrible”.
Esta es la situación descrita con por quien es ofendida y agredida, ejemplo de miles y miles de argentinos.
Sólo los psicólogos o tal vez los sociólogos y psiquiatras pudieran develar este fenómeno social que expresa tanta paciencia y tolerancia, carente de organización, de conciencia real e incapaz de dar una respuesta política adecuada, claro, por ahora.
El asunto de que no había otro camino más que el ajuste presupuestario caló hondo, y es parte principal del Plan contracultural en su afán de “darle vuelta la cabeza de la gente” y aceptar la pobreza que vino a quedarse.
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!
Fotografía: Kaos en la red