Por: Mariana Sangiacomo. EL PAÍS DIGITAL. 27/08/2020
El retorno a las aulas está en marcha y es uno de los grandes desafíos del desconfinamiento pero, sin lugar a dudas, es la vuelta a otro tipo de escuela. Las distintas experiencias y las medidas para prevenir contagios.
El 15 de marzo pasado, a menos de dos semanas del inicio del ciclo lectivo 2020, el Gobierno argentino decidió suspender las clases presenciales en todos los niveles educativos. Fue una de las primeras medidas adoptadas – junto al cierre de fronteras – ante el avance de la pandemia del COVID-19. Incluso, el cierre de los establecimientos educativos fue previo al DNU 297/2020 que dispuso el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO).
El sistema se mantuvo en marcha desde entonces a través de la modalidad de educación a distancia, pero a 162 días de la suspensión de las clases presenciales hay provincias que están poniéndose a prueba con la “nueva normalidad”. ¿Cómo fue en el resto del mundo? Las experiencias exitosas y las que no lo fueron tanto.
Hacia fines de marzo un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación (UNESCO) advirtió sobre las consecuencias del cierre de las escuelas – en ese entonces – en 185 países. Del total de la población de estudiantes inscriptos en la educación en todo el mundo, la UNESCO calculaba que más del 89 por ciento estaba fuera de la escuela debido a la pandemia. A cinco meses de ese momento son muchos los países que lograron retornar a los establecimientos educativos, aunque hubo marchas atrás.
Asia
En China, el país donde tuvo origen el brote del COVID-19, las clases escolares se suspendieron en todo el territorio el 21 de febrero. El retorno a las aulas se hizo de forma escalonada – un patrón que se repite en casi todos los países -. Con estrictos protocolos sanitarios en marzo reiniciaron las clases en las escuelas de zonas menos pobladas como Qinghai y Guizhou. En cambio, en las grandes ciudades como Beijing y Shangái la vuelta a clases fue el 27 de abril y solo para los estudiantes de los últimos años de secundaria.
Luego se avanzó hacia el resto de los niveles educativos. Fueron virales las imágenes de los niños ingresando a las escuelas bajo estrictas medidas de seguridad que incluyeron máscaras, escritorios separados por tableros transparentes, y hasta unos gorros con palos o globos para mantener la distancia entre sí. Sin embargo, a mediados de junio por un rebrote de coronavirus en un mercado de Beijing el Gobierno decidió volver a suspender las clases presenciales en esa ciudad por un tiempo.
Por su parte, en Corea del Sur – otro de los países donde el COVID-19 tuvo fuerte impacto – las clases presenciales se habían suspendido el 2 de abril. El 20 de mayo comenzó el proceso de vuelta a las aulas y se completó el 8 de junio.
Europa
Dinamarca fue el primer país en Europa en tomar la decisión de retornar a las aulas a solo un mes del cierre de las escuelas. Las clases se suspendieron el 16 de marzo y reiniciaron el 15 de abril. En esta recopilación quedan afuera países como Islandia o Suecia que directamente resolvieron no cerrar los establecimientos educativos, solo universidades en el primer caso.
Otro de los países que optó por la vuelta a las escuelas fue Alemania, a pesar de ser uno de los países europeos con mayor cantidad de contagios. En este país el 18 de marzo se cerraron las escuelas y se retomó la actividad el 4 de mayo de manera progresiva. No obstante, a días de la apertura cerraron dos colegios del norte del país por la detección de casos positivos de COVID-19.
Los alumnos franceses comenzaron a volver a las aulas el 11 de mayo, solo algunos segmentos. Ese mismo día se pusieron en marcha las clases presenciales en Holanda, Grecia, Suiza, Croacia y Serbia, también con sistemas de turnos y edades. Bélgica lo hizo una semana más tarde, en tanto en España e Italia se había anunciado como fecha probable de retorno septiembre, pero hay incertidumbre al respecto por el creciente número de casos.
América
En América, hoy en el epicentro de la pandemia, hay pocos países que lograron retomar las clases presenciales. En la gran mayoría aún no hay fechas ciertas de retorno a las aulas, incluida la Argentina. Entre las excepciones está Nicaragua, que nunca suspendió las actividades, y Uruguay que inició el retorno a las escuelas de forma escalonada el 22 de abril en establecimientos de zonas rurales y lo completó el 29 de junio ya con todos los niveles educativos en las aulas.
Estados Unidos es un caso especial por la fuerte autonomía que tiene cada estado que se reflejó en todo el manejo de las políticas frente a la pandemia. En este contexto, hubo algunos estados donde no se cerraron las escuelas – como Nebraska, Alabama y Wyoming -, otros que retomaron las clases presenciales – como Indiana, Georgia y Tennessee – ;y otros en los que aún no hay fecha para el retorno y continúan con el sistema virtual como California, Illinois y Texas.
Oceanía
El “caso Australia” fue calificado como exitoso en su lucha contra la pandemia. En este país no hubo cierre total de los establecimientos educativos sino que afectó a las zonas que registraron mayores niveles de contagio (Victoria y Australia Capital). Estas últimas también ya retomaron la modalidad presencial.
África
En Sudáfrica las clases presenciales se suspendieron con el inicio del confinamiento estricto el 19 de marzo y se reanudaron el 8 de junio para los alumnos de nivel secundario en una primera etapa.
El informe del Observatorio Argentinos por la Educación, con autoría de Gabriela Azar, directora del departamento de Educación de la Universidad Católica Argentina destaca los casos de Madagascar y Burkina Faso. En Madagascar se cerraron las escuelas de todo el país el 21 de marzo y se reabrieron un mes después. Mientras que en Burkina Faso se cerraron el 16 de marzo y se volvió a abrir el 11 de mayo de manera progresiva.
La vuelta a clases está en marcha en el mundo y es uno de los grandes desafíos del desconfinamiento, pero sin lugar a dudas es la vuelta a otro tipo de clases, a otro tipo de escuela: una escuela con distancia entre alumnos, sin compañeros de banco, con mascarillas, con recreos por grupos, con estrictas medidas de higiene y controles de temperatura al ingreso.
En todos los países que decidieron el regreso presencial a las escuelas se cumple un estricto protocolo para evitar posibles rebrotes. Todas experiencias que servirán para que la Argentina defina sus propias pautas de retorno, en la medida que la situación epidemiológica lo permita, aunque los números de las últimas semanas dificultan la posibilidad de un pronto regreso, fundamentalmente en la zona del AMBA y provincias como Buenos Aires y Jujuy.
¿Cuáles fueron las distintas estrategias y protocolos para la reapertura de las escuelas en el mundo?

Retorno por etapas:
En todos los casos se priorizó la vuelta a las clases presenciales para un segmento. En algunos optaron por los alumnos de los últimos años del nivel secundario o primario, es decir, aquellos que transitan un fin de ciclo; en otros los primeros en volver a las aulas fueron los alumnos del nivel primario en general. En el caso de Noruega, por ejemplo, el primer paso fue la apertura de guarderías.

Medidas de higiene y control de temperatura:
Los protocolos de higiene están presentes en todos los supuestos de apertura de colegios. En algunos con mayores exigencias, incluyen la toma de temperatura al ingreso al establecimiento y durante el horario escolar, la obligación de lavado de manos cada una hora y el uso de tapaboca.

Medidas de distanciamiento social:
Durante los últimos meses de manera insistente los especialistas enfatizaron sobre la importancia del distanciamiento social para evitar contagios de COVID-19. Por lo cual, es esperable que dentro de las instituciones educativas se busque mantener la distancia entre alumnos y entre ellos y profesores, y esto a través de distintas alternativas como pupitres individuales, menos alumnos por clase, recreos por turnos, paneles de separación, señales en el piso para marcar la distancia obligatoria y hasta los llamativos sombreros con palos que se volvieron virales en China.

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Fotografía: Periódico El Economista.