Top Posts
“Su cabeza está sangrando”: Las llamadas desde los...
Tercera repetición del truco de abuso de poder...
Tecno-maternidades: la crianza entre el algoritmo y el...
IA y comunidad LGBTIQ+: De Alan Turing a...
Los peligros de la Inteligencia Artificial
Pegasus y el negocio del espionaje en México
Las criaturas del sistema mundo capitalista
Revista de Perú: El Organizador (79)
Panamá en rebelión: entre la soberanía y el...
Economía social solidaria en Costa Rica
  • Colectivo Insurgencia Magisterial
Portal Insurgencia Magisterial
Banner
  • Inicio
  • Nosotros/Legal
  • Directorio
  • Alianzas
  • Columnistas
  • Voces que seguimos
  • Calendario de eventos
  • Educooperando
Espacio principalEspacio secundario

Callejero.

por La Redacción mayo 14, 2018
mayo 14, 2018
938
De este ARTÍCULO eres el lector: 413

Por: Franz Mauro Huanca Bustamante. Iberoamérica Social. 14/05/2018

A veces un árbol con su sombra es mejor amigo que los humanos. A veces un charco de agua sucia refresca más que mil galones de agua dada por los hombres.

De a poco me fui consumiendo entre las sales y las arenas de los días con sus noches. Era la primavera de mi existencia cuando abrí los ojos. La luz para mí era algo desconocido y por ello me hizo daño. De ahí en adelante, ya nunca más pude ver con claridad y eso desde siempre me llenó de tristeza.

Pero a pesar de todo, los dioses no fueron inclementes conmigo. Estando todavía húmedo por mi nacimiento, me vi rodeado de varios amigos que me inundaron con sus sonrisas y con sus alegrías. A ninguno de ellos los conocía, pero por algún motivo su presencia hacía que mi corazón latiera con intensidad. Es triste acordarme de aquella sensación porque aunque casi siempre me llena de alegría, en cuanto esta pasa me deja solo tristeza, porque nunca más volví a sentir aquello y a veces uno no encuentra explicación de por qué las cosas pasan así.

Con el tiempo fui creciendo y con cada día me volvía más lindo y encantador y era el centro de atención de aquellas personas a las que recién estaba conociendo. Vivía con ellos, jugaba y reía también con ellos, y de muchas maneras me hacían sentir especial. Algunas veces se enojaron conmigo, pero fueron solo rabietas de un momento, pues yo sabía cómo disculparme y ellos conocían de mi sinceridad.

Pero ahora he aprendido que no es bueno encariñarse con los hombres, pues estos tienen muchas caras y muchas facetas. Hay veces en que te saben dar felicidad, pero en otras solo saben mostrarte el lado más oscuro de la tormenta. Pensaba yo que esa tormenta cesaría, pero sucedió todo lo contrario, la tormenta aumentó y con ello pude comprender que en los hombres no se puede confiar, porque estos son seres demasiado mezquinos, y si bien conocen la bondad, casi siempre más prefieren la senda del mal, olvidándose que a veces los demás no los podemos enfrentar.

De la noche a la mañana aquellas personas que ayer me querían hoy ya no lo hacen más. Mi existencia no podía comprender la razón de los cambios que pasaban tan rápido. Traté de enamorarlos como antes lo hacía pero a cambio solo recibí maltratos e indiferencias. Los tiempos cambian, las personas cambian y a veces hasta la historia cambia. Así es, mi historia cambio nuevamente, porque ya estando joven y vigoroso, fui exiliado a las catacumbas de otro hogar. Allí el hombre me mostró la peor de sus facetas, no solo no me dio un poco de amor, sino que para colmo de males me destrozó el alma de todas la formas posibles.

Contar las desgracias de uno mismo no siempre es agradable, en especial para el orgullo y la dignidad propia. Resta decir que mi rebeldía hacía insoportable mi vida en aquel lugar y con aquellas personas. Recuerdo los castigos que me propinaban en especial cuando aún quería correr como un loco y de tanta matraca que me dieron me duelen hasta hoy los huesos. Ante esa vida usurpadora de felicidad a cualquiera le nace el odio por los hombres, y yo que soy de lo más común no fui la excepción, odié a los hombres por no saberme comprender y por haber matado en mi lo que me hacía mejor y diferente a ellos.

Hoy el mundo es mi hogar y no hay dolores ni muros, mucho menos cadenas que me detengan en mi camino hacia mi felicidad. La lucha es cada día y ese es el precio de mi libertad. En el día saco a flote mi sagacidad pues no hay un techo que me proteja ni una mano que me ha de alimentar, entonces me la enfrento solo y saco a relucir mis mejores armas de cacería pues robo para comer y la mayoría de las veces debo pelear a muerte con mis camaradas por un pedazo de pan o por un sucio hueso que alguien tiro. La lluvia y el sol no tienen clemencia con los que estamos en las calles y cuando estos nos atacan ahí sí que nos vemos en las de Caín porque solo nos valemos por nosotros mismos y como no tenemos nada, pues con nada nos podemos defender. A veces un árbol con su sombra es mejor amigo que los humanos. A veces un charco de agua sucia refresca más que mil galones de agua dada por los hombres.

Mis ojos con los años se han cansado más, y si de joven ya veía de cuadritos, pues ahora con todo el trajinar, las imágenes de mi vida son más difusas. Pero vengo de buena madre y en mis venas llevo muy buena leche. No pienso rendirme porque mi instinto es más fuerte. Cada día veo como los hombres se derrumban por insignificancias y es por eso que he jurado nunca morir como ellos, ni nunca dejar amainar el fuego que llevo dentro.

Caída la noche siempre me invade la soledad, porque a pesar de ser valiente para la lucha sigo siendo alguien con sentimientos y sensibilidad aunque por mis fachas no lo parezca así. Dicen que la soledad es mala consejera y que saca de uno lo peor y al final lo destruye, pero yo pienso que esas son charlatanerías de los humanos. A mí la soledad me ha enseñado a quererme y cuidarme más y me ha enseñado a valorar la nada que tengo. La soledad y mi instinto siempre me han dado muy buenos consejos y han salvado mi pellejo en más de una oportunidad.

Ahora por las noches cuando el bullicio de los hombres se ha terminado, yo corro y deambulo y soy dueño de todo este lugar. Cuando me canso me detengo donde sea y no le rindo explicaciones a nadie, porque a nadie molesto con mí andar. Creo que eso es a lo que los hombres llaman libertad. Pero creo que también es algo que ellos nunca conocerán porque les han enseñado que la libertad tiene un precio y que siempre se debe perder algo por tenerla.

A veces cualquier noche me siento en cualquier lugar y miro la magnificencia del cielo con sus estrellas y lanzo mis aullidos en señal de reverencia ante tal majestuosidad. Sé que los hombres no crearon aquello y lo sé porque uno solo puede admirar aquellas cosas y no puede apropiarse de ellas.

LEER EL ARTÍCULO COMPLETO AQUÍ

Fotografía: Iberoamérica Social

Compartir 0 FacebookTwitterWhatsapp
La Redacción

noticia anterior
Hacia las elecciones presidenciales en El Salvador.
noticia siguiente
El comandante Contreras.

También le podría interesar

Sobre el ejercicio de la violencia

julio 9, 2025

Las elecciones pasan y el pueblo sigue pobre

julio 8, 2025

Siempre parece imposible hasta que se hace

julio 4, 2025

Visitantes en este momento:

1.138 Usuarios En linea
Usuarios: 429 Invitados,709 Bots

Síguenos en nuestras Redes Sociales

  • Bluesky
  • Mastodon
  • Telegram
  • WhatsApp

Blog: Perspectivas comunistas

Blog de la Columna CORTOCIRCUITOS

Canales de difusión

Artículos publicados por mes

Síguenos en Facebook

Síguenos en Facebook

Artículos por AUTORES

Artículos publicados por FECHA

julio 2025
L M X J V S D
 123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
28293031  
« Jun    

Artículos más leídos esta semana

  • 1

    Situación de la UPN según la Inteligencia Artificial Deepseek

    julio 10, 2025
  • 2

    Revista de Perú: El Organizador (79)

    julio 10, 2025
  • 3

    Brasil responsabiliza a las redes sociales por contenido de usuarios

    julio 10, 2025
  • 4

    La minería controla 157 veces más áreas de la Amazonía que hace cuatro décadas

    julio 9, 2025
  • ¿Cuáles son los elementos de una historieta?

    febrero 15, 2017
  • 6

    “La democracia es un modelo obsoleto, funcional al poder económico”

    julio 9, 2025
  • 7

    Sobre el ejercicio de la violencia

    julio 9, 2025
  • 8

    ¡La salud comunitaria también es organización popular! (Ciudad de México)

    julio 8, 2025
  • 9

    Megaproyectos lo que más pone en riesgo a defensores ambientales

    julio 9, 2025
  • 10

    Pensar la época: “Es un momento en el que necesitamos refugio, respaldo y reflexión”

    julio 9, 2025
  • 11

    Reforma da más poder a GN pese a historial de abusos a mujeres y migrantes

    julio 9, 2025
  • 12

    Medicina y Homeopatía del IPN se encuentra en paro laboral desde hace dos meses ¡Un llamado a la solidaridad!

    julio 9, 2025
  • 13

    Panamá en rebelión: entre la soberanía y el autoritarismo

    julio 10, 2025
  • 14

    Luz de esperanza para la izquierda chilena: triunfo de Jeannette Jara en las primarias

    julio 10, 2025

Rolando Revagliatti. Argentina

Raúl Allain. Perú

Juan Antonio Guerrero O. México

Vanesa Monserrat. Argentina

Carolina Vásquez Araya

Ilka Oliva-Corado

Javier Tolcachier

Columna: CORTOCIRCUITOS

Manuel I. Cabezas González

Luis Armando González

Iliana Lo Priore

Jorge Salazar

Adolfo del Ángel Rodríguez

Oswualdo Antonio G.

José Eduardo Celis

Daniel Suárez

Güris J. Fry

Jorge Díaz Piña

Ángel Santiago Villalobos

Andrés Brenner

Alejandra Cortina

José Carlos Buenaventura

Luis Palacios

@2020 - Insurgencia Magisterial

Portal Insurgencia Magisterial
  • Inicio
  • Nosotros/Legal
  • Directorio
  • Alianzas
  • Columnistas
  • Voces que seguimos
  • Calendario de eventos
  • Educooperando
Portal Insurgencia Magisterial
  • Inicio
  • Nosotros/Legal
  • Directorio
  • Alianzas
  • Columnistas
  • Voces que seguimos
  • Calendario de eventos
  • Educooperando
@2020 - Insurgencia Magisterial

Leer también:x

¿Y si la “nueva normalidad” no fuera...

junio 1, 2020

Educar a los ‘mirreyes’.

enero 28, 2019

“El derecho a la educación no es...

junio 4, 2018